Lo prometiste.

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-Miseok-la triste voz de MinHo le llama a aquella lápida- No debiste morir... ¿Por qué me dejaste? Tú eras mi mundo, eras mi todo, hermano-solloza sus palabras mientras observa la tumba de su mayor-
-¿MinHo?-aquella voz le hace girar la vista- Ya despertaste.
-Ren... Hola-asiente y limpia sus lágrimas- ya estoy de vuelta.
-No sabes cuánto me alegra... Veo que has venido a hablar con tu hermano- MinHo asiente- 

Ren abraza a MinHo dándole confort al pobre que había crecido bastante a su parecer.
Ellos van a tomar un café, cortesía de Ren, platican sobre todo lo que ha pasado en los últimos tres años.

-Lo que más me duele... Es que nisiquiera pude despedirme de él.
-MinHo... No tuviste la posibilidad, milagrosamente no moriste también.
-Lo sé... Pero ¿Ahora que? He perdido tres años escolares, de mi vida, Minseok ya no está, no desde hace tres años. Estoy tan perdido-suspira- eres la única persona que he visto en las semanas que llevó fuera del hospital que no sea de mi familia.
-¿Que pasa con tus amigos del colegio?
-No tengo ni idea- se encoje de hombros- he salido muy poco en estas semanas. ¿Sabes? Y he pensado demasiado en todo. Este lugar es demasiado para mis emociones. Yo no quiero estar aquí. Quiero irme a otro lugar... Donde no tenga que estar viendo cosas que me recuerden a Minseok.
-vaya- Ren le mira sorprendido-  pensé que el dormir por tanto mantendría tu mente como la de un pequeño... Pero veo que has madurado bastante.
-Supongo que verme en el espejo totalmente diferente a como me recordaba me hizo así.
... De verdad estoy perdido.

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Abre los ojos y mira al rededor. Se levanta de la cama y sale de su habitación.
Otra vez está solo.
Baja las escaleras y entra a la cocina... No hay nada que comer. Parecía que sus padres olvidaban que él no sabía cocinar, que fuera tres años mayor ahora no significaba que supiera hacerlo, pues no aprendió nada en ese tiempo puesto a que estaba dormido...
Va a su habitación de nuevo y rebusca en su jean hasta encontrar la tarjeta de crédito que le dió su papá. La mete en el bolsillo de su pantalón de dormir y se pone los tenis.

Sale de la casa y camina hasta una tienda de auto servicio donde compra algunas cosas para pagar con la tarjeta y volver a casa.

Algo que compró fue cereal y leche. Se sirve esto en un tazón y se sienta en el sofá. Prende la televisión y comienza a cambiar canales mientras come del cereal.

Son las cinco de la tarde ahora. Apenas si ha comido este día... Pronto será su cumpleaños número 14 y no se siente listo para afrontarlo.
Sus cumpleaños solían ser Minseok y él, ya que sus padres nunca estaban y no eran demasiado apegados a su familia. Pero ahora tendría que ir a una reunión familiar a soportar familiares que apenas conoce por alguna cena navideña y sin Minseok.

-Estupido Minseok. Debiste salvarte tú, debiste moverte por tu bien. Ambos pudimos salvarnos.

Se queja mientras se acuesta en la cama del mencionado. La habitación de Minseok está como la recuerda. Al parecer nadie había movido nada desde que se fueron a aquella excursión.
Eso de alguna manera le da alivio a su lastimado corazón.

-Tú siempre serás la adoración de mis ojos- dice MinHo mirando al techo- yo siempre voy a estar para ti, toda la vida. Lo prometo... -suspira y sus ojos pican- siete meses desde que desperté... ¿Donde quedó esa promesa? Tú lo prometiste y yo no puedo superar que ya no estás aquí.

Se levanta y limpia sus lágrimas antes de salir de aquella habitación para correr a la suya. Se siente seguro ahí, como si pudiera escapar de todo cuando está dentro.

-¿MinHo? MinHo baja por favor.

MinHo abre los ojos, no ve nada.
Se sienta y prende la lámpara que tiene a un lado de la cama. Toma el teléfono que sus padres le dieron y mira la hora.

3:45am

¿Por qué levantarlo a aquella hora?
Era muy noche, ¿Por qué su madre no se iba a dormir y lo dejaban en paz?
Sin molestarse en ponerse las pantuflas, se levanta y sale de la habitación para bajar a la primer planta descalzo.

-¿Que pasa?
-Trae tus cosas, ya nos vamos.
-¿A dónde?
-¿Cómo que a donde? Te dije hace dos días que nos íbamos a ir a la casa de tu abuela para tu cumpleaños.
-¿Lo hiciste?
-Si, y te dije que hicieras una maleta por qué nos quedaríamos tres días.
-No lo recuerdo- rasca su nuca-.
-Pues corre a poner tus cosas por que nos vamos en 15 minutos.

MinHo sube. Toma una maleta del armario y pone lo que le parece necesario. Apenas si pone la ropa para los días que estarán ahí y sus utensilios de aseo personal.
Baja sin mucho ánimo y mira a su madre que lo está esperando.
.
.
.

-¿Mamá?
-¿Si? -la mujer apenas le ve antes de volver la vista a la carretera.
-¿Por qué papá y tú se separaron?
-Yo...-la mujer se remueve incómoda y suelta un suspiro- se nos terminó el encanto, supongo. Empezamos a tener diferencias... Solo nos manteníamos juntos por tu hermano y por ti... Pero después fue lo del viaje. MinSeok muerto, tú en coma sin tiempo definido... Ambos explotamos y después de una horrible discusión donde hubo gritos, insultos... Culpas... Decidimos que en caso de que despertaras, tenernos juntos te iba a hacer daño en lugar de ayudarte. Y en caso de que no... Sería inútil seguir... así que lo mejor que pudimos hacer fue separarnos...
-¿Y papá irá a mi cumpleaños?-ella se encojió de hombros-
-Podrías llamarle y preguntarle tú mismo.
-Tal vez más tarde.

El camino se queda en silencio. MinHo no quiere llamar a su padre, así que solo le manda un mensaje preguntando. Aún si son las cinco de la mañana, MinHo obtiene una respuesta rápida

"Claro que sí, llegaré contigo a las 2 de la tarde"

Eso decía el mensaje.
MinHo suspira. Eso no le hacía sentir feliz... Pero disminuía su sentimiento de decepción hacia el mundo.
MinHo pasa todo el camino despierto, no puede dormir por más que lo intente... Cuando al fin llegan, el sol ha salido, son las siete de la mañana.

Choi MinHo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora