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Punto de vista de AJ:





Era un día lluvioso, el abuelo pasaba la mayoría del tiempo en la comisaría; razón por la cual no le daba mucha importancia a mis actividades diarias. Poipole, iba a mi lado al igual que todos los días y nuestro destino era el mismo de siempre... Ir al cementerio de Mele Mele, un lugar olvidado por muchos y recordado por pocos.

-Sabía que te encontraría en éste lugar...- Gladio, se posó a mis espaldas; no dije palabra alguna ya que hacerlo me haría romper en llanto. Él se quedó ahí, esperando el momento indicado para hablar sobre algo importante. -AJ, pienso unirme al Team Skull para ser más fuerte junto a mi equipo Pokémon. De esa manera podre proteger a mi familia y a tí...

Las palabras de Gladio, me causaron asombro. Él, siempre buscaba la forma de hacer sentir mejor; incluso él fué quien me encontró aquél día en el bosque... Desde aquél momento, supe que seríamos inseparables y prometí que siempre estaría a su lado pasara lo que pasara.

-Iré contigo...- Me puse en pié y sonreí vagamente. -Si quieres ser más fuerte, entonces yo también lo sere. Iremos lado a lado, Gladio...- Lo miré con desición y él sonrió, sabiendo que siempre sería de ésa forma. -Nos cuidaremos las espaldas al igual que siempre.

-Gracias... AJ...

De regreso a la escuela de entrenadores, divisamos a Ash junto a los capitanes que se hicieron sus amigos desde el primer día que el chico puso un pie en Alola; Lillia, hermana menor de Gladio, estaba con ellos. Pusieron sus miradas en nosotros, siempre odie que me vieran de esa forma; era como si intentaran excluirme del grupo o algo mucho peor.

-Oye. Ya que mañana es Sabado; ¿podemos entrenar cerca de la comisaria de Pueblo Po?- Gladio, intentaba distraerme y se lo agradecía realmente. Lo miré y sonreí en forma de mueca; el puso su mano ezquierda en mi hombro y asintió con la cabeza antes de seguir caminando.

-¿Dónde estaban ustedes dos?- Preguntó Lulú, con un tono extravagantemente molesto. -¿Acaso están saliendo?

-Lo que hagamos no es tú maldito problema. A no ser de que sientas algo por Gladio y temes decirselo ya que sabes que eres una maldita gallina; Lulú.- Cada palabra la escupí con odio. No temo decir lo que pienso en el tono que más me agrade en el momento. Lulú, no era una de mis personas favoritas gracias a su actitud de niña mimada y entrometida.

-Lo que quiso decir.- Habló Gladio, en su tipíco tono frío y cortante. -Es que tú y el resto de tus amigos no deben entrometerse en asuntos ajenos.

-¡Esa no es una forma cortés de responder a las personas educadas!- Dijo Lulú, con cierto desagrado.

-No veo a una persona educada. ¿Tú si, AJ?- Negué riendo ante el comentario sarcastico de Gladio; a lo que éste levantó ambas manos mientras cerraba los ojos y sonreía en forma de burla. -Éso creí.

-Es suficiente ustedes dos, par de malcriados.- La voz de mi abuelo, el Kahuna de la Isla Ula Ula; interrumpió el momento. -Gladio y AJ, ¿Qué dirian sus padres al respecto?

-¡NO LO SÉ, MALDITA SEA!- Mis palabras retumaron en todo el lugar, haciendo que todos en el lugar se sobresaltaran incluso Poipole. -¡MI PADRE ESTÁ MUERTO Y MI MADRE ME DEJÓ! ¡¿PORQUÉ NO ME DICES TÚ, LO QUE DIRÍAN DE MÍ?!

Odiaba llorar y odiaba mucho más que me vieran hacerlo. Liberé a Charizard, de su Pokéball y le ordené llevarme a la tienda de Malasadas de Ciudad Malie; el abuelo no me buscaría en ese lugar y yo podría dar algo dulce a mis queridos pokémon exeptuando a Poipole ya que debí dejarlo atras en algun momento. Luego, decidí ir a la biblioteca del lugar; el sol empezaba a ponerse y como siempre, empezaba a llover en la ciudad.

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⏰ Última actualización: May 30, 2018 ⏰

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Shadows // Pokémon // GladioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora