CAPITULO I

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°¤Desiciones¤°

El día era precioso, fresco y luminoso. La luz se colaba por cada rincón de la enorme habitación, resaltando el exquisito tapiz de las paredes, la magnífica y fina alfombra que cubría todo el piso de la habitación, los velos que adornaban los grandes vitrales y el dosel de la imponente cama, que despedía una fragancia exquisita. Todo estaba compuesto por incrustaciones de oro puro, Lo cual llenaba más de luz su ostentosa habitación.

Pero a Kala no le importaba en lo más mínimo el lujo. Renunciaría a todo esto que por ser hija de un jeque le es otorgado... ¡Sólo por un poco de libertad!

Después de todo, el haber vivido una temporada en Madrid (España) la hizo darse cuenta de que sus costumbres eran un tanto "ortodoxas" Aunque ser criada por estas normas le provoco solo desear en silencio poder ser otra persona... una persona libre y sin estrictas ataduras morales y religiosas.

Esto estaba a punto de acabar. La disposición y paciencia para acatar las normas se le habían agotado. Con la repentina información que su madre la Jequesa Aaminah Mozah. Le brindó esa misma mañana.

- ¡Pero...! ¡¿Que dices madre?!¿Es un error verdad? - Emitió Kala aturdida.

- No, no es un error cariño. - Respondió Aaminah. - Kala, estar prometida es algo maravilloso. - Agregó la madre en tono tranquilizador? al ver que su hija no lograba cambiar su semblante aturdido.

- Y no lo discuto madre, ¡pero eso sólo aplica si te casas por amor! - Atajó Kala.

- Y ¡¿quien dice que no será amor...?! Yo no conocía a tu padre cuando me case con él.

- ¡Madre por favor! esos eran otros tiempos. - Interpuso Kala molesta.

- El tiempo es relevante con respecto al amor cariño. ¡Mira a tus hermanos! ahora viven muy felices junto a sus esposas. - emitió la jequesa Aaminah.

- ¡Yo no soy como mis hermanos! - Expreso Kala.

- Seguro lo amarás una vez que lo conozcas. - Insistió Aaminah.

- ¡Quiero conocerlo antes de casarme! -decretó Kala.

- y asi será cariño. - Expresó tranquilamente Aaminah.

- ¡¿cuándo?! ¡Un día antes de la boda!, ¡¿O en la boda?! - emitió Kala con amarga ironía.

- El vendrá unos días antes de la boda. -Intervino Aaminah.

- iSabes que no me refiero a eso madre! - Atajo Kala más furiosa.

- Cariño, esto no se puede cambiar, es una decisión que tu padre ya ha tomado. Por tu bien Es...

- ¡¿Mi bien?! ¡¿Cómo eso puede ser mi bien?! -La interrumpió abruptamente Kala.

- Sí, tú bien cariño. No sólo te casarás con el hijo del califa Abdel Hamid Husam, sino que tu padre después de la boda les otorgará el título de Emires de Fuyaira. Mejor destino no puedes tener. -Expresó la jequesa Aaminah.

- ¡Oh madre! ¡¿Es que todavía no lo entiendes?!, no estoy interesada en los títulos, ni en los países que pueda gobernar. Sólo quiero ser una persona común. - Kala emitió estas últimas palabras con ahínco.

- ¡Jamás debimos haberte dejado vivir lejos de casa! - Finalizó Aaminah levantándose del sofá. Le rozó la cara con su mano, y le dijo tiernamente - En verdad deseó que seas feliz... pero la decisión de tu boda está tomada y es irrefutable. - Le beso la frente y se retiró.

Los esfuerzos que había hecho por cambiar la decisión de su padre, después de la conversación que había mantenido con su madre; Le fueron en vano. Su padre le dejó en claro que dio su palabra y por mucho que la quisiera y consintiera, la palabra de un jeque era irrevocable.

La Hija del Jeque©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora