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Después de una larga espera en la lavandería, por fin nuestras playeras están limpias.
Necesito llegar rápido al trabajo, porque ya he perdido tiempo, ¡me regañarán!
Le pago a la señorita encargada y rápidamente tomo la bolsa de papel con nuestras prendas ya secas y limpias con aroma a lavanda.

Corro rápidamente hasta por fin llegar al trabajo, ¡por suerte solo me he demorado 10 minutos!
Cuando llego, me encuentro con Jungkook lavando los trastos.

Giro varias veces para buscar en mi vista al pelinegro.

—¿Dónde está el chico malo? —le cuestiono mientras coloco la bolsa sobre la barra.

—Se fue, dijo que tenia algo urgente que hacer y se fue sin más —me responde, sin quitar su mirada de sus trastos.

Chispas, se me escapó.
El problema es que tengo su playera en mis manos y él tiene la mía puesta, ¡no podemos intercambiar así como así!

Necesito regresarle esto, no puedo quedarme con ella.
Pero, ¿cómo lo haré?
Ni siquiera se cuando lo volveré a ver, no sé si regrese al restaurante...
¿Tengo que buscarlo directamente en su casa?
¿Y si me mata por ir?

¡No se qué haceeeeer!

En eso, Jungkook me sacude haciéndome volver a la realidad. Al parecer me perdí en mis pensamientos por un rato, pero vamos, tomar decisiones cuando se trata de ese chico malo no es nadaaa fácil.

—¿Qué tanto piensas Jimin?

—Tengo que ir a la casa del chico malo, para regresarle su playera.

Jungkook se queda pasmado por unos segundos y después se echa a reír a carcajadas.
Reacciono confuso ante sus risas.

—¿Estás loco? Ni siquiera sabemos donde vive, deja que él regrese por ella y ya —limpia sus manos en su uniforme.

—¿Y si nunca vuelve? Averiguaré donde vive, no te preocupes Jungkook. Sinceramente ya no quiero seguir manteniendo lazos con él, por eso debo hacerlo lo más rápido posible.

—Si tú lo dices...

|•••|

Ha pasado alrededor de una semana, y ese tal Yoongi no se ha aparecido por el restaurante. Yo sigo sin saber donde vive.

El trabajo ha terminado, me encuentro en mi departamento. Decido salir para comprar unas cosas allí afuera, necesito algunas naranjas.
Me cambio dispuesto a salir, como siempre compraré las frutas donde siempre lo hago.

¡Más jugo de naranja, siiii!

Camino por las calles cuando un rostro se me hace familiar, mas que un rostro... La silueta.
Aquel cabello negro y chaqueta de cuero son inolvidables para mí.
¡Es él, es el chico malo!

Veo que camina solo, con las manos en los bolsillos.
Si me ve, seguramente huirá y lo perderé de nuevo.
Así que se me ocurre una idea: seguirlo hasta que se detenga.

Lo sigo con sigilo, realmente soy bueno en esto, oh si.
Él va caminando a paso lento, al parecer lleva en su mano una paleta roja que de vez en cuando lleva a su boca.

Es tan distraído que no se ha percatado de que sigo sus pasos, bueno, eso es mejor para mí.

Llevamos alrededor de 10 minutos caminando, me muero de sed así que eso puede conmigo.
Entro a una tienda cercana para comprar una botella de agua, y cuando salgo el chico malo se encuentra frente a un portón gris y enorme.

¿Quizá sea su casa?

Veo que ingresa una clave en una especie de tablón, pocos segundos después la puerta se eleva y se abre permitiéndole pasar.
Se cierra casi al instante.

Arcoiris en la tormenta »Yoonmin«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora