Intentando relajarse... Intentando...

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*Narra Senichi*

Ya pasó una semana desde lo último que ocurrió entre Kozakura y yo, fue... Un poco raro, la verdad... Al menos estamos tranquilos... O eso creo... No sé qué le pasa últimamente, me observa demasiado, y siempre viene a molestar un poco... Pero no hubieron tantos problemas, solo las mismas discusiones que siempre... En fin, estaba en casa, (en mí habitación, para ser exactos) y, cómo es costumbre, estaba hablando por teléfono con Ken, para ver si nos juntabamos en el parque, así aprovechamos y salíamos a algún lado.

-Entonces, Senichi, ¿Qué dices?... ¿Te apuntas?... Venga, van los hermanos Shoichi y Seiji, será divertido...

-Está bien, está bien... Si me lo pides así, entonces voy, nos vemos allá en un rato, solo tengo que prepararme e iré, esperenme...

Me levanté de mí cama y preparé mi ropa, para después tomar una toalla y dirigirme al baño, luego de ducharme me vestí, tomé mi teléfono, guardé unas botellas con agua en mi mochila y salí...

Un rato después llegué al parque y saludé a todos, buscamos un par de árboles que pudieran hacer de "arcos" de fútbol, y armamos los equipos.-Ok, yo voy con Shoichi, Kenta, ve con Seiji.-Dije, luego de eso, lanzamos una moneda, y Kenta y Seiji se quedaron con el primer saque...

Jugamos un rato, eran increíbles ellos dos, Ken era muy buen arquero, y Seiji también era un muy buen goleador, perdimos 7 a 2, victoria aplastante de ellos...

-Haha, ¡Muy bien, chicos! Se nota que saben jugar, deberían hacer equipo para torneos y cosas así.-Dije sonriente.

-Venga, Senichi, estás muy desconcentrado, pateas casi siempre para afuera de la cancha.-Dijo Sho, referiendosé por cancha a un límite que habíamos marcado con palos y ramas secas.

Es verdad, estaba desconcentrado, algo sacaba mi mente de lo que estaba haciendo, pero no sabía qué...

-¡Hey, Senichi, despierta idiota!-Dijo Ken al verme mirando a la nada.-Perdón, es que... Debería irme a casa... Estoy cansado.-Dije avergonzado, volví a por mí mochila y les alcancé una botella de agua a todos, acto seguido, me despedí y volví a mi casa, aún pensando en qué me desconcentraba, y también, en que mañana tendría que volver a clases, y otra vez, no haría los deberes.




Entre el amor y el odio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora