Vicio

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El sabor de sus labios, fue mi mayor adicción.

La curva de su espalda baja, fue mi perdición.

El llanto de su alma, fue motivo de mi afectó hacia ella.

Su amarga verdad fue motivo de mi huida,  y su sonrisa, la razón por la cuál volví a ella.

El atardecer que la volví a ver, fue él último del cuál supe de ella; ya no me quería más.

En mis manos sostengo con firmeza el porro que hace que me olvide de mi tristeza.

En las tardes salgo al bar, para ahogar las penas y el vacío, en tequila, que me dejó su pérdida.

En las noches me sumergo en el caudal de un par de entre piernas para olvidar sus besos y tibias caricias.

Las noches eran tranquilas, ahora son amargas y ajetreadas, voy de cama en cama, tratando de curar mi alma.

En las madrugadas me deshagó de un par de sábanas sucias. Cuando las cambio recuerdo su aroma a brisa fresca, la tersura de su piel y cómo su cuerpo hacia juego con ellas.

Ella sé convirtió en mi vicio, ya no puedo negarlo. Tengo que aceptarlo, el vacío que llevó, no puedo llenarlo...

PoemarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora