narra Mike:
Estábamos en la cosa esa que andaba sola, yo estaba asombrado por todo lo que veía, hibámos muy rápido.
-¿Esto funciona con magia?- le pregunté sin más. Jake me miró sorprendido, y como si hubiera dicho una cosa estúpida se empieza a reir.
-¡no te rías!- le digo, me estaba sonrojando porque me notaba la cara caliente. Indignado, aparté la mirada hacia el cristal. No entendía que le hacía tanta gracia. -Aqui la magia no existe- me dice cuando acaba de reirse.
Yo abro los ojos como platos, "¿aquí la magia no existe? eso será un gran problema" -¿Eso es malo?- me pregunta, al parecer se dió cuenta de mi reacción -¡Mucho! - le grito -¡puedo salirme de control en cualquier momento! ¡destruiré todo a mi paso!- le digo preocupado y a punto de salirseme algunas lagrimas. -No quiero volver a lastimar a nadie- digo en un susurro.
-Eso puede ser bastante malo- dice Jake con el ceño fruncido. -Tsk- chasqueo la lengua en gesto de enfado -No debí haber venido aquí - digo en otro susurro.
-Ya llegamos- me dice parando el coche o como se llame esta cosa. Abro la puerta y me bajo.
Un gran edificio se encuentra delante mía, muy alto, aproximadamente unos 30 o 40 pisos. Me quedo fascinado al ver lo alto que es. -Vamos pequeño demonio - me dice Jake. -No me llames así- le reprocho.
Entramos en el edificio, la entrada es toda completamente blanca, demasiado luminosa para mi gusto, pero es acojedora.
-Buenos días- saluda Jake a una mujer, bastante fea por cierto. Era una vieja rechconcha con muchas arrugas, y unas gafas redondas. Yo la mire con cara de asco, me parece que se dió cuenta porque me miró con muy mala cara.
-Buenos días- responde la vieja con el ceño fruncido. Entramos en la planta 10º, lo primero que ví fué una sala de espera bastante grande de color beige, bastante bonita, comparado con el infierno esto era como el mismo cielo, allí todo era o rojo o negro, demasiado feo para mi gusto.
-Bienvenido jefe- dijo un chico rubio con ojos plateados, bastante guapo. -Anda mira quien a despertado ya - me dice sonriendo y tocandome la cabeza con la mano.
Yo solo me limito a sonreir.
-Oye, ¿han llegado ya esos papeles?- dice Jake un poco enfadado -Siiii - dice el rubio -por cierto, soy Marck- me dice señalandome -Maik- le digo con una sonrisa. Se despide agitando la mano.
-Oye, me voy a dar una vuelta para vigilar ¿vale?- le pongo la mano y me quedo mirandole exijiendo mi katana -¿que quieres que vaya contigo agarrados de la mano?-me dice alzando una ceja.
-¡Idiota! quiero mi katana- le digo sonrojado. Me mira durante unos segundos y se empieza a reir.
-¡No te rias!- le grito enojado, cosa que hace que este se ría más. Inflo los mofletes enojado y me cruzo de brazos, apartando la vista hacia la ventana. Sin darme cuenta empieza a tocarme la cabeza cariñosamente. Lo miro y tiene en la cara una leve sonrisa.
"Que lindo" pienso sonrojandome un poco -mi katana- le repito -si, si- me dice, se mete en el despacho y sale después de unos segundos con la katana en la mano. -aqui tienes- me dice dandomela.
-Intenta no meterte en problemas- me dice -se cuidarme solo- le digo ajitando la mano en forma de despedida mientras que salgo por la puerta.
"Y ahora a cazar demonios"
