Pasé un buen tiempo sin leer o escribir. Nada. Ni poesía, ni historias, ni nada. Regresar a leer fue como volver a ver a un amigo de la niñez. Piensas que conoces todo sobre esa persona, pero te das cuenta de que no es así, el tiempo ha pasado, ahora es diferente y no sabes nada en realidad. Te sientes frente a un completo extraño.
Los extraños para mí son los libros que leía y sus autores. Encontré cosas que omití, que pasé por alto, y cosas que no entendía pero fingía entender para decir que el libro era excelente. De pronto ya ni sé porque Sherlock Holmes es un gran detective, porque no me gusta Coehlo, o —Y bendito sea Lewis por poner esta duda en mí— qué criterios utilizar para decir que una buena historia es una buena historia.
Y no olvidemos a Borges, que no entiendo y no termino de descubrir si me gusta o no; y a Juarroz, que tampoco entiendo pero me gusta leer porque sus poemas tienen un misterio que parece sintonizar con el mío.
Sábato es más confuso que antes, pero sigo pensando que de alguna manera escribió sobre mí en El Túnel. Los papeles aún arden en Farenheit 451 y yo no he escrito nada que valga la pena leer.
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Nota:
Clive S Lewis, critico literario, ensayista, autor de Las Crónicas de Narnia
Jorge Luis Borges
Ernesto Sabato
Roberto Juarroz, poeta Argentino
Farenheit 451 – Ray Bradbury, escritor Estadounidense
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Lo que no quiero, eso hago.
Non-Fiction«Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.» Aforismos, pensamientos y reflexiones sobre mis contradicciones interiores.