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Cualquiera diría que, para tales acciones tan chocantes todavía siendo procesadas por Lincoln, este terminaría arruinando su plan de escapatoria, ¿O fuga? Para tan caso se sentía como lo mismo. Lincoln sabía muy bien mantenerse enfocado. De un tiempo más o menos cercano se volvía una herramienta en lugar de ser el portador de las herramientas. Casi como un juguete para sus hermanas, aunque nadie en la casa lo viera de verdad así, uno que otro comentario salido de Lola pero nada muy explícito que degradase a nadie.

Lincoln conocía cada astilla podrida de su hogar, cada ladrillo desencajado. No se iba a dejar descubrir, ni el ardor del licor arrastrándose bajo su garganta, ni el rose de los labios cuarteados de Luan y ni tan siquiera toda la sangre que se acumulaba en sus mejillas le harían pisar aquellas trampas mortales diseñadas para emitir rechinidos. Ni tan agradables para una persona normal que tendría menos de la mitad en sensibilidad auditiva marca Loud. Más de una ocasión esa era de lo menos que debía preocuparse. Los enguinches le enseñaron, y obligaron, a ser tan silencioso como un roedor, un asesino, un conejo asesino. Incluso notaría si Lucy rondaba cerca.

«Soy la maquina perfecta», dijo para sus adentros con una enorme satisfacción, incluso permitiéndose tronar su dedo índice con su pulgar. Quizá fuera el alardear la única pieza que faltaba mejorar en sí. No faltaría una operación perfecta para el estratega albino que fuese arruinada por una pequeña celebración interior, pero este no sería el día. O la noche para tal caso.

Todo preparado, una mochila a sus espaldas, botellas llenas de licor. El albino abrió la puerta antes de tronar un segundo dedo. Cuidadosamente cerrando la puerta llenando sus pulmones del aire fresco y algo húmedo del ambiente. Lincoln fue detrás de los arbustos cerca del costado de la casa donde alguna vez estuvieron las marcas de cada miembro de la familia pintada en la misma, el tiempo las desvaneció, pero a Lincoln solo le importaba su bicicleta oculta cerca. No iba a cometer el mismo error, esta vez despojada de la misma campana que le venía de herencia.

Cerro los ojos después de completar el vaho salir de su boca e inclino su cuerpo para empezar a pedalear. No tuvo miedo en apresurarse un poco para ver desaparecer su hogar al girar la esquina. El viento helado despeinaba el cabello de Lincoln como si de una película se tratase. Su cuerpo moderadamente musculado, su cabello empujado por el viento y el firme trasero del albino no era algo que pasara por alto por una que otra interesada. Este lo sabía, pero, ¿Por qué no buscar algo más grande y mejor cotizado?

«Kat»

Una sonrisa se dibujó en su rostro mientras pasaba por las calles desoladas, oscuras y silenciosas de Royal Woods. Apenas las luces dejaban ver siquiera algo en el camino, apenas reconocibles. Pocos establecimientos seguían abiertos a horas tan altas como esta. Tiendas de conveniencia, restaurantes y uno que otro que poco se sospecharía deberían de hacerlo, restaurantes familiares como el Cisfiboro's Hound o tiendas bastante... particulares e interesantes como lo fue el Black Horse.

El camino era su caja de arena. La visión de Luna en el estado por el que pasaba le hacía querer recordar quien era ella, su hermana favorita, su mejor amiga, quizá de sus mejores apoyos. No, no quería recordar, un poco de lo bueno tal vez, pero hubo una vez que una noche como esta había sido repetida. No estando solo, alguien le ayudaba a despreocuparse, sabiendo que al volver a casa recibirían un castigo. Al menos que valiera la pena.

«Real human being... And, real hero»

Eso necesitaba; un gancho para darle fuerzas a sus piernas. Volverse una mancha en medio de las oscuras calles.

Un recorrido siendo obligada a ser emocionante.

Se preguntaba si Clyde habrá podido fugarse sin tener que pasar sobre sus padres. Poco había visto de lo que podría pasar, quizá Lincoln no debiera de tener ideas tan exageradas como alarmas de movimiento en el suelo o sabanas diseñadas para fungir cual camisa de fuerza. Solo faltaba que Clyde fuera un inválido asmático para que empezara a hablarle a una cámara imaginaria... Aunque parte del mal pudo haber estado presente en el pasado.

Para tal caso esperaba a Clyde en la fiesta.

Horror School PartyWhere stories live. Discover now