CAPÍTULO 2

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Después de que Petter me hechara una gran charla sobre normas y mierdas de esas que no escuché, él y dos grandes hombres vestidos con un traje negro y gafas de sol oscuras, me subieron a un hermoso porsche gris mate de cuatro plazas y me llevaron a la otra punta del enorme campus.

Ahora uno de los espías secretos (así les llamé a los guarda-espaldas del director) estaba sacando mis dos pequeñas maletas del auto mientras el otro estaba asintiendo a algo que le decía Petter, y mientras tanto yo estaba plantada como estúpida delante de la gran casa en la cual me iba a alojar durante mi estancia en Stanford.

¿Me explican porque en América todo parece que está hecho para gigantes ricos? Osea solo mirando la gran y linda fachada de la casa se podía intuir que habían 3 pisos de 5 metros de altura cada uno como mínimo y que allá solo entraba gente con mucho dinero y cuando digo mucho, es mucho.

- ¿Lista para ver tu nuevo hogar? - La sonrisa que tenia Petter en la cara era un tanto chistosa, su cara era una mezcla de "acabo de salvar a un cachorro de la calle" y "pobre chica, no sobrevivirá mas de 2 horas aquí".

- Usted primero - Asintió y fue hacia las dos grandes puertas negras de la entrada. Al menos si solo abrir la puerta salia una sandia volando no me la iba a comer yo.

Petter abrió la puerta, y no sé si será que conozco muy bien a los hombres o fue pura casualidad pero cuando el director abrió la puerta salió disparada una chancleta de verano e impactó en su rostro.

Okey amigos, ahora es la parte en la que toca no reírse y comportarse como alguien mas o menos normal para que no me metan una patada en el culo y me devuelvan a Barcelona.
Pero, ¿a quien voy a engañar? Soy Bonnie Brianna y soy de esas chicas que se ríen en los momentos inapropiados, así que cuando la chancleta hizo el efecto rebote en la cara del señor director me eché a reír como foca retrasada que era.

- ¿Se puede saber de que se esta riendo señorita Brown? - y ahí fue cuando mi risa disminuyó para después volver a aumentar, tenia la cara hecha un cromo y un trozo de hoja enganchada en la frente.

¿Seria así como se te queda la cara después de que tu madre te pegara con la chancla? Nunca lo sabría.

- ¿Yo? A no de nada, me reía porque desde aquí estaba viendo una lagartija bizca en esa montaña que hay a unos 100 km - Me da a mi que no se creyó mi maravillosa mentira porque la cara que me echó fue de "esta niña es tonta".

- Yo de ti dejaría tu súper vista y me concentraría en pasar el portal sin recibir ningún golpe de algún objeto volador.-

Y luego de eso se echó a gritar cosas en inglés, por si no os lo había comentado todo este rato me estuvo hablando en español, porque amigos, yo y el inglés no es que seamos muy friends, lo único que se decir es yes, money y hello, lo esencial. A parte tampoco lo necesitaba la universidad era muy estricta en los idiomas y todos sus estudiantes escribían y hablaban a la perfección el español, inglés y francés.

Esperé afuera a que el director acabara de gritarles a los chicos que había dentro la casa, porque si una cosa tenia clara era que no quería que en mi primer día me echaran bronca.

- Señorita Brown pase, le presentaré a algunos de sus compañeros - 

Como perrito obediente agarré mis pequeñas maletas y pase el umbral de el casoplón que tenia delante y justo en ese momento empecé a amar América mas de lo que ya la amaba, delante mio, parados en fila militar había 3 chicos guapísimos 2 de ellos solo con pantalón y el tercero solo llevaba unos boxers puestos.

Petter me presentó a los 3 chicos que parecían recién salidos de una novela erótica.

Empezó por Cameron, el chico que únicamente llevaba unos boxers blancos de Calvin Klein, que por cierto le favorecían mucho.

Este era un muchacho realmente adorable, de ojos de un color castaño muy claro, igual que su cabello, pero en cambio este tenia unas mechas rubias que le quedaban de lujo. Tenía la piel algo bronceada y debería medir 1'85 metros porque me sacaba unas 2 cabezas.

Cameron me tendió la mano con una agradable sonrisa y se la estreché también sonriendo. Pero en vez de que mis ojos se quedaran mirando sus bonitos ojos, estos viajaron hasta su tonificado abdomen donde tenia tatuado un extraño y abstracto dibujo, no era muy grande pero llamó mi atención ya que en medio de este había un puntito con tinta roja.

- Pensaba que ya había visto muchos cuerpos bonitos y tonificados, señorita Brown - Habló el director  que estaba unos pasos detrás de mi.

- Sí, los he visto, y si le digo le verdad, señor director, he visto muchos mejores que estos que tengo delante. - Dicho esto la cara de felicidad que tenían todos se les desvaneció y ocupó su lugar una mueca de desagrado.

Sonreí y apreté la mano al siguiente chico, exactamente lo mismo que con Cameron. Solo que este se llamaba Aiden.

Este contrariamente al anterior tenia los ojos casi negros y era rubio, un contraste espectacular. Tenía la piel un poco bronceada y media alrededor de 1'80 metros, este era el mas bajo de los tres.

Y por último le estreché la mano al tercer muchacho, solo que a este no le sonreí. Tenia una mirada negra y agresiva, y me miraba con algo de desprecio.

Media mas o menos igual que Cameron y tenia los ojos idénticos a los de Aiden, pero lo que mas destacaba en el era su rojizo cabello y su piel morena.

Tenia un hermoso cuerpo, con muchos tatuajes y se notaba que hacia mucho deporte, pero miré poco su figura ya que no quería que el chico que me miraba mal me viera admirando su cuerpo.

Todo lo contrario a él, que descaradamente me repasó de arriba a abajo con su mirada y desapareció de la sala.

- Lo siento... - Dijo Cameron esperando a que le dijera mi nombre.

- Bonnie.

- Esta bien, lo siento Bonnie, Yashel está así porque hace dos días que su novia lo dejó y desde entonces esta insoportable.- Y dicho esto me sonrió esperando que lo entendiera, yo asentí afirmando que lo hacia.

-Bueno, dejando a parte los problemas amorosos aquí les dejo a la chica, no quiero ni una sola queja por parte de Bonnie, ¿entienden? Ah, y díganle a Johnson que no se moleste en venir hasta mi despacho a quejarse de ella porque se quedará acá, diga lo que diga ese muchacho.- Entonces el director se puso a hablar con Cameron y Aiden en inglés, y como mis conocimientos de este idioma son los mismos que tiene un niño de 5 años, no entendí una mierda.

Pasados 15 minutos por fin dejaron su charla y Petter se dispuso a irse con los hombres de negro.

En cambio yo me quedé como atontada en la puerta esperando a que los dos chicos con poca ropa que unos minutos antes se habían mostrado simpáticos conmigo me dijeran donde estaba mi nueva habitación.




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Aquí les dejo la segunda parte de esta novela, espero que les guste mucho. No se cuando voy a subir el próximo capítulo, pero espero que pronto.

LOS AMO❤

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