Tonterías por amor

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Mikami estrecho con un poco más de fuerza el cuerpo de Light, sentía como los espasmos se hacían más fuertes, la culpa rápidamente empezaba a pasarle factura. Otra vez la había cagado en grande, todo por hablar sin pensar, su sentido de la justicia siempre actuaba más rápido que la razón y ahí estaba de nuevo hiriendo a alguien; más específicamente a su novio.

Por supuesto que nunca lo hacía apropósito, pero carajo, por más que siempre intentaba no hablar antes de saber todos los hechos, muchas veces era tan grande la injusticia que se le hacía imposible evitar exaltarse y comenzar a cuestionar, reprochar e incluso en varias ocasiones termino diciéndoles a algunas personas que ellas mismas habían tenido la culpa de los que les paso ya sea por negligencia, por no defender sus derechos o por su propia estupidez.
Sinceramente casi nunca le importaba que algunas personas lloraran, se enojaran, lo insultaran o también como había pasado en pocas ocasiones quisieran golpearlo, pero ahora la culpa lo carcomía. ¿Quién en su vida nunca hizo alguna tontería por amor?

Tal vez viajar a un país extranjero para conocer a esa persona con quien "hablabas" por internet, por la cual incluso tal vez podrías o no tener algún sentimiento romántico, para él era algo impensable. Es cierto que incluso él había tenido su momento de estupidez por amor, a pesar de que siempre fue una persona reservada y racional incluso en su adolescencia. Aunque claro lo suyo era algo realmente tonto comparado con lo de Light. Solo había mandado a poner un pasacalle en la puerta de la secundaria, a la cual asistía, declarando su amor por una de sus compañeras. Esa mañana espero la llegada de aquella chica con un enorme ramo de rosas rojas, siendo rechazado entre risas y bromas crueles por parte de la muchacha frente a casi toda la escuela... Fue el hazme reír de la secundaria durante el primer semestre, hasta que por suerte, el semestre siguiente luego de las vacaciones las cosas se calmaron un poco y terminaron de quedar en el olvido, cuando una pareja de alumnos fue encontrada teniendo sexo en uno de los baños.

El hecho de que Light se estremeciera con más fuerza entre sus brazos, mientras se refugiaba en su pecho, lo trajo de nuevo a la realidad. No podía creer lo insensible que había sido, lo estrechó más fuerte contra su cuerpo al mismo tiempo que le pedía perdón, palabra que le repitió una y otra vez como si se tratara de algún mantra. Lo arrullo durante un minuto eterno, en el cual todo intento de consolarlo parecía ser en vano, porque un momento después pudo sentir como las sacudidas se intensificaban. Ya estaba a punto de separarlo de su pecho, para darle un beso en la frente y secarle las lágrimas, cuando el castaño se soltó de su abrazo. Se quedo atónito por la fuerza con la que se alejo, pero lo que más lo sorprendió fue ver aquellas facciones tan hermosas prácticamente desfiguradas, con un gesto que lo dejó completamente boquiabierto.

Light lloraba, sus mejillas estaban bañadas con lágrimas que llegaban a su boca, donde se perdían entre sus labios y los resoplidos que escapaban de ellos. Mikami nunca lo había visto así, cualquier rastro de serenidad y amabilidad que lo caracterizaban habían desaparecido, dejando al descubierto una sonrisa feroz y una mirada condescendiente.

— ¡Hace años que no lloraba de la risa! Por Dios Mikami, ¿¡cómo puedes creer que sería tan idiota!?— Mientras el castaño pronunciaba esas palabras, se alejo unos pasos, dejándolo desconcertado.

Lo observo en silencio sacar unos pañuelos para soplarse la nariz y secar sus lágrimas, todo esto lo hizo sin dejar de reírse, haciendo que la situación fuera cada vez más confusa para él. Cuando estaba a punto de pedir una explicación, Light se arrimo de nuevo y con un suave toque bajo su barbilla cerro su boca. Inmediatamente sintió su rostro arder por la vergüenza, quería decir algo, exigir saber que estaba pasando, pero un dedo de Light sobre sus labios le impidió pronunciar palabra alguna.

—Mikami, cariño, esto es lo que te ganas por no prestarme atención cuando te hablo.

Un novio perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora