Capítulo 6

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Nota de autora: Siento no haber publicado capítulo la semana pasada pero estoy de exámenes, aunque en mi opinión no es escusa, no he encontrado tiempo para terminar el capítulo. 

Pd: ¡¡¡¡Espero que os guste!!!!

Me guardé el papel en el bolsillo, luego lo apuntaría en algún cuaderno. Salí del campo por donde había entrado y me dirigí a una cafetería que había encontrado la semana pasada. La cafetería quedaba cerca de la universidad, un poco alejada de mi residencia pero me daba igual.

 De verdad que llevaba la semana entera soñando con probar uno de esos cafés. Los chicos me habían dicho que esa cafetería tenía los mejores batidos y cafés que un humano podía probar, y que si no iba estaba perdiendo una experiencia primordial de esta universidad. Esta conversación sucedió gracias a que mi querida amiga Court bocazas Watson, como a mi me gusta llamarla, contó una anécdota muy divertida de cuando eramos pequeñas.

Veréis, cuando teníamos siete años se nos ocurrió jugar a la hora del té, ya sabéis con las muñecas, las tazas y como no se nos podía ocurrir mejor idea que con café de verdad. A Court no le gustaba la idea de engañar a sus muñecas ofreciéndoles café cuando en verdad era aire lo que dábamos, por lo que accedí a utilizar café real. Una hora después yo estaba desnuda en el jardín corriendo y gritando que adoraba el café, me había bebido todo el café que mi madre había dejado recién echo en la cafetera, y por mucho que al principio no me sabía para nada bien, finalmente le cogí el gusto y me lo bebí todo. Tengo un trauma gracias a ese día, lo curioso de eso es no impide que siga amando el café, al contrario hizo que comenzara a beberlo de muy pequeña y ahora se ha convertido en una de mis cosas favoritas en el mundo.

Entré y me acerqué a la barra a esperar a que me tomaran mi pedido. Un chico se me acercó, se sentó a mi lado y se me quedó mirando. Esto era muy incomodo, no paraba de mirarme como si la forma en que respiraba y esperaba fuera la final de fútbol masculino. Por fin llegó un camarero y me pregunto que deseaba, yo le contesté que quería un café con leche y él se fue a prepararlo.

- Eres Af ¿cierto?- lo miré, nunca habíamos hablado en las dos semanas que había estado aquí. Y el apenas me reconocía. Que detalle que recuerde mi nombre.

- Si, soy yo, ¿tu eres Mike Wislow no?- al contrario que a mi, yo si que lo conocía a él.

Mike Wislow, capitán de Hockey, músculos de pura roca, rasgos cincelados y como todo jugador de Hockey en esta universidad un mujeriego en toda regla. Y él no era como los de las películas, que en el fondo son cariñosos y hay un motivo por el que son así, no, él era así porque le gustaba. Os preguntareis como lo se, bueno, aparte de todos los cotilleos que Nath me ha contado sobre la gente de esta universidad, él fue mi primer novio. El primero al que besé, el primero con el que tuve relaciones y el primero que se lanzó a los brazos de la chica nueva de intercambio que se tiró a medio instituto. Eso pasó hace tres años, cuando tenia dieciséis. Si, quizás un poco pronto, pero yo lo quería y pensaba que el también a mi. Me demostró que no.

- Si, ¿no te acuerdas de mi? Fuimos novios en el instituto, que coincidencia que hayamos venido los dos a estudiar aquí,¿no?- Se rió, por desgracia si me acordaba de él y por desgracia también habíamos venido a parar a la misma universidad.

- No, no te recuerdo muy bien.- dije seca. Por mucho que lo hubiera superado no iba a ser gentil con el chico que me puso los cuernos, y mucho menos iba a admitir que lo recordaba casi tan nítido como si todo lo pasado hubiese sido ayer mismo.

- A bueno, ha sido un placer volver a verte, sigues siendo tan tímida como la última vez que te vi, y también sigues teniendo tan buen culo.- Entonces me golpeó el culo, y alguien aterrizó encima suyo junto con un puñetazo. Ky.

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