The Teacher [Joerick] Terminada

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Joel detuvo su mano por eso y levantó un poco su cabeza para ver a Ericl a los ojos. Intentó tranquilizarse, diciéndose a sí mismo que quizás los juguetes de los que Erick hablaba eran diferentes a los que él tenía en mente y quería usar con el moreno; quizás Erick estaba hablando solamente sobre un dildo o algo. El moreno tenía la frente un poco sudada y algunos mechones de cabello se pegaban allí, ya no lucía tan perfecto pero aún así seguía luciendo bien.

—¿Jugando con un dildo o tus dedos? —Joel preguntó. Porque tenía que saber. Tenía que saber para asegurarse de que no era lo que él pensaba y también para poder imaginárselo a la perfección.

Volvió a mover sus dedos pero más suavemente esta vez mientras esperaba por una respuesta.

—Solo mis de- solo mis dedos.

Joel gimió alto esta vez sin impórtale si alguien escuchaba. Probablemente solamente sería algún conserje y a él en verdad no le importaba si venía y veía lo que estaban haciendo. Además de que probablemente no iba a poder detenerse. No cuando en su mente estaba la imagen de Erick, con sus propios dedos dentro de él. Jugando consigo mismo, como lo había dicho.

Su mano tomó otra velocidad y Erick comenzó a gemir, retorciéndose con violencia y Joel sabía que había tocado su punto en alguna parte.

Sumó un tercer dedo, listo para prepararlo bien y entrar en él porque no creía poder seguir soportando el peso que su polla tenía entre sus piernas y él sabía que si la miraba iba a encontrarla colorada, casi morada por lo duro que estaba.

Al igual que la barba de Erick, su pelvis se encontraba totalmente prolija y Joel fugazmente se pregunto si quizás él se rasuraba allí también. Todo Erick tenía aspecto limpio y ordenado, la imagen que un profesor debía tener. Incluso si ahora Erick estaba destruido por sus propias manos. Sudado, jadeando y gimiendo, con labios hinchados y cabello desordenado.

Joel no estaba siendo gentil al abrirlo y lo sabía, pero una vez más, Erick no se quejó y Joel estaba empezando a adorarlo por ello.

Empezó a girar su muñeca rápidamente, ganándose gemidos por parte de Erick que sólo lo hacían querer enterrarse de inmediato.

—Por favor —dijo Erick, aprestándose con fuerza alrededor de los dedos de Joel. Y fue como si algo se hubiera apretado alrededor de su cerebro también, exprimiéndolo y dejándolo ciego momentáneamente, porque por un segundo todo lo que pudo ver fue absolutamente nada. Blanco.

Erick le estaba rogando. Por favor. Joel podría llegar a casarse con un sumiso así, dándole un hermoso collar imposible de abrir incluso, hecho especialmente para la persona con quien elegiría pasar el resto de su vida.

Quitó sus dedos abruptamente, logrando que Erick gimiera fuertemente. Volvió a inclinarse hacia el cajón del escritorio, buscando por un condón. Luchó por tomarlo, el sobre resbalándose de sus dedos constantemente. Gruñó frustrado al fallar una vez más y Erick se estiró, agarrándolo él mismo con ansiedad.

Erick abrió el paquete con sus dientes y Joel habría estado impresionado si hubiera sido la primera vez que lo veía pero no era así. Lo que él no esperaba en lo absoluto era que Erick se bajara del escritorio y pusiera el condón en su boca mientras se arrodillaba.