v e i n t e

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Había pasado una semana desde que ambos chicos confesaron sus sentimientos. No se habían visto desde entonces, apenas se enviaban mensajes de texto desde que ese día registraron sus números; pero ni siquiera podían verse a la cara. Harry moría de vergüenza cada vez que recordaba ese día, donde le dijo al ojiazul que lo quería y no podía evitar que su rostro se pusiera rojo inconscientemente. En cambio Louis se sentía arrepentido de haberlo dicho de aquella forma tan fugaz y atrevida, pensaba hacerlo de alguna otra forma más romántica, pero se dejó llevar por el momento. Después de todo estaban felices, ya se habían besado dos veces, contando la vez en la que Harry lo besó estando completamente ebrio. Su segundo beso fue ese día, seguido de la repentina confesión.

No podían evitar pensar: ¿Qué somos ahora?

¿Novios? ¿Amigos con derechos? ¿O amigos solamente? Quizá sólo dos desconocidos con un flechazo entre medio.

Harry quería a Louis, y Louis quería a Harry. Por lo tanto debían demostrarlo.

El castaño de ojos color cielo no quiso dejar todo así, no podían alejarse así sin más. Decidió que esa misma noche visitaría al rizado; recordaba a la perfección aquella vez que llevó a Harry a su hogar después de que lo encontró ebrio en la plaza y durmió junto a él. Había tantas cosas que quería saber del chico que comenzaba a querer, seguía siendo un misterio para él.

-Yo no los maté.

¿De qué hablaba Harry aquel día? Una persona tan dulce como él no podría ser capaz de hacer una cosa de tal grado. Louis lo sabía a la perfección.

Marcaban las 11:30 de la noche en el reloj, Louis se vistió y acomodó su cabello en un lindo beanie color gris, para luego emprender su camino hasta la casa de Harry. No había hablado con él desde hace tres días, no lo había visto y ni siquiera le avisó que iría esa noche, sólo esperaba que no fuera algo imprudente de su parte.

Caminaba bajo la resplandeciente luz de la luna y la soledad de la noche, cuando después de quince minutos llegó hasta la puerta del hogar del rizado. Se debatió entre tocar o no la puerta, pero optó por la segunda opción al ver las luces de la casa completamente apagadas. Se giró sobre sus talones y se alejó de la puerta, divisó una sombra que se acercaba cada vez más, logró ver unos rizos acompañados de una mirada verdosa, era su Harry. Se acercó a él, tomando su rostro en sus manos al ver sus ojos rojos y cristalinos, señal de haber estado llorando, ese chico era una fuente de agua que nunca se apagaba.

–Hey, bonito... ¿Por qué has llorado esta vez?– lo envolvió en sus brazos reconfortándolo.

–Creí que no querías verme, creí que me dejarías.– gimió llorando una vez más, aún en los brazos de Louis.

–¿Por qué pensaste eso? Te he extrañado mucho.

–Llevo días tratando de encontrarte en la plaza. ¿Por qué ya no has ido Lou?

–Ahora prefiero abrazarte sólo a ti.– acarició su cabello acomodándolo, se sacó su beanie grisáceo y lo colocó en los rizos de Harry. –Ahora te pertenezco.

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¡Hola, hola!

Nueva portada, ¿les gusta?

Gracias por leer, all the love xx

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Free Hugs ➹ l.s  [en edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora