Annie y Nay son muy buenas amigas desde la infancia. A medida que crecían, fueron desempeñando varios talentos relacionados con la música. En su adolescencia, decidieron inscribirse a una academia de música donde empezaron a mejorar su voz y aprende...
El domingo por la mañana me levanté temprano para ir a desayunar solo con Annie, ya que los chicos seguían dormidos.
—¿Y qué se siente ser novia de Harry? —pregunté con emoción e intriga ya que hacía 2 días se le había declarado.
—¡Lo mejor del mundo! —exclamó ella y luego agregó— Te agradezco tanto a ti como a él por la sorpresa.
—No fue nada, —respondí— sé que te quiere en serio y espero que les funcione superbién.
—¿Y cómo van las cosas con Zayn? Los he visto muy juntos últimamente.
—Pues él es genial, me gusta mucho, de verdad que sí.
—¿Y por qué no le dices que te gusta?
—Obvio que lo haré, de hecho, esta noche tendremos algo así como una cita. Me invitó a un lugar elegante, así que quiero que me acompañes a comprar algo.
—¡Claro que sí! —asintió ella— Vamos.
Después del desayuno fuimos a unas tiendas a buscar vestidos. Había muchos y muy lindos, pero eran demasiado elegantes y caros. Yo quería algo bonito pero sencillo. Así que transcurrió un buen rato hasta que encontré un vestido que con tan solo verlo, quedé encantada.
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Me lo medí y salí para que Annie me diera su opinión.
—¡Wow! Amiga, le vas a encantar —dijo emocionada.
—Ojalá que sí —contesté.
De vuelta a la escuela, terminé con unas tareas y practiqué un poco con mi chelo. Definitivamente amaba ese instrumento. Luego, aprovechando que estaba sola, ya que Annie había salido con Harry, me metí un rato a la tina. La verdad me encantaba verlos juntos... me puse a pensar en miles de cosas. Me quedé un rato más en el agua hasta que se me puso la piel de pasita. Ya al haber salido empecé a peinarme, tenía pensado recogerme el pelo ya que estaba haciendo algo de calor. No soy muy amiga del maquillaje, así que solo me puse rímel y un labial rojo que combinaba con mi nuevo y hermoso vestido el cual me formaba muy bien las curvas a pesar de que soy llenita. Me puse unos zapatos plateados, unas pulseras y me dejé mi anillo de siempre.
Salí del cuarto y fui hasta donde David para que me diera su opinión ya que Annie no estaba. Toqué a su puerta. Este cuando me vio se le agrandaron los ojos y se quedó boquiabierto.
—¿Tan mal se ve? —le pregunté.
—¿Estás loca? —contestó— ¡Te ves genial! Hoy saldrás con Zayn, ¿cierto? Algo así nos dijo, se veía todo feliz.
—Sí, hoy saldré con él, yo también estoy bien contenta.
—Te deseo toda la suerte —dijo David.
—¡Oh, Nay, qué linda te ves! —comentó Alio al salir a la puerta.
