A Lincoln realmente le incomodaba salir por la noche. Mientras pedaleaba no podía dejar de sentir la constante necesidad de mirar a su alrededor, a lo que pudiera ocultarse en la oscuridad. Por lo general siempre veía una o dos luces encendidas en las casas a su alrededor, y quizás uno que otro curioso viendo por la ventana. Apenas debía ser media noche, por lo que no sería extraño que varias personas siguieran despiertas. En su casa era lo contrario, siempre tenían que seguir un horario para dormir. Posiblemente el único momento en que sus padres podían descansar un poco de los escándalos tan comunes que suceden durante el día.
Lincoln encendió los faros de la bicicleta. El camino frente a él se iluminó levemente, la luz se haría más intensa entre más pedaleara y Lincoln tenía que ser rápido. Había perdido tiempo valioso ayudando a Luna con su borrachera, y siempre existía el riesgo de que Clyde se hubiera ido sin él. Clyde podía ser su mejor amigo, pero también era hombre, un hombre que había ganado algo de atractivo y una pequeña barba a lo largo de los años. No dudó en que podría acaparar la atención femenina desde el principio si llegaba al menos un minuto tarde.
Lincoln ya podía imaginarlos a todos ya en traje de baño mientras se lanzan en picada sobre le piscina. Sabía que aún era lo suficientemente temprano como para que todos se reunieran, pero aun así no podía dejar de sentirse incómodo con la idea. Había esperado esto por mucho tiempo, y como solía suceder en su vida, siempre podía ocurrir algo que lo arruinara. Sólo esperaba que ese algo fuera Luan y que ya lo hubiera arreglado.
Antes quizás se hubiera quedado, incluso podría haber limpiado su vómito e incluso cambiar su ropa con ayuda de Luan. Pero ahora... Ahora realmente no quería verla. Se había encontrado detestando siquiera mirarla cuando regresaba a casa en ese estado, y para su desgracia, ese sentimiento también comenzaba a hacerse presente durante el día cuando hablaba con ella.
Y temía que Luna comenzara darse cuenta de eso.
-Suficiente de pensar en tu hermana, Lincoln –este no era el momento para distraerse, era el momento para pasarla bien. Esa noche se reuniría con todos sus compañeros de clases y tendrían una de las fiestas más grandes y descontroladas de todas en la piscina de la escuela. Quién sabe, quizás fuera su turno para regresar a casa bañado en su propio vomito.
Mientras trataba de no distraerse con nada aterrador o misterioso alrededor del camino, Lincoln pensó un poco en la organizadora de la fiesta: Kat. Lincoln realmente no había tenido mucho contacto con aquella chica, había días en que le llamaba un poco la atención esa costumbre de cambiar de novios tan rápido como intercambiaba sus bolsos, siempre centrándose en quienes parecían estar más alto en la cadena alimenticia. Muchas chicas la catalogaban de puta a sus espaldas, pero parece que Kat no se preocupaba tanto por el sexo de lo que se preocupaba por estatus social.
Esta pequeña fiesta parecía ser un regalo para su nuevo novio del mes. Si no recordaba mal, ahora salía con el líder del equipo de futbol de su salón, un chico robusto y bastante vanidoso de nombre Michael. Parece que el chico había querido organizar una fiesta por su última victoria, pero carecía de los fondos y el lugar apropiado, ahí es donde el dinero de Kat entró en marcha y de todos los lugares que se habían escogido terminaron escogiendo la piscina de la escuela e invitando a todo el salón de clases sólo para demostrar que podían.
Lincoln no podía decir que ninguno de los dos fueran personas que aguantara. No podía negar que Kat era posiblemente la chica más vomita y mejor desarrollada de todo el salón, pero tampoco mantenía esperanzas de que una niña así se interesara en él. No iba a apuntar fuera de la cancha.
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Horror School Party
FanfictionUna fiesta en la piscina de la escuela en el medio de la noche que prometerá un descontrol sin igual digna de recordarse por los albores del semestre. ¿Cada tanto se puede vivir un estereotipo?