Vive con lo que tienes y con lo que eres.
Se dice, que hace ya algunos años, una maldición cayó en el matrimonio de los Styles, cuando la pareja de decidió destruir un gran territorio natural para construir su empresa. Y en consecuencia, el fruto de ambos tendría que formar parte de la naturaleza, así al pequeño descendiente de los Styles se convertiría en la naturaleza con forma humana.
—Lo llamáremos Harry, será el pequeño Harry Styles.—la emocionada Anne tomó al bebé y lo acunó entre sus brazos. Había pasado largas horas de parto acompañada de su pareja, Des Styles, un autoritario y orgulloso hombre de negocios; dueño de todo Industrias Styles.
El pequeño llegó al mundo el 1 de febrero de 1994.
El inocente Harry había tenido una bienvenida placentera, llena de amor y compañía. Sus padres realmente lo adoraban, ya que sería la mano derecha de su padre y futuro heredero de Industrias Styles; hasta que un día cambió todo. El bebé Harry comenzó a tener comportamientos extraños, cosas de otro mundo, tal como pequeñas ramas floreciendo en su ombligo y oídos. Su familia estaba asustada, en muchas ocasiones llevaban al bebé al médico, sin embargo, no diagnosticaban alguna enfermedad o problemas de salud. La pareja desesperada decidió llevar al pequeño con un curador que ni siquiera contaba con un título profesional, tenían la esperanza de que él tuviera algún conocimiento sobre lo que pasaba con su hijo.
—¿Tan desesperados están? Quién lo diría, los Styles pidiendo ayuda a un indigente.
—Sólo queremos saber qué pasa con nuestro hijo.
—Debieron pensar antes, la madre naturaleza hoy a tomado venganza.
Los Styles eran personas reconocidas en Holmes Chapel y sus alrededores, por los grandes logros de la empresa e industria del padre de Harry; pero también sabían todo lo que fueron antes de llegar a ese punto. Sabían el daño y el bien que causaron, muchos protestaban en su contra y otros ciegamente agradecían sus servicios.
Nadie logró ayudar a la pareja después de todo. Decidieron hacer el intento de llevar una vida normal, pero Harry cada vez empeoraba, tanto que podía hacer crecer a las pequeñas semillas del jardín hasta convertirlas en una resplandeciente planta, y sólo con pensarlo. Cuando el pequeño sólo contaba con 6 cortos años de edad, fue abandonado por su padre, ya que él sólo podía ver a su hijo como un castigo de la vida, como un fenómeno y una decepción para el futuro de su empresa. Dejándolo sólo con su madre, que en cambio a su padre, ella aún así lo amaba, era su pequeño retoño.
Anne se dedicó a enseñarle muchas cosas a Harry, le dió la educación que no le fue posible recibir, sería un caos que el niñito asistiera a una escuela. Le enseñó que la vida podía ser hermosa, pero también le mostró lo difícil e injusta que podía ser. Le enseñó lo que era pensar, amar y vivir. Pero sobre todo, le enseñó a aceptar como es, aceptar todas sus cualidades y de todo de lo que podía ser capaz.