TRES

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1998

En 1998, mi hermana Sara tenía nueve años, iba a cuarto básico, y sí, era hija única. Yo llegaría 4 años después a arruinarle su armonioso mundo.

Volteé y pude ver a mi pequeña hermana mayor con el uniforme de su colegio y con una cola de caballo atada con las míticas ligas de terciopelo.

La miré como si hubiese visto un fantasma, ella se dió cuenta y me miró con sus grandes ojos cafés claros. Aparté la mirada de inmediato y aceleré el paso, alejándome rápidamente de ahí.

Caminando por otras mil cuadras, finalmente llegué a la tierra prometida; el centro.

El mall tal y cómo lo conocemos aún no existía, o bueno, a penas existía, puesto que estaba en construcción. El "mall" de esa época era la hoy en día Gran Galería, que va en decadencia, puesto que está alejada del punto donde se concentra el comercio de la ciudad, aunque a mí siempre me ha parecido muy bonita, sólo que en la actualidad le hacen falta tiendas que hagan que la gente vaya. Tal vez una popular cadena de comida rápida, un H&M (por qué aún no hay uno en la ciudad) y una tienda de tecnología, serían suficientes para revivir la concurrencia en la galería.

Llegar ahí fue definitivamente una explosión noventera en mi cara. La moda de esa época no estaba muy alejada a las tendencias de 2018 por lo que me fue fácil guiarme a la hora de elegir los atuendos.

Me paseé por cada una de las tiendas de ropa, y en todas, mínimo, salía con una nueva adquisición.
Aún era tiempo de frío, por lo que el atuendo que elegí para ponerme en el momento y dejar el uniforme de lado consistía en unos mom jeans, botines café, una polera de los Smashing Pumpkins de color gris oscuro, encima, una camisa escocesa verde y un abrigo color café. Obviamente, no gasté todo el dinero, aún me sobraba mucho, por lo que lo usaría para arrendar una habitación en algún hostal barato (pero bueno, sí).

Estaba llena de bolsas, aunque usé la menor cantidad de estas posibles para hacer la huella de carbono lo menor posible en este año.
Fuí hacia una cabina de teléfono, me costó un poco entrar por las bolsas y por el reducido espacio, cuando pude entrar busqué en las páginas amarillas alguna hostería, llamé a varias, pero todas eran demasiado caras para mi "ajustado" presupuesto, tengo que hacer rendir lo mejor posible el dinero, con la ropa ya gue demasiado gasto, tengo que comer algo, encontrar un lugar donde dormir y mañana ...

¿Qué haría mañana? ¿Debo hablar de mañana en pasado, por qué de hecho "mañana" ya había sucedido pero yo estaba...o estoy?... ¡Aaaagh! El tiempo es tan complicado.
Más bien relativo, pero como sea, aún no sabía que haría al día siguiente ¡El profesor! ¡Eso es! Pensé en ir en busca del Profesor García, pues evidentemente el había sido el causante de mi llegada al siglo 20, pero también me dí cuenta qué de igual manera quería vivir un par de días más en los noventas, por qué tal vez si acudía de inmediato al profesor este me mandaría derechito al 2018 y bye bye a la full 1998 experience.

Así que este es el plan por "ahora":

·Conseguir un lugar donde dormir.

·Comer algo.

·Disfrutar un par de días de los 90's.

·Intentar intervenir lo menos posible.

Esta última era muy importante, por qué si algo había aprendido después de ver mil veces Volver al Futuro y algunas de las mil parodias qie se le habían hecho, era que la cosa más mínima puede hacer un cambio gigante a futuro. Aunque eso significa que no debería hacer absolutamente nada, sólo, literalmente, quedarme parada mirando que pasa, y sabemos que eso es imposible, por lo que tal vez, sólo tal vez, no haya sido un accidente que haya llegado en este día a este año, así que otra cosa que agregar al plan:

Atrapada en los 90'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora