El principio del fin Parte 2

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[Ciudad de México-México]
Llevabas ya varios días sin saber nada de Alfred, habías apagado tú celular, habías evitado cualquier contacto que tuviese relación con esté. Esa semana había sido del todo tranquila, algo que en cierta forma te extrañaba pues siempre estabas bajo presión, bueno, esos días no había sido el caso y tú no podías estar más feliz. Tarareaste una canción a modo de expresar esa sensación que te llenaba, era simplemente perfecto. ¿y cómo no sentirse así?, si la mayor parte del tiempo se la pasaba en casa del estadounidense complicando de sobremanera su trabajo.
Unos golpes en la puerta interrumpieron lo que estabas haciendo por lo que levantaste la cabeza, una acorazonada te dio a entender de quién se trataba, así que fuiste a abrir la puerta encontrándote con la recepcionista quien tenía cara de pocos amigos.
-Señor México, está en la línea el gri...-chasqueo la lengua al tener que cambiar la frase por lo que sonreíste de medio lado-su "pareja"-menciono con sarcasmo fingiendo una sonrisa demasiado forzada. Con la cabeza le hiciste una seña por lo que ella te siguió-¿señor México?-escribiste con letra pulcra lo que diría la joven, mostrándoselo segundos después.
"Finge qué no estoy:
-¿señor México?, al parecer salió.
PD: No quiero recibir llamadas de Estados Unidos ni de ningún otro país que tenga que ver con él.

Esta afirmó en silencio diciendo lo pedido. A los pocos minutos le llego un fax el cual se negó a ver, presionando un botón que estaba debajo de su mesa el cuál bloqueaba toda señal del lugar asegurándose que Alfred no se diera cuenta que estaba ahí -y que le había mentido- sólo porque no estaba de humor para escuchar sus quejas.
Regreso a su trabajo con calma siguiendo tarareando una suave canción escuchando las noticias en la televisión que estaba en un extremo de la oficina a lo que subió el volumen.
"En otras noticias se confirma el rompimiento del matrimonio entre la nación rusa y china. Gobernantes de ambos países aseguran que esto podría significar nuevos tratados con distintos países. Por otro lado, se desconocen motivos de esta ruptura".
Alejandro chasqueó la lengua un poco, de seguro Alfred tenía algo que ver con la ruptura entre China y Rusia, la verdad eso no lo sorprendía pero aun así le molestaba que además de hacerlo miserable a él también se lo hiciera a los demás países. Soltó un suspiro cansado, volteando al escuchar que le llegaba otro Fax, ante eso tomo el actual viendo que era de Argentina, sonriendo con calidez por lo que estaba escrito en este: "eh, boludo de mierda, competencia de copas en casa de chile", en los últimos días no sólo habías estado con tú gente, sino también con tus hermanos. Al pasar a la siguiente hoja la sonrisa se te borró por completo al leer lo que estaba escrito en el fax: "te espero hoy para cenar, hasta entonces cariño". El estómago se te hundió por lo que arrugaste la hoja con desdén negándote a asistir con la clara intención de ir a casa de chile a beber y con eso volviste a tú trabajo, pero sintiendo pesado tú cuerpo, pero decidiste no hacer caso a esa sensación.

[Moscú-Rusia]
Los naranjas colores en el cielo y la casi nula calidez del sol anunciaban lacaída del día y daban por bienvenida la noche. Suspiraste un poco, cansado, encierta parte por el trabajo, por otra, el ambiente pesado e intolerable con túpareja, quién seguramente estaba bebiendo té mientras hablaba por celular conHon-kong. Miraste al frente, la verdad no te apetecía ir a tú casa, pero notenía opción, habías terminado tú trabajo incluso de tres días futuros, por loque te mandaron a descansar
Llegaste a la casa con cautela mientras dejabas tu portafolio en la entrada,unos sonidos prominentes de la segunda planta. Caminaste con cautela al lugar,escuchando gemidos, tú estómago se encogió. Abriste la puerta, donde presenciasel acto más denigrante hasta ese momento. Frente a ti, estaba a quién durantemuchas ocasiones consideraste a un ser muy importante. Tus puños se apretaron,mientras tú rostro se contraía por la amargura.
-¡Iván-aru!-su voz, lo que menos deseabas era escucha su voz chillante, mirastecon rabia los ojos azules de quién se volvió el amante de esa persona, ambasmiradas se enfrentaron, el azul de aquel hombre en pocas palabras, altaneras,disfrutaba en demasía, haber lastimado a Rusia, se deleitaba. El chino sevestía con rapidez y el estadounidense sólo se subió los pantalones, mientraspasaba sus manos por sus cabellos para acomodarlos hacía atrás.
-Suficiente es saber las continuas infidelidades, pero ser tan descarado comopara colarte en nuestra habitación-Iván estuvo a punto de chasquear la lenguaal mencionar lo último, Alfred ensancho más su sonrisa, mientras cerraba losojos y se colocaba su pesada chaqueta.
-vaya, esto es vergonzoso-arguyó Alfred, con voz fingida. El pobre Rusia ni siquiera estaba enterado que en algunas ocasiones se colaba a la oficina de suesposo con Inglaterra-pensé en un hotel, pero china decidió ser un buenanfitrión. Un placer hacer negocios contigo-miró a Yao y este bajo la mirada,Iván se molestó, pero no estaba dispuesto a defenderlo, no después de eso. Unavez estando sólo, Iván apretó los puños, miró al chino con severidad, mientraseste se la sostenía. Se quedaron en silencio unos segundos más, hasta que elmayor entre ellos se decidió por romperlo, no sólo el silencio.
-Ya no te amo, Iván-el mencionado sonrió con amargura, muchas cosas azotaron sumente, sobre todo ideas macabras, pero renuente en aplicar alguna, sólo atinó agolpear la puerta con su pecho, rompiéndola de inmediato, haciendo que jadearaYao asustado, su rostro estaba totalmente sombrío, sin un solo rastro de susonrisa inocente, mando una última mirada al mayor, quién no fue capaz desostenerla más y se marchó del lugar a toda prisa.
Camino hasta que anocheció, camino durante horas, hasta que se alejócompletamente de su gente y se detuvo en medio de un bosque, donde apoyo laespalda en un árbol, dejándose caer, con la mirada al cielo, observando la lunarodeada de las estrellas, siempre tan hermosa, tan deslumbrante, que nada lapodía opacar, de tal forma, que ni tenía que preocuparse del sol, este sólosalía en los días y nadie podía si quiera verlo, nada se comparaba con ella,siempre se aseguraba de calmar sus noches de tormenta, arrullándolo con unacanción silenciosa, aliviando por lo menos algunas horas sus más agobiantesdolores. Todo mundo le abandonaba, sus hermanas, sus "amigos", incluso supareja, quizá si estaba destinado a la soledad del invierno, mejor dicho:Maldecido.
Quiso al menos llorar, pero desde que dejo la infancia, algo no se lo permitía,como si sus lagrimales se hubiesen bloqueado, justo en ese instante, sólo se limitabaa cerrar los ojos. Se sentía humillado, como en sus años más inmaduros, así quesintió una amargura en su boca que sólo lo hizo tomar el impulso para tomarvenganza. Se levantó dos ideas en mente, la primera: informar a su jefe sobrela ruptura de su matrimonio y la segunda, bueno, pronto Alfred aprendería ajamás volverse a meter con él.

Nuevo comienzoWhere stories live. Discover now