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"Espero verte ahí."


El remitente hizo que la chica viera el mensaje en un tiempo récord. Era Changkyun.

Ella estaba terminando su proyecto final de sociología cuando lo vio. Había varios mensajes previos y aquello era lo que más le sorprendía. Changkyun no solía mandarle muchos mensajes, generalmente siempre pensaba que estaba molesto, pero no era así, simplemente el chico no era de muchas palabras.

Terminó rápido su proyecto, no faltaba mucho, por lo cual solo guardo el archivo y buscó una sudadera. Se puso ropa decente, pero casual. Todo era mejor que aquel pijama desgastado que portaba.

Colocó sus zapatos y tomó sus llaves.

Por un momento pensó si era buena idea avisarle a su compañera de piso. Pero después lo pensó un poco, a ella tal vez ni le interesaba, así que no dijo nada y solo salió. Ya después se daría cuenta de su ausencia, o no.

Salió del apartamento, y empezó a caminar hacia el lugar al que habían acordado. O más bien, el lugar que había decidido Changkyun para que se vieran. Era un pequeño parque que le quedaba a 3 cuadras de su apartamento.

Cuando llegó, la chica se sentó en una de las bancas. Había niños en el lugar, pero no sabía por qué. Era tarde para que aún estuvieran jugando en ese lugar.

Acomodó sus gafas y miró su celular, esperando a que esté mismo se iluminara con un mensaje de Changkyun. Pero no quería molestarle. Ella nunca le mandaría un mensaje para preguntarle en donde venía.

Esperó pacientemente. Justo cuando se disponía a escuchar música, apareció una lata de café chocolate frente a ella, tomándola un poco por sorpresa. Miró al que la ofrecía y su corazón dio un vuelco. Era él.

—Uh... ¿esperaste mucho?— Su voz tranquila y grave hizo aparición.

Ella negó, le sonrió un poco y tomó la bebida.

—En realidad, llegue hace unos minutos. No esperé mucho. — Respondió ella.

Changkyun asintió. Se sentó a su lado, un poco más cerca de lo que ella esperaba. Le miró y su vista no pudo ser más premiada. Changkyun vestía un pantalón de mezclilla con unos converse negros y una camiseta color negro. Bastante simple, pero la simpleza hacía que su corazón se acelerara sin motivo.

El chico sonrió. Miraba al frente, pero después de un momento la miraba a ella.

— ¿Que sucede?— Preguntó, el sabía lo que la chica hacía. Pero aun así quería preguntar.

—No, nada. — Apartó la vista sonrojada y miró al frente.

Silencio. Pero no silencio del que es incómodo. No. Más bien era un silencio cómodo. En el que no hacían falta las palabras. Con la simple presencia del otro se sentían cómodos.

—SaeMin. — Habló el.

— ¿Si?— Preguntó ella. Lo volteo a ver y pronto fue envuelta en un abrazo.

Un abrazo embriagante, en el cual su aroma predominaba. La presión no era mucha, pero era la suficiente.

Un abrazo de Changkyun era más que suficiente.

—Sé que es difícil ahora. — Habló aun abrazándola. — Sé que no soy bueno demostrando las cosas. Sé que tus amigas dicen que no valgo la pena. Se muchas cosas. Otras cuantas no. Sé que con hacerme cargo de la empresa de mi padre las cosas serán mucho más difíciles.

kids» IM ChangkyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora