Lo que era de el

2 0 0
                                    



"Vida es el nombre que hemos asignado al tiempo que pasamos esperando para morir."

Una vez oí esa frase en algún lado, penetro mi cerebro y se instaló ahí. Aun con el pasar del tiempo permanece, impasible, esperando.

La monotonía de mi vida me agobia, ni siquiera puedo diferenciar los días, todo avanza como una mancha gris y no parece querer acabarse. Las cosas interesantes dejaron de existir y lo que alguna vez fue divertido se vuelve una ilusión.

El nuevo mundo parece haberse creado para ancianos, es tan tranquilo y calmado que me dan ganas de gritar, y a veces, me planteo cometer algún crimen solo para sentir algo más que no sea aburrimiento.

Las áreas asignadas a cada color son el único lugar seguro de la tierra, además del Centro Blanco, donde solo van aquellos que cumplen los diecisiete para descubrir su futuro.

Y es donde me encuentro ahora, dentro de las murallas del Centro. Muy pocas personas tienen la oportunidad de entrar más de una vez, y es que, es el paraíso VIP.

Solo permanecen aquellos humanos especiales. Uno cada cinco mil personas pertenecen a esta categoría.

Por supuesto, no soy una de ellas. Mis padres son violetas, pero mis abuelos eran celestes, soy más de lo mismo y de lo que habrá. No hay posibilidad de llegar más alto que el tercer eslabón. Y siendo honesto, me resulta imposible verme como una estrella.

Solo ruego no salir Marrón.

La fila avanza y al asomarme veo tres personas por delante de mí. Por la puerta, sale una muchacha con cabello verde, y una amplia sonrisa en la cara. Al otro lado de la reja, la multitud formada por familias ruge mientras ella se dirige a el autobús que la llevara a su nuevo hogar.

Algo se remueve en mi pecho.

Originalmente, todos nacemos con cabello castaño y ojos igual. Por eso las elecciones son tan importantes, porque dejas de cargar el horrible color Marrón... algunos.

Clavo mis ojos en la nuca del chico frente a mí, no deja de mover el pie derecho y frotarse las manos. Tengo el impulso de decirle que pare, pero lo suprimo con facilidad, después de todo no era su culpa, todos tienen derecho a ponerse nerviosos.

Suspiro.

El jardín, si puede llamarse así, de la Central Blanca se basa en piso platino y un segundo muro, más bajo que el anterior, que nos separa de los VIP. Lo más lejos que podemos llegar es esto. Una reja separa la primera capa de la central, blanca obviamente, del otro lado mis padres, junto con el resto de los familiares de todos los adolescentes de 16 años del mundo, gritan y nos ovacionan con la intención de animarnos.

La fila vuelve a avanzar.

La puerta se alza ante nosotros, imponente. Nadie sabe en qué consisten las elecciones porque se supone que son todas diferentes y hay contrato de confidencialidad o algo asi, pero esta plagado de rumores en todos lados sobre el metodo deelección de colores.


Llevo media hora parado aquí, me pesan las piernas. Me hubiera sentado si no supiera que serían capaces de echarme directamente a los marrones por "falta de respeto" ante los VIP.

Alcé la cabeza y cerré los ojos, los gritos de la multitud habían comenzado a atosigarme. Los abrí. Hoy el cielo estaba nublado, gris, como todo lo que pasaba en mi vida, reflejaba la monotonía de la realidad.

Aburrido.

Aburrido.

Aburrido.

Estaba aburrido.

Las ovaciones incrementaron, se oyeron exclamaciones por parte de los adolescentes que me rodeaban. Me incline a un lado para poder ver mejor.

Una Marrón.

Los insultos no se hicieron esperar, acompañado del lastimoso llanto de la muchacha, que con ojos vacíos observaba a la multitud mientras seguía los pasos de la anterior joven verde.

Hice una mueca mientras la seguía con la mirada, pero no dije nada.

La fila volvió a avanzar. Dos personas.

El chico frente a mí se volvió a verme por primera vez. Tenía una mirada desesperada que me sobresalto.

_Disculpa. _dijo. _ ¿Podría molestarte con mis dudas? Si sigo así, voy a desmayarme antes de entrar.

Mi primer impulso fue bajar la cabeza e ignorarlo, pero entonces reaccione al recordar las reglas; no había nada que prohibiera charlar entre nosotros.

_Bueno. _ conteste en voz baja, el pareció no oírme por culpa de la multitud e hizo una mueca, no lo repetí, pero alcé un poco más la voz. _ Siempre y cuando no llamemos mucho la atención.

Me conto que provenía de una familia de Naranjas, pero que su bisabuelo había sido un Marrón, que había muchísimas posibilidades de salir como su antepasado.

Me limite a asentir y no dije nada.

Entonces la puerta volvió a abrirse, y por ella salió una Celeste.

El chico desconocido se despidió de mi con un asentimiento y entro.

La fila avanzo.

No había ninguna persona más frente a mí.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jul 18, 2018 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Aquellos sin ColorWhere stories live. Discover now