Capitulo Uno.

6 0 0
                                    

La mañana llegaba con el cantar de las aves, con una suave brisa que comenzaba a erizar la blanca piel de la ojiblanca que empezaba a abrir sus ojos, tratando de acostumbrarse a la luz del día.

Mientras tratada de desperezarse y por fin abrir sus blancas orbes, trato de moverse, pero "algo" se lo impedía.

Un suave grito se escapaba de sus labios al notarse sobre un muchacho, y sus nervios aumentaron al ver que este la tenía abrazada.

Este al escuchar el "ruido" proveniente de su "acompañante", abrió sus ojos de golpe, solo para toparse con el rostro completamente ruborizado de la chica.

Por un instante no le pareció malo despertar siempre de esa manera, aunque fue solo por un momento, porque seguía sin confiar en las mujeres. Además que nunca aceptaría ese tipo de pensamientos, su orgullo era muy grande.

"Pero que escándalo ¿acaso ya abrieron la puerta? – decía mientras con una de sus manos se refregaba sus ojos tratando de despabilarse. Cuando logro acostumbrarse por completo a la luz del día, vio como ella negaba con vergüenza para luego bajar su mirada, todo daba a indicar que veía algo - ¿Qué pasa ahora?" – pregunto con frialdad.

"…E-Etto…es que…su brazo – ahora lo comprendía, era por eso. Era extraña ¿no debería estar feliz porque habían dormido abrazados? ¿Que sacaba con seguir ocultando que se había encerrado apropósito con él? - …perdon  por…despertarlo"

"Hmph, no creas que fue apropósito, no me he dado cuenta…" - decía con un leve rubor en sus mejillas el moreno mientras desviaba su rostro para que esta no lo viera.

Era cierto que no la había abrazado con intensión, pero…no le desagradaba para nada el calor de ese frágil cuerpo.

Aparentando desagrado se separo de esta, le dio la espalda fingiendo molestia por todo aquello.

"…L-Lo se, no se p-preocupe"

¿Por qué le hablaba de manera tan cortes? ¿Es que se creía superior a él? – volteo para verla, notando como ella mantenía su mirada baja…lucía triste – No, no se creía mejor que su persona, su semblante…ella era muy fácil de leer, podía verlo en aquellos ojos tan expresivos.

seguro es muy educada.

Le intrigaba, no podía negarlo, esa mujer…tenía algo "especial"

Dudaba en preguntarle su nombre, no deseaba mostrar que estaba levemente interesado por saberlo, pero… ¿Y si no se volvía a presentar otra oportunidad? No podía, aquellas palabras no salían de sus labios. Se sentía frustrado.

No podía evitar preguntarse a que se debía eso, tampoco lograba hacerse la idea de que aquella mujer no haya tomado "ventaja" del encierro. Aquello era inconcebible para el chico.

El silencio seguía creciendo entre ellos, ambos mantenían sus miradas puestas en el suelo, sin poder "enfrentar" sus ojos

"…Oye… - ¿Lo haría? ¿Le preguntaría como se llamaba? Se sentía como un estupido al no poder hacerlo ¿Qué tan difícil era pedir su nombre? Aunque nunca había tenido que pedírselo a alguna mujer, todas saltaban a sus brazos diciéndoselos y gritando lo mucho que lo amaban. En cambio con esa chica… ¿Por qué todo era diferente? - … ¿Cómo…?"

Pero no pudo terminar de formular su pregunta, la puerta fue abierta revelando a un estudiante que los miraba extrañado. El moreno no podía evitar sentirse molesto, irritado porque lo habían interrumpido.

Más al notar como ella se ponía de pie e inclinándose pidiéndole disculpas nuevamente, comenzaba a salir por la puerta.

La morena no podía sentirme más aliviada, por fin aquel episodio había pasado sin "mayores complicaciones". Se disculpo una vez más con aquel chico que por culpa de ella tuvieron que dormir "juntos". Sus mejillas volvían a teñirse de rojo al recordarlo, al visualizar en su mente como este la tenía abrazada.

Sacudió suavemente su cabeza tratando de borrar esa escena de sus pensamientos, pero nunca olvidaría lo protegida que se sintió, ni tampoco el calor de aquel chico de mirada oscura. Una suave sonrisa comenzaba a dibujarse en sus labios mientras el rosa pálido volvía a tomar sitio en sus mejillas.

……N-No fue tan malo después de todo. – pensó para si misma mientras iba rumbo a cambiarse al vestidor de mujeres. Ese día nada le molestaría, extrañamente se sentía…"protegida"

Entre tanto el chico con el cual había "pasado la noche" la veía caminar de manera distraída entre los demás alumnos, sonrió al verle entrar por equivocación al vestidor de hombres, aquella sonrisa se incremento al verla salir toda roja.

Hpmh. Si que es tonta– pensó al verla entrar rápidamente al lugar correcto. Con sus manos en los bolsillos comenzó a alejarse, pensando en lo ocurrido.

Ambos volvían a sus respectivas vidas, sin darse cuenta que aquello fue más que un simple "accidente". Porque…

En este mundo no existen las coincidencias, solo existe lo inevitable

Y este encierro no era la excepción, quizás todo había sido por un juego del destino que quería unir al chico más popular de la escuela, con la muchacha que era siempre "invisible" a la vista de todos, pero que para él…puede ser algo más.

Destino|| Harry Styles||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora