Cap 2. Mala suerte

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Cuando las puertas se abrieron Enuc se llevó una gran sorpresa, nunca pensó que volvería a encontrarse con aquel chico, literalmente el destino quería reunirlos, pero ellos no lo sabían aun, pero no importaba, negocios eran negocios, no podía permitirse el distraerse cuando su madre se encontraba al lado de él, poniendo toda su confianza en él. Mientras que Tomoe, al instante de ver a su socia sonrió de manera cálida, pero pudo notar casi al momento, la tensión que su hijo reflejaba, parecía que conocía al hijo de su socia, el problema era saber de dónde, el ambiente de repente cambio de tenso a incómodo, pues cuando Reiz vio a Enuc, su rostro reflejo perfectamente el desagrado hacia el Alpha que el día anterior casi lo violaba.
-Eres tú!! ¡¿Cómo?! ¡¿Cuando?! ¡¿Donde?! ¡¿Porque?! ¡¿Acaso eres un acosador?! -todo eso lo dijo mientras señalaba a Enuc, después de todo, a él no le importaba como lo vieran en la sociedad, pero a su madre sí, ella soltó un suspiro con fastidio, quería pensar que aquello era una mala broma de su hijo para hacerla quedar mal.
-Reiz!, ¿Qué son esos modales? -pregunto la rubia dándole a entender que si no se callaba y se disculpaba por la aparente broma le iba a ir bastante mal, el joven no tuvo de otra más que fingir reírse.
-Ja, ja, ja se la creyeron, disculpen mi humor tan malo, mi nombre es Reiz, es un honor poder reunirnos para poder comer todos juntos, pasen por favor.
Mientras que todo aquello solo despertaba aún más la curiosidad de la mujer de ojos carmesí, pero esperaría hasta estar a solas con su hijo para poder preguntarle el motivo de aquel arrebato de el joven Reiz y de donde se conocían, porque era obvio que ambos se reconocían perfectamente.
-Señorita Sol, le presento a mi hijo Enuc, es el mayor de mis hijos como le mencione ayer, gracias Reiz -Agradeció la invitación a entrar de manera cordial.
La rubia estaba feliz de tener a su socia presente en su casa para poder comer y hablar de negocios.
-Es encantador igual que su madre, primero comeremos y luego atenderemos los asuntos laborales -solo dijo eso para luego mostrarles el lugar donde iban a comer.
Mientras que Enuc solo podía disponerse a mirar toda la escena, se sentía mal por el incidente del día anterior pero no podía hacer nada en aquella situación, el siquiera quejarse seria incómodo para ambos chicos, así que no tuvo más remedio que acompañar a su madre mientras seguían a aquellas personas.
Al llegar a la mesa, la cual se encontraba al aire libre, todos tomaron asiento y al momento varios sirvientes de la señorita Sol llegaron y prepararon todo para que los cuatro pudieran comer.
El ambiente se sentía algo tenso entre aquel chico Reiz y él, bueno, no podía no ser así después de lo ocurrido el día anterior, miraba como los sirvientes acomodaban todo lo necesario para tan solo una pequeña comida, para él era algo incómodo de ver, pero era mejor que mirar a Reiz.
-Tu hijo también es muy encantador, ¿Qué edad tiene? -Tomoe no podía evitar ser curiosa ante cosas tan pequeñas como esas, era algo que muchos y obviamente ella misma, adoraban de su personalidad.
-Tiene catorce años, pero a su edad ya termino todos sus estudios y está a punto de terminar su segunda carrera, él es quien se encargara de mi legado próximamente -la rubia parecía no darle mucha importancia a esas cosas y su hijo ni siquiera prestaba atención a la conversación, sino que solo esperaba el momento en que le trajeran su helado.
-Qué bueno, mi hijo también termino sus estudios a temprana edad, tiene varios títulos, pero por ahora solo atiende los negocios de su padre, además tiene buena edad para eso, tiene 28 por cierto -dijo mientras sonreía, se sentía orgullosa de sus hijos, y en cualquier oportunidad los presumiría, aunque sabía que muchas veces aquello le molestaba o incomodaba a sus hijos. Mientas que para Enuc no le era para nada interesante la conversación de su madre y la rubia, lo único que le pareció interesante fue la edad de aquel Omega, le era raro que un Alpha y un Omega destinados tuvieran tanta diferencia de edad, además que él pensaba que ese Omega sería un poco mayor, o que al menos llegaría a los 18 años, no podía sentirse peor, se metió con un Omega sin su consentimiento además de que este era menor de edad, siguió escuchando atento a la conversación, a pesar de que no le importaba.
En cuanto los sirvientes terminaron de preparar todo Sol invito a todos a empezar a comer, el joven Reiz sin esperar un segundo más empezó a comer lo que había en su plato lo cual era poco comparado a lo que le habían servido a los demás, sin embargo, no se quejaría con los sirvientes, pues estos sabían que a él no le gustaba comer alguna cosa que no fuera helado. Por su parte Tomoe sentía curiosidad del porque le sirvieron tan poca comida al joven Reiz, pero prefería no preguntar, simplemente seguiría comiendo para poder terminar rápido e ir a terminar de negociar con su socia.
Mientras que Enuc se sentía incómodo por el traje, le era desesperante utilizar algo así a pesar de que le quedara tan bien al estar hecho a medida, pero siguió comiendo sin alguna protesta, pero en realidad no veía el momento para regresar a casa, dirigió su mirada al adolescente el cual ya había terminado su comida y parecía impaciente por que le dieran su helado, no le era raro que aquel chico comiera tan poco y se viera ansioso por un simple helado, después de todo tan solo a excepción de sus hermanos, primos y unos amigos, no conocía a nadie más que fuera rico y no fuera malcriado.
Una vez que todos acabaron de comer la rubia pidió que trajeran el postre el cual era un exótico helado hecho por chefs reconocidos, a la peliblanca le encantaban ese tipo de comidas, pero a pesar de que le era fácil conseguirlas por todo el dinero que tenían prefería dejarlas para reuniones con socios, clientes importantes o cuando se reúne toda la familia.
El adolescente comenzó a comer aquel helado con tanta felicidad que cualquiera que lo viera diría que era su primera vez comiendo ese tipo de helado, su madre al verlo soltó una pequeña risa, le daba ternura el verlo de aquella manera.
-Por cierto, quiero aprovechar esta ocasión para invitarlos a la boda de mi hijo -menciono una vez que termino su comida.
Enuc se sorprendió bastante, aquel chico de tan solo 14 años se casaría, a pesar de no conocerlo sentía un leve dolor punzante en el pecho, no le dio importancia y termino su postre, pero su madre no pudo contener su emoción.
-Enserio? Se casara? ¿Con quién? -parecía niña pequeña emocionada por saber algo nuevo, eso le recordó que su hijo aun no quería casarse y nunca le había interesado alguien.
-Yo quiero que mi hijo se case, pero nunca se ha interesado en alguien -parecía demostrar derrota en aquel comentario.
-El escogió su pareja, yo no lo escogí -menciono con simpleza la rubia.
-El problema con mi hijo es que no quiere escoger o siquiera conocer a alguien, después de mucho me rendí, tal vez nunca se case...bueno, y a quien escogió? -no disimulaba en nada su curiosidad, tal vez podía llegar a ser molesto para la rubia y el joven, pero no se disculpó por entrometerse demasiado, simplemente sus mejillas se tornaron rojas en señal de vergüenza por su actitud entrometida.
Enuc por su parte se sentía incómodo que su madre tocara aquel tema, simplemente no quería casarse y ya, ¿Qué tan difícil era entender aquello? Se preguntaba internamente pero bueno ¿Que podía hacer?, su madre siempre se emocionaba como niña pequeña ante aquellos temas.
-Es un Alpha de economía media, se llama Nick -el adolescente se metió en la conversación al escuchar la última pregunta de la ojicarmesí.
-Y porque lo elegiste?.....perdón si me meto mucho, este tipo de temas me gustan mucho -por fin se disculpó por lo entrometida que podía llegar a ser, se tornó de esa manera después de conocer a Jasón y André.
-Porque él es mi destinado -respondió el menor sin alguna preocupación, pero a Enuc sí que le preocupo, se sintió confundido, se sintió aliviado de que al parecer aquel chico tenía un segundo destinado, pero al final no le dio tanta importancia, después de todo apenas y conocía a Reiz.
-Enserio? Entonces cuando se vieron por primera vez, ¿Te dio tu celo sin ninguna explicación? -pregunto con bastante curiosidad, pero al sentir la mirada de su hijo ya no pregunto o dijo alguna cosa más.
A la rubia le daba cierta gracia eso de que su pequeño encontrara a su destinado, sin embargo, respetaba su creencia y decisión.
-Tomoe, creo que es hora de arreglar nuestros asuntos, dejemos a los chicos solos para que se conozcan -una vez dicho esto se levantó de su asiento.
Tomoe al ver a Sol levantarse e invitarla a terminar sus negocios, se levantó y la acompaño hasta el despacho de esta, dejando a un Reiz bastante confundido por su comentario.
-Celo?....-el joven no sabía a qué se refería la ojicarmesí, eso del celo le perturbo bastante, el joven ojicarmesí noto al instante que el chico frente a él se encontraba confundido ante la última pregunta que hizo su madre.
-Se dice que cuando un Alpha y un Omega están destinados y se encuentran por primera vez su celo aparece, sin ninguna explicación, no importa qué edad tengan, eso le paso a mi madre con mi padre y a varios conocidos de ella -menciono sin darle mucha importancia y observando el lugar en el que se encontraban.
-No lo sabía -el menor ahora estaba bastante pensativo.
-Bueno, no importa, estoy seguro que me casare con el -parecía que se lo dijo al aire ya que el mayor no le presto mucha atención, excepto a una palabra, la cual lo dejaba bastante pensativo, casarse, no sabía si lo iba a hacer, al menos por el momento esperaba que no.
-Casarse... -murmuro para el mismo, pensando que aquel chico no lo escucharía, pero si lo hizo, aunque lo ignoro.
-Mira, yo no quiero convivir con una persona que estuvo a punto de violarme, así que me iré a mi habitación y en cuento mi madre y tu madre vayan a salir del despacho de la mía hacemos como si fuéramos los mejores amigos -sin más se levantó y se dirigió a su habitación. El mayor pudo respirar aliviado de que se fuera, no le agradaba la compañía de extraños y menos cuando se trataba de ese chico, sin saber que hacer se quedó sentado en ese lugar hasta que su madre regresara, no le importaba si tardaba, eso hacía que pasara tiempo y con eso tal vez tener la suerte de que sus hermanas no recordaran el incidente del día anterior, del cual ni siquiera comenzó a contarles la razón de este.
Mientras tanto en el despacho de la rubia, esta se encontraba buscando los documentos que necesitaba y mientras lo hacía le comentaba una interesante propuesta a Tomoe.
-Mañana iré a comerciar a China, Japón y tratare de formar lazos estrechos con los Estadounidenses y quería ver si tu siendo una de mis socias más cercanas quisieras entrar en esto.
-Por supuesto, Sol, muchas gracias por considerarme, en Japón podría proporcionarte algo de ayuda, tengo familia que tiene muy buena influencia en muchas de las empresas de aquel país -mostraba cierto entusiasmo al hablar, mientras miraba como aquella mujer a la que llamaba socia buscaba los documentos que les eran necesarios.
-Mientras estoy fuera mi hijo, Reiz, manejara mis empresas -al fin encontró los documentos, le dio los necesarios a la ojicarmesí.
-Yo también dejare a mi hijo a cargo, después de todo el tendrá que hacerlo en un futuro -menciono sin mucha importancia mientras leía detenidamente los documentos para luego firmarlos.
-Si quieres para que no se ocasionen muchos problemas en los acuerdos, Enuc se puede quedar en mi casa con Reiz.
-Que buena idea, además no creo que se lleven tan mal -sonrió ante la propuesta de su socia, bueno, ella no podría estar enterada de cuál era la situación con Enuc y Reiz, aun.
-Bien, entonces preparare todo para que mañana Enuc se pueda quedar aquí -sin más termino el papeleo que tenía que atender.
El joven Reiz presentía que estaban por salir tanto su madre como la socia de esta, así que fue con el mayor y se quedó observándolo, para el mayor todo estaba tranquilo, pensando miles de cosas sobre su hogar, hasta que sintió la mirada de alguien sobre él, dirigió su vista a ese alguien y le fue un poco raro que aquel chico lo estuviera mirando, pero solo significaba que la reunión de su madre pronto terminaría, así que se levantó de su asiento y se acercó tan solo dos pasos al menor, el cual aún estaba a varios metros.
-Muy bien, entonces nos vemos mañana -acomodo los documentos que se llevaría y se levantó de su asiento, la rubia se disponía a irse, abrió la puerta para que su socia saliera primero, esta agradeció ese pequeño gesto por parte de la rubia, salió de aquel despacho y la espero mientras salía y cerraba la puerta.
El adolescente pudo escuchar como la puerta del despacho de su madre se abría, iba a caminar en dirección al mayor, pero se tropezó con la agujeta de sus zapatos provocando que terminara chocando con Enuc y casi abrazándolo, pudo percibir el aroma de este.
-Que rico... -dijo sin darse cuenta y sin que él lo quisiera comenzó a emanar una pequeña cantidad de feromonas, las cuales indicaban que estaba feliz.
El mayor no estaba prestando atención a aquel chico, hasta que sintió como este término casi en sus brazos por tropezar, escucharlo decir algo tan simple como aquel comentario hacia lo bien que olía hizo que un escalofrió recorriera su espina dorsal, percibió el aroma de aquellas feromonas tan atrayentes y dulces para él, por instinto empezó a desprender algo de sus feromonas con ese aroma a madera recién cortada y menta, era un olor que atraía a cualquiera, se percató de lo que pasaba y sin saber qué hacer, si apartarse o solo quedarse ahí hasta que ese chico se diera cuenta, simplemente se quedó observándolo detenidamente, pero el menor al percibir las feromonas de Enuc se apartó rápidamente con un pequeño rubor en las mejillas, Enuc se dio cuenta de que estaba liberando sus feromonas y al momento las detuvo, miro a su madre esperando a que no haya visto nada de lo que acababa de ocurrir, se acercó a esta para al fin poder irse de ese lugar.
-Gracias, por evitar que cayera -agradeció tímidamente.
La rubia salió de su despacho y cerro con llave, para después dirigirse hacia donde se encontraba su hijo, acompañada de su socia.
Tomoe se dirigía hacia su hijo, hasta percibir un pequeño olor a madera, lo cual la hizo apresurarse, al llegar con su hijo se dio cuenta del como miraba a aquel Omega y que por causa de este liberaba aquel aroma, sonrió con ternura por eso, pero ahora estaba confundida, aunque supuso que tal vez aquel Omega tenía dos destinados, como era el caso de ella, después de unos segundos la rubia llego a su lado.
Cuando el menor vio a la madre del mayor se acercó a ella.
-Me disculpo si no me quedo más tiempo con ustedes, pero tengo asuntos importantes que atender -en realidad no tenía nada que hacer pero ya no quería estar ahí así que iría con el que era su prometido, Nick, la rubia llego justo cuando su hijo termino de hablar, por la expresión de este se notaba que se iría y no lo detendría, sabía que a él no le gustaba estar encerrado y ya le había pedido bastante por hoy.
-Ve con cuidado hijo -dijo como última frase antes de verlo partir.
Después de que Reiz se marchara miro a Sol y se despidió cordialmente de ella para luego tomar el brazo de su hijo y salir del lugar, al salir subieron al auto que los esperaba para llevarlos a su hogar, al estar dentro de este por fin se animó a preguntar.
-Qué fue lo que paso? ¿Porque estaban liberando sus feromonas? -se veía curiosa pero emocionada.
La rubia era tan distraída como su hijo que no noto las feromonas y solo se dirigió a su habitación para dormir, ya que mañana necesitaría bastante energía.
Reiz ya se encontraba en casa del que era su prometido, pero por alguna razón quiso primero llamarlo, pero al hablar un rato con él por teléfono se enteró que había salido del país por una visita de intercambio que solo duraría aproximadamente un mes, sin más el menor regreso a su casa tan solo para encerrarse en su habitación.
Enuc temía que su madre se haya dado cuenta de lo que paso, al escuchar las preguntas de su madre maldijo su mala suerte, ahora tenía que contarle todo, no tenia de otra, así que sin más remedio le conto el incidente del día anterior y que fue lo que paso hace tan solo unos minutos.
Su madre no podía creerlo, se sentía emocionada pero a la vez triste, después de todo aquel Omega ya estaba comprometido, pero eso no le impidió sentirse feliz porque su hijo había encontrado a su destinado, pensando que eso del destinado también le alegraba o causaba algo en su hijo, le informo que se tendría que hacer cargo de los negocios en su ausencia y que se quedaría a vivir en la casa de su socia con aquel chico al que apenas y conocía.

La rubia se despertó y al momento se dirigió al cuarto de su hijo, sabía que si le decía que tendría que quedarse con una persona que apenas conocía se negaría así que llego y le ordeno que debía hacer, por su parte el menor odiaba que su madre le obligara a hacer cosas que no quería, pero ¿Qué más podía hacer?, solo contesto con un simple "está bien madre" para después cerrarle la puerta en la cara.

Al día siguiente
El menor ahora se encontraba despidiéndose de su madre puesto que se iría a su viaje de negocios.
Enuc también se encontraba despidiéndose de su madre, para luego verla partir, soltó un suspiro con fastidio, no podía creer la situación en la cual termino, ahora tendría que quedarse durante quien sabe cuánto tiempo en la casa de la socia de su madre, junto a un chico que ni siquiera conocía del todo.
-Este va a ser un largo tiempo -menciono para sí mismo el omega mientras miraba al Alpha a su lado.


Bueno, tardamos más de lo esperado en publicar el segundo capítulo, pero aquí está, espero lo disfruten.

mal entendidos y un nuevo inicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora