¿Cómo comenzar a contar esto? Ni siquiera yo misma sé donde empezó todo. ¿Qué tal si nos conocemos? Gabriela, ese es mi nombre. Diría que "Gabi" para los amigos, pero la realidad es que prefiero que todos me llamen así. Vengo de una familia muy unida, o al menos eso pensé hasta hace un par de años, pero ese es otro tema.
Tan pronto como tuve mi primer contacto con un ambiente escolar, destaqué. Primero porque al ser siempre la más pequeña en el grupo, los mayores se divertían molestándome -mi mamá amaba peinarme con colitas o trencitas y algunos niños tiraban de ellas, pero yo no tenía corazón para decirle que no me peinara así, porque le gustaba tanto...-, pero eso se resolvió cuando conocí mi primer amigo en toda la vida y me aconsejó que debía comenzar una repartición de pellizcos, ¿su nombre? Alejandro. Luis Alejandro.
¿Lo notaron? Mi primer amigo fue un niño. Siempre fue así, las niñas me odiaban, los niños no. A pesar de ello, nunca se me dificultó comenzar a hablar con los demás ya fueran niños o niñas, pero tampoco creaba lazos muy profundos con nadie. Era la niña lista de la clase, mis amigos siempre fueron los niños con peores calificaciones, pues por alguna razón lograba despertar en ellos el deseo de aprender y siempre era yo quien les explicaba todo lo que no entendían de las maestras.
Pensándolo ahora, creo que podría considerarme como una especie de adulto pequeño; era excesivamente responsable y ordenada, callada, me enfocaba solamente en lo que debía hacer y no era muy expresiva.
Aunque mis papás jamás me exigieron tener buenas calificaciones creo que inconscientemente asumí que debía tenerlas para no decepcionarlos, era y sigue siendo la manera que tengo de pagarles todo lo que han hecho por mi y el apoyo y esfuerzo que han puesto en mi educación, tanto académica como en el ámbito personal; ya que en ellos encuentro únicamente buenos ejemplos y les estoy agradecida por ello.
A pesar de todo esto, los he decepcionado. ¿Por dónde comenzar? Veamos... A finales de mi primer año de prepa, inicié una relación con mi aun novio, ¿su nombre? Dante. Íbamos en el mismo grupo, así que nos veíamos todo el tiempo. Para el segundo año, elegimos grupo basándonos en los profesores que cada uno deseaba tener y debido a esto, cursamos el segundo año en diferentes grupos. Como dije, siempre había sido muy responsable y ordenada, por lo que pasé con éxito el segundo año, mientras que para Dante no ocurrió de la misma manera.
Él tuvo que repetir el segundo año, mientras que yo cursaba el tercero en el área de las ciencias sociales – cabe mencionar que toda mi vida había deseado ser neurocirujana, pero en esta etapa no tenía muy claro ya lo que quería estudiar. - Llegados a este punto, me preocupaba bastante que él no lograra terminar al mismo tiempo que yo, así que cargaba con mi propio trabajo más la mitad del de él, ya que me ofrecía a ayudarlo en lo más que podía.
En el fondo sabía que por cuestiones de extras era prácticamente imposible que termináramos juntos, así que tomé una de las decisiones que más me han marcado hasta ahora, reprobé una materia para así no poder salir de la prepa. Literalmente, me esforcé para reprobar. No asistí al examen final, y estudié para poder responder mal en el extraordinario.
¿Lo siguiente? Decirle a mis padres que no había logrado salir de la prepa debido a una materia. Su reacción no fue para nada buena... Luego de eso, me inscribí en un grupo de 6to pero esta vez de área 4, por lo que tuve que cursar las materias que no eran del tronco común.
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Experientia Docet
EspiritualSomos contadores de historias, por naturaleza apasionados de comunicarnos a cada momento incluso en los instantes de silencio. Experientia Docet es eso; gritos mudos que no hicieron tremendo eco en su momento pero que ahora agitan el pecho de propio...