Parte 5 (Final): Somos únicos, señora Cox.

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Prov Narrador: Anne entró con sus valijas en mano, y lo primero que hizo fue soltarlas para correr al encuentro con su hijo. Quien se movía algo extraño, según ella podía notar. Parecía que le dolía por completo la acción de mover apenas sus piernas. Lo estrujó lo más que pudo, lo había extrañado obviamente, como cualquier madre al abandonar a su pequeño crío por un periodo de tres días.

Aunque todos sabemos que Harry no lo pasó tan mal como ella debía suponer. Había sido doloroso, sí, lo que Louis le había hecho por decisión propia. Harry había disfrutado como el mayor metía su miembro hasta el fondo la noche anterior. Como tocaba su punto dulce y lo hacía casi gritar del placer. Cómo lo había besado luego de eso, la ducha de esa noche, la falta de sueño pro las caricias y besos que se habían dado.

Todo el tiempo que les habían dado fue perfecto para ambos. A pesar de que en un principio Harry solo era un “Mocoso” y Louis solo una “Victima”. Pensar que solo era un estúpida broma de “¿Verdad o reto?” para tratar de joderle la vida al ojiceleste inocente. Vaya inocencia. Que gracioso el hecho de que cambiaron los roles e hicieron algo completamente diferente a lo que acostumbran las niñeras y los niños.

Me refiero a que un niñero no deja que el niño del que deba cuidar le chupe la polla, y que bien lo hacía aquel rizado. Louis recordó sus hermosos labios color rojo subiendo y bajando por su miembro, sus dientes blancos morderlo, sus manos acariciando sus bolas, ¡Por favor, solo pensar en eso le ponía duro!

Pero aquí se encontraba, frente a su futura suegra, viendo el hermoso abrazo de aquellos dos que se extrañaron. Tal vez la madre lo demostró más con sus compañeras de viaje, diciéndoles cosas como “¿Qué estará haciendo mi pequeño diablito en casa?”. Y Harry simplemente no lo demostró porque entre el llanto y la polla de Louis en su culo, no hubo tiempo de pensar casi en nada más que en entregarse al placer. “Diablito” oh, sí que lo había sido, pero no el típico de color rojo con cuernos, sino que un diablo a la hora de torturar a su amante de muchísimas formas.

Solo recordar lo que anoche le pidió intentar a Louis, que como buen novio creyó que era lo adecuado, y ahora no podía caminar. “Métemela hasta el fondo, fóllame lo más duro que puedas Louis.” Eso había susurrado en su oído, y ¿quién no puede resistirse a aquellas seductoras y eróticas palabras cuando estás con una erección de un enorme tamaño creciendo en tus pantalones? Louis no era el caso.

Obviando el hecho de que Louis no se había movido para interrumpirlos, Harry lo miró de reojo y le sonrió con suficiencia. Iba a comentarle su repentina atracción “¡Que no llegó a nada, hemos dormido en habitaciones diferentes y todo!” a su amada Anne, en cuanto le diera la oportunidad de respirar, claramente.

Había pensado toda la noche sobre cómo explicarle a su madre lo sucedido, y realmente esperaba que no le diera una taque cardíaco. A pesar de que Anne sabía su inclinación hacia los hombres, no creía que “su pequeño” debía comenzar a tener parejas, ¡Menos salir con su niñero! ¡Eso sería enfermo!

Claro, pero uno no puede simplemente decirle a sus hijos, “Oye no debes enamorarte de tu niñero, que es jodidamente hermoso y tiene una personalidad encantadora. No, tú debes enamorarte del capitán de fútbol americano, y vivir una vida de quinceañera en celo.” Por favor, eso es penoso y hasta estúpido.

Harry creyó que si Louis se lo decía no iba a correr el riesgo de que lo matara, pero puede que le reboleara un jarrón, o la Guitar Hero que estaba guardada en el mueble del living. Pero bueno, e rizado aceptó sus responsabilidades y decidió hacerse cargo de todo este lío.

¿Verdad o Reto? (Os Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora