Un novio perfecto

Puesta en escena

El relato de la enorme discusión por el viaje, no solo involucro a Soichiro, fue una terrible pelea familiar. Mikami creía que el padre de Light tenía razón en muchos argumentos, pero el tono irritado en la voz del castaño le advirtió que lo mejor era no decir nada y seguir escuchando. Le sorprendió saber que Sachiko fue quien puso fin a la disputa, la mujer apoyo el deseo de su hijo de viajar y ese fue el final. Sin embargo para él la idea seguía siendo descabellada, mientras más lo pensaba, más se convencía de la locura que era viajar a un país desconocido. Y no solo eso, lo peor para él, era el asunto de ir solo a un lugar en donde prácticamente no conocías a nadie o bueno solo "conocías" a esa persona con quien hablabas por internet. Continuo divagando hasta que el movimiento de Light levantándose la remera le llamo la atención y lo trajo de nuevo a la realidad.

—Por Dios!!! ¿¡Light qué demonios te paso!?, ¿¡qué carajo fue lo que te hicieron!?— Mikami retrocedió un paso totalmente horrorizado, mirando fijamente la enorme cicatriz irregular en el costado derecho de su novio.

—Bueno, como te estaba diciendo, de no ser porque Elle me rescato podría haber sido peor. —La respuesta del castaño fue suave, sin dudas.

Se quedo estático observando el parche de piel, hasta que Light se bajo la ropa. Sin esa distracción, se concentro en el relato de como al día siguiente de su llegada a Inglaterra, fueron a un pub a tomar algo, ese algo que tomaron contenía drogas y ambos terminaron en un motel de mala muerte en las afueras de Londres. Pero lo más increíble, es que Elle mágicamente se recupero de los efectos de la droga, y logro "salvar" al castaño de que le sacaran todos los órganos para venderlos en el mercado negro.

Sinceramente que posibilidades reales había que uno de ellos termina solo con la nariz rota y el otro terminara en una bañera llena de hielo sin un riñón, semi inconsciente esperando una ambulancia...

Light es una persona muy inteligente, algo obviamente no encajaba en esa historia, cualquiera notaría que todo era una mentira a leguas. Todo era una puesta de escena, podría haber sido muy elaborada, pero era una puesta de escena al fin y al cabo. Solamente un idiota, ¡sí, eso era! ¡Solo un idiota enamorado no lo notaría! Claro este hecho explicaría toda la situación a la perfección, quien en su sano juicio haría semejante viaje sin conocer a la otra persona. No tenía dudas, su novio se había enamorado de alguien que conoció por internet y había cometido el error de ir a encontrase con él.

Demonios, nunca pensó que tal vez ese tipo con quien chateaba ¿no era quién decía ser?, ¿qué podría ser un viejo asqueroso?, ¿qué tal si lo vendía al mercado negro? O si al ver lo bello que era ¿lo vendían para prostituirlo? Y, si en lugar de solo haberle sacado un riñón, terminaban sacándole varios órganos más y moría solo, en una sucia bañera llena de hielo en un motel barato londinense. O el peor de todos los casos ¿qué tal si lo mataban, violaban y le extraían todos sus órganos?

—¿En serio te creíste esa burda historia?, ¿cómo puedes seguir siendo amigo de ese tipo? —La indignación se desbordaba en cada palabra.

—¡Tú no lo viste! ¡Estaba realmente muy golpeado! Además si no fuera por él, ¡hoy no estaríamos aquí hablando!

El pelinegro escucha estupefacto, la defensa de algo que él cree que es indefendible. O por lo menos lo sería si Light no estaría cegado por la brillante armadura de su salvador. En verdad no puede creer que lo esté defendiendo, que dirán sus padres, ¿ellos sabrán de la llegada de ese malnacido? Debería informarles para impedir que se acerque a Light o tal vez él podría hacerse cargo...

—¡¡Mikami!! Mikami!!! —Los gritos del menor lo sacan del creciente mar de ideas vengativas, en el que se había metido.

Quien sabe cuánto tiempo pasó ensimismado, pensando en todos esos funestos escenarios. No sabe si inconscientemente balbuceo algo, pero lo duda lo atrapa cuando al levantar la vista se encuentra con unos fríos y penetrantes ojos miel mirándolo fijamente. Se quedaron por un instante observándose, sin decir absolutamente nada, hasta que el menor bajó la cabeza y se llevó una mano a la boca. Ante aquel gesto el corazón de Mikami se paralizó y sin pensarlo dos veces acortó la distancia que los separaba y lo estrechó entre sus brazos. Unos segundos después sintió como el cuerpo del castaño involuntariamente comenzaba a estremecerse.