Cuando el hombre se movía como el viento y los Dioses deambulaban en la Tierra cualquier cosa podía pasar.
Esta es la historia de los Dioses errantes, desde un principio fue la Tierra, la creadora de vida, la misma que poco a poco dio a luz a sus hijos, plantas, animales y humanos, sin embargo el equilibrio se vio mermado, la Tierra no puede por sí sola, por ello ha creado a los Dioses, Dioses que ayudan a estabilizar el curso, algunos de ellos libres al poder andar de un lado a otro, sin embargo en esa libertad se encuentra su condena; Estaciones como el hombre los ha denominado, trascurren su vida de un lado para otro trayendo los cambios de la naturaleza.
Más los dioses a diferencia de los que se cree no son inmortales, al igual que toda especie muere, sin embargo su periodo de vida es más largo de lo normal.
Su forma, simple piel y huesos que corresponde a su alma, a pesar de ser un Dios no puede evitar sentir y como tal amar.
Y ahora mismo mientras Primavera pasa por el país del norte para ver el alma de su amado renacer, Otoño vuelve de visita al lugar que le dio un hogar por primera vez de la mano de su amado, aunque esta sea su tercera vida y como de costumbre se queje por lo problemático que es viajar.
Invierno por otra parte se ha detenido en una cafetería, a pesar de su naturaleza algo le ha instado a entrar, a los segundos es atendido, al parecer tienen buen servicio, más no puede evitar quedarse sin palabras al ver a la joven que le atiende, el cabello castaño, los ojos ónix, una sonrisa resplandeciente y para colmo en el gafete lleva su mismo nombre; Rin.
El amor parece estar en el aire, tal vez eso fue lo que le hizo entrar.
Mientras tanto el nuevo Verano corre deprisa mientras pelea con la tierra, su fiel compañera, el antiguo Verano al fin ha cruzado el río que separa el plano terrenal del espiritual y como de costumbre la tierra remueve las hojas de los árboles al hacerle saber su molestia mientras grita fuerte y claro —¡Lee! —quien se lleva sus manos a los tímpanos, nadie más puede oír aquello lo que le hace ver raro para los ojos de los demás, más recuerda lo aprendido por su maestro Gai, lo cual le hace sonreírle a las personas que le ven, "—Siempre agradece el ánimo de la gente, sin importar como venga", rememora mientras alza el pulgar en su rutinaria ronda de ejercicios más por primera vez alguien le devuelve el gesto, es la sonrisa amable de una chica lo que le ha hecho chocar, Lee apenas vive el verano de su juventud.
Y es así el ciclo de las estaciones. Dioses errantes que vienen y van.
Y aquí me encuentro yo con la portátil encima de las piernas mientras dejo de lado el teclado y observo por la ventana, el sol es abrazador a pesar de que es primavera, de vez en cuando la briza marina se hace sentir, entonces tomo el abanico ante el calor que se hace conocer mientras trato de pensar en que escribir al final de esta historia que me había llenado de una nostalgia inconmensurable, siendo mi primer anime oficial y del cual me enamore y sigo enamorada de su historia; Naruto algo que me ha dado el valor de escribir para su fandom ante mi rotundo amor hacia todo lo que representa su historia. En fin, ame escribir esta historia, aún más poder crear algo para un anime/manga que fue y es algo muy importante en mi vida puesto que la historia de Masashi Kishimoto es una obra de arte ante las lecciones y valores que nos brindó, sin más que decir agradezco que hayan leído esta historia de corazón.
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🌸 Blue Bird 🌸【Naruto】
Fanfiction¿Alguna vez has oído del nacimiento de las estaciones? Esta es la historia de los Dioses errantes en la Tierra.