Capítulo 15.

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Otro día más donde Minhyuk trabajaba como un robot, sin decir una sola palabra, con el brillo de sus ojos tan característico de él apagado. Sólo se encargaba de acomodar los libros que llegaban al negocio por género, escritor, hasta llegar al punto de acomodarlos por tamaño o alfabéticamente, con tal de hacer algo en el trabajo. Ya ni siquiera atendía a las personas, quizás ofrecía alguna que otra ayuda, pero sus compañeros decidieron que sería mejor que ese trabajo se lo dejara a ellos.

Sentían su dolor, desde luego. Sabían lo de Kihyun debido a que lo conocían gracias a que más de una vez ha venido a buscar a Minhyuk o se quedó a esperarlo hasta salir, y de un momento a otro ya no lo veían y sólo eran capaces de observar la cara de varios días sin dormir del peliceleste. Y ahora, con la reciente noticia de que Kihyun está empeorando, su ánimo está mucho más que por el suelo.

Sentado del otro lado del mostrador, leyendo un libro de pscicología que apenas logra prestarle atención, Minhyuk esperaba la hora para que termine su turno y pueda marcharse otra vez a su solitario hogar, donde el silencio lo envolverá al igual que la oscuridad. La tristeza no hacía más que arrastrarlo a un oscuro pozo del cual no podrá salir hasta que algún milagro ocurra y tenga nuevamente a ese ser pequeño y enojón otra vez entre sus brazos.

Una pálida mano de dedos largos golpea la madera lustrada del mostrador, robando la atención del de cabellos celestes. Ojos pequeños y oscuros lo observan neutro, sus labios gruesos en una fina línea marcando los hoyuelos de sus gorditas mejillas mientras el cabello blanco cae por su frente. ¿Qué hacía exactamente Jooheon en aquel lugar? ¿No que no quería que no lo viera más?

Minhyuk en seguida lo miró con odio.

—¿Qué estás haciendo aquí?—preguntó. Su voz emanaba odio, casi como si estuviera escupiendo veneno por la boca.

—Pues, para echarte mierda es obvio que no.—respondió Jooheon, con tono triste y suave, hablando bajito.—¿Te falta mucho para salir?

—Más de dos horas.

—En dos horas tengo que ir a verme con Changkyun.—comentó.—Hace mucho que no sabemos nada del otro...

—No me cuentes tu vida.—interrumpió volviendo sus ojos hacia el libro que no tiene ni idea de qué se trata.—Sinceramente, tú me importas una mierda.

Ya bastante daño le ocasionó a Minhyuk con tan sólo unas pocas palabras, lo suficiente como para hacer el esfuerzo mental de intentar bloquearlo de su vida. Ahora sí que lo odiaba con todo su ser, vaya que sí. Y con razón, una totalmente entendible. No quería saber nada de él, lo que menos necesitaba era escuchar su nombre, pero como la vida y la suerte no están de su lado, tiene que soportar su presencia.

—Minhyuk, intento hacer las cosas bien.—contestó.

—Tendrías que haberlas hecho bien desde un comienzo. ¿Con qué razón me prohibiste ver a Kihyun en el hospital?—levantó la mirada para verlo directamente a los ojos.—¡Por putos celos! ¡Es totalmente ridículo!

—Ridícula es la razón por la que tú no me soportas desde que te enteraste que él y yo salimos.—soltó Jooheon.

—Pero al menos, yo no te alejé de tu novio.—hizo énfasis en las últimas dos palabras, haciendo notar lo mucho que detesta dirigirse a Kihyun de esa forma cuando se trata del menor.

No hacía preguntar nada, él admitía que más de una ocasión actuó bastante exagerado cada vez que la pareja andaba de cariñosa frente a sus narices. El rechazo con el que miraba al de cabello blanco se notaba a kilómetros de distancia, dejando en claro el motivo. Jooheon lo sabía, siempre lo supo, al punto de que poco a poco ese sentimiento se volvió mutuo cuando Minhyuk llegó a tales niveles de sacarle el móvil a su pareja cuando hablaban por celular mientras estaban en ciudades distintas, por lo que prácticamente se estaba contradiciendo en lo que dijo.

Shine Forever [Kimin-Kihyuk] [Monsta X]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora