Primavera

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Al finalizar el otoño, Matías intentaba superar esos días y lograr que en su vida renazca las ganas de continuar, así como en la primavera todo florece y es de colores, así su vida comenzó a tomar un ritmo más fluido, colorido, lleno de sentimientos, experiencias y sobre todo romance y amor.

Antes de su rompimiento con Sasha, Matías había conocido una pequeña dama, llamada Danna, ella estudiaba en el mismo colegio que ambos y ella jamás había notado la presencia de Matías hasta el día que subió al bus y el le dirigió la palabra, ella muy tiernamente cruzó unas palabras con Matías pero no fue un dialogo extenso:

-¡Hola! Soy Matías ¿Eres nueva en la ruta?- preguntó Matías muy interesado en saber quien era ella.

-Hola, Soy Danna.-Respondió ella con un poco de timidez pero con un tono de ternura.

-Oye, disculpa que suene atrevido, pero ¿Te gustaría ir al Camp-Park?- dijo él. [Camp-Park es un lugar de diversión]

-Gracias por la invitación pero no puedo, debo hacer deberes ya que mañana salgo de viaje. Respondió ella.

-Ok, no te preocupes.-dijo él.

Danna había despertado un cierto interés en Matías, así al cabo de unos días ambos comenzaron a entablar conversaciones. Un día estaban en el bus jugando con el teléfono de Matías, y Danna superó el record en el juego, él al mirar esto la retó y una competencia de habilidades se desató, pronto ambos cedieron y todo concluyó con una victoria de Danna. Al concluir la pequeña competencia, Danna guardó su número de teléfono en los contactos de Matías y le dijo que le envíe un mensaje cuando pueda, Matías asintió con la cabeza. Llegando a su casa ella se despidió y bajó del bus.

Matías al llegar a casa, no esperó un solo instante y envió ese mensaje, dento de poco la respuesta de Danna no se hizo esperar. Los días pasaron y ambos habían creado un lazo de amistad muy fuerte, compartían chistes y reían como dos locos, charlaban y los temas de charla a ninguno le parecía aburrido. La primavera se estaba haciendo notar, en los ojos de ambos un brillo apareció y ese lazo de amistad poco a poco se fue transformando en algo más.

Los días pasaron y Matías comenzaba a sentir que realmente quería a Danna, y esto se iba convirtiendo en realidad con cada minuto que la tenía cerca, aunque él no pensaba que ella sentía lo mismo, un deseo lo invadía y se armó de valor para escoger las palabras correctas y decirle de la mejor manera a Danna:

-Danna, mmm...¿Me darías un beso?- Al escuchar esto ella se sonrojó y no supo que responder, pero dentro de ella ese deseo también había surgido y por ende un cariño especial hacia Matías.

-¿Un beso? Mmm...en la mejilla! Jaja- ella se reía mientras Matías dibujaba una sonrisa en su rostro.

-No, entonces... mejor ven acá. -Matías la acercó a él y la luz tenue de madrugada acompañó ese momento, la soledad del pasillo de la escuela logró que sus corazones se escuchen palpitar aceleradamente, que el mañanero viento frío de primavera que soplaba desaparezca, que ambos despierten sus emociones con ese beso que a ambos hizo sonreír como dos idiotas.

El resto del día todo transcurrió normalmente aunque el cruce de miradas de ambos era constante, y para nada disimulados. El día concluyó y se encontraron en el bus, ambos se sentaron y el la abrazó, todos los que iban en el bus ya conocían que eran buenos "amigos", así que ese comportamiento no les sorprendió. Ambos conversaron normalmente, aunque deseaban hablar sobre lo que sucedió en la mañana, sabían que en el bus las paredes escuchaban y por el momento no era bueno que sepan, además la hermana de Danna iba con ella en el bus, y tampoco era conveniente que se entere.

Ese día al llegar a casa, Danna no sabía lo que sucedía en ella, las cosas comenzaban a ser diferentes, sabía que era el inicio de algo que la iba a marcar.

Matías envió un mensaje apenas llegó a casa:

"Hola, solo quería decirte que...Te Quiero, me encanta pasar tiempo contigo y que tu beso me llevó al infinito. "

Danna leyó el mensaje e inmediatamente comprendió que todo lo que decía Matías era sincero, y en su interior una guerra de confusión se desató.

Durante un tiempo, Matías tomó de la mano a Danna y la llevó de nuevo a ese pasillo silencioso, que con el transcurso de los días se convirtió en el fiel testigo de su cariño.

Las cartas de amor no se hicieron esperar y entre ellos comenzó un cariño muy especial, los detalles comenzaron a formar parte de su diario vivir y sabían que este amor iba a superar cualquier expectativa que el mundo tenía de ambos.

Nadie apostaba a que esa relación que la conformaban: Una chica nada común, que tiene por ídolos a cinco adolescentes británicos que cantan pop, que usa lentes, de un cabello extraño, y sobretodo de un corazón lastimado.

y un chico que tiene por ídolos a seis adultos británicos que tocan heavy metal, que tiene brackets, de un cabello alborotado hacía arriba, y sobretodo de unas ganas de vivir. Nadie apostaba a que llegue a funcionar como llegó a hacerlo.

Un día de los tantos encuentros a solas que tuvieron Danna y Matías, después de echarse bromas y risas, entre juegos Matías le quitó los lentes a Danna:

-¡Ja! Ahora son míos, lero lero.-dijo Matías como si fuese un niño de cinco años

-¡Devuélvemelos!-gritó Danna con un tono de desesperación y ternura, mientras escondía su rostro para que Matías no la vea sin sus anteojos. Rápidamente Matías colocó los lentes en su bolsillo para que no se cayeran, y levantó el rostro de Danna:

-Eres hermosa, y no debes avergonzarte de mostrar quien eres.-Le susurró Matías.

-No me mires así. -dijo Danna tapandole los ojos a Matías, el reaccionó y también le tapó los ojos, mientras ambos tenian sus manos en los ojos del otro, sus rostros se acercaron tanto que sus labios se rozaron y un beso nació de esa situación, fue muy especial para ambos pues solo necesitaron los ojos del alma para guiarse a ese beso prolongado.

Los días pasaron y el fin de la primavera se acercaba; ambos decidieron que en el invierno iban a estar el uno junto al otro para abrigarse y que todo salga bien, pero no contaban que días antes de que la primavera culmine, varias situaciones se presenten.

En Danna las confusiones volvieron a aparecer y su cabeza se comenzó a llenar de pensamientos que afectaron directamente a su relación con Matías, ella sentía que no era lo suficiente buena para el y que el se merecía algo mucho mejor, cuando esos simplemente eran pensamientos vanos que solo consiguieron que todo lo que la primavera consiguió se vaya congelando con la llegada del invierno.

-Matías, en serio me gustaría quererte como tu lo haces, nunca me he sentido tan amada en mi vida, pero, quiero dejar de desear morir, quiero ser alguien nueva, ser alguien que te merezca, porque tu te mereces todo, lo lamento pero deseo que solo quedemos como amigos.- fueron las palabras que Danna dijo, mientras en el interior de Matías: su corazón, que estaba sanando de todo lo sucedido en el otoño, comenzó a partirse de nuevo, su alma sintió el golpe, y en su mirada la tristeza y la frialdad del invierno comenzaron a tomar presencia. La primavera y todo lo que había conseguido florecer comenzó a tomar un tono gris, dando así, la bienvenida al invierno. El ritmo de vida de Matías dejó de tener ese brillo y esa alegría, pues sabía que la amaba y que era todo para él. Así pasaron los días y oficialmente la primavera terminó.

Estaciones de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora