Mis mejillas se humedician cada vez más, recordando cómo le prometí no volver a hacerlo. Los cortes eran cada vez más profundos. Una gota de sangre resbaló por mi brazo hasta el suelo del baño. La miré y me concentré en las palabras de mi madre; ''no vales para nada'', ''fuistes solo un error'', ''ójala no te hubiera tenido''. Mi madre me decía eso cada día, con aire de desprecio, como si no la importara el daño que me estuviera haciendo. Antes, su padre siempre estaba ahí para defenderme, pero ahora... Ahora que he crecido nadie se interesa por mí; ''Ya tienes edad suficiente para hacer las cosas por tu cuenta''. Tan solo tengo dieciseis años, soy una adolescente, con problemas psicológicos, que necesita a su madre, o a su padre. Tan solo necesito a alguien que me quiera y me escuche. Pero no hay nadie que esté dispuesto a hacer eso sin necesidad de ganar dinero. La puerta principal se cerró haciendome saber que mi madre y mi hermana habían llegado. Cogí rápidamente un par de gasas y las puse encima de las heridas, limpié la sangre del suelo y me senté en el water. De un momento a otro alguien intento abrir la puerta.
-Vamos Béatrice, necesito pasar.
Elisabeth, mi hermana, no paraba de aporrear la puerta.
-Vete al baño de papá y mamá, tengo que hacer cosas.
-Siempre estás ahí metida
Por más que la decía que se fuera siguió aporreando la puerta. Me bajé la manga de la sudadera y abrí la puerta de golpe.
-¡Te he dicho que te vayas, pero toma, aquí tienes tu puto baño!
En vez de entrar al baño, empezó a llorar y bajo corriendo al salón, a contarselo todo a mi madre. Abrí la puerta de la habitación y me metí dentro. El calor que me proporcionaba la sudadera hacía que me escocieran las heridas.
-¿Se puede saber quién te da permiso a ti para gritar a tu hermana?
Tan solo me quedé callada. No tenía ganas de tener una pelea con mi padre y que se enterasen todos los vecinos.
-¡Que me contestes!
Ella me cogió del pelo y me tiró al suelo, a la vez que me daba una patada en las costillas.
-¡Que sea la última vez que tu le hablas así a tu hermana! ¿Te ha quedado claro?
Asentí con la cabeza y ella se marchó dando un portazo al salir. Mis lagrimas no tardaron mucho en salir. No tenía fuerzas para levantarme, así que me quedé tirada en el suelo, mientras que el calor debajo de la sudadera se hacía más intenso.
A las ocho de la tarde mi madre me llamó para la cena. Fuí al baño y me lavé la cara. Me levanté la sudadera, la cuál estaba manchada de sangre, con cuidado y me lavé las heridas. Me ardía el brazo entero, apreté los dientes para olvidarme del dolor, pero no sirvió de mucho. Me sequé el brazo y me puse una camiseta de manga larga, que tapaba los cortes.
Abajo todo estaba en silencio. Mis padres ni se miraban, y mi hermana miraba la tele embobada. Todavía me acuerdo de como yo lo hacía, de como me sentaba entre las piernas de mi padre y veíamos juntos nuestro programa favorito. Pero eso se acabo cuando nació mi hermana. Toda la atención se fue hacia ella, y yo me quedé sola. Como siempre había estado.
La mesa ya estaba puesta, y hoy mi madre había hecho para cenar ensalada de pasta. Empecé a remover con el tenedor la pasta, que se mezclaba con el maíz y la cebolla.
-Vas a marearlo.
-No tengo hambre mamá.
-Pues te lo vas a comer, porqué no lo voy a tirar.
-Emily, no puedes obligarla a comer si no quiere.
La voz de mi padre sonó relajada desde la otra punta de la mesa. Mi madre bufó y se levantó. Aparté un poco el plato y subí a mi habitación. No tenía ganas de hacer nada, pero, aún así, cogí mi móvil y abrí el WhatsApp. Tenía 156 mensajes de un grupo de internet. Abrí y cerré el grupo. Bajé más abajo. Tenía dos mensajes de Ashton, un chico que conocí por internet hace 5 meses; ''Buenos días enana''. Ashton era como mi hermano pequeño, siempre intentaba ayudarme. ''Eso de que no me contestes me asusta, no hagas nada de lo que puedas arrepentirte.'' Después de una lucha interna entre contestarle o no contestarle me decanté por hacerlo; ''No he hecho nada malo, tranquilo''. Estaba ya harta de mentir a todo el mundo, pero no quería contarselo a nadie.
Tenía una llamada entrante de Matt, mi mejor amigo, y el chico que me tiene locamente enamorada.
-Hola cabeza de melón.
Mi voz estaba apagada, pero era de esperar cuando tenía que contarle lo que había hecho. Matt era la única persona que sabía todo lo que me pasaba. Y todo lo que hacía al respecto.
-Hola pequeña, ¿estás mejor?
-No, me ha vuelto a pegar, y esta vez ha sido peor, me duelen las costillas.
Silencio.
-Y...
-Y lo has vuelto a hacer ¿verdad?
Silencio.
-Solo intenta no volver a hacerlo.
-Sabes que no voy a ser capaz.
-Inténtalo, por mí.
-Está bien.
-Así me gusta.
Noté su sonrisa al otro lado de la línea. Y yo también sonreí. Él me hacía sentir especial, como si fuera única.
-Creo que voy a irme a la cama, no quiero que suba y me regañe por estar hablando a estas horas.
-Buenas noches pequeña, te quiero.
-Y yo a ti tonto.
Y fin de la llamada. Fuí a darme una ducha. El agua caliente bajaba por mis hombros hasta los pies limpiando todos mis errores. Me envolví con una toalla y me tumbé en la cama. No tenía ganas de ponerme un pijama, y mucho menos de secarme. Puse la música. En el reproductor sonaba Amnesia, de 5SOS. ''Perfecto'' pensé ''La canción perfecta''. Me metí debajo de las sábanas sin quitarme la toalla y me hice una bola. Poco a poco, mientras susurraba todas y cada una de las palabras de la canción, me quede completamente dormida.
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Nightmare.
Roman pour AdolescentsTres caminos diferentes, un destino en común. Una novela llena de realismo que cuenta el día a día de tres chicas atormentadas por la sociedad. Sus vidas son un desastre hasta que se encuentran en un punto en común. Chicago, Londres y Madrid serán...