El Tren Al Infierno - Parte 2

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El tren aumentaba su velocidad con cada metro recorrido y parecía adentrarse en las entrañas de la tierra. Pues cada vez se podía percibir con más claridad la inclinación del vagón y su vertiginoso descenso.

"¿Qué mierda pasa aquí? Esto no lo esta haciendo ningún policía" - dijo el más callado.

De repente la luz del tren comenzó a parpadear y tras cada momento de oscuridad el vagón parecía distoricionarse y volverse cada vez más tétrico. Una especie de material viscoso similar a la sangre comenzó a brotar de las paredes, los asientos que antes parecían nuevos envejecieron de golpe y se mostraban oxidados y con el plástico derretido. Era como si hubieran sido expuestos a altas temperaturas o alguien se hubiera dedicado a quemarlos con una llama.

Aterrorizados e incapaces de articular palabra, vieron como una nueva estación se acercaba, pero esta vez no encontraron un andén a su paso. En su lugar había una especie de cámara de tortura en la que despellejaban vivo a un desdichado que gritaba de dolor mientras lloraba sangre. Las cámaras se sucedían una por una y la velocidad del tren se había anotado, como para "deleitar" a sus pasajeros con las más crueles y brutales formas de torturar y causar dolor, que cada vez eran más sádicas y salvajes.

De repente el tren se detuvo y el mendigo que hasta el momento parecía inconsciente a causa de su borrachera, se levantó. Los atracadores se quedaron petrificados al observar bajo su capucha unos brillantes ojos amarillos y un rostro rojo adornado por una puntiaguda barba.

"Tu te bajas aquí, estafador" - dijo mientras levantaba con un solo brazo al hombre trajeado y a este lo lanzaba fuera del vagón.

Inmediatamente un par de sombras que aparecieron del suelo lo levantaron y llevaron hasta un foso lleno de gusanos. El estafador comenzó a gritar mientras los gusanos le atravesaban la piel y comenzaban a devorarle por dentro.

"Estos gusanos te devorarán en vida, como tú lo hisiste al lucrarte como un parásito del trabajo y el dinero de los demás para llevar una vida de lujos" - dijo el falso mendigo que al que ya fácilmente se podía distinguir como un demonio. - Ustedes no tendran tanta suerte, ustedes van mucho mas abajo"

Al dia siguiente las crónicas de todos los periódicos anunciaron la muerte de un policia y dos atracadores que fueron abatidos a pocos metros del tren en el que pretendían escapar.

"Que tengas muy buenas noches"

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