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La alarma sonaba tan fuerte que no pude evitar soltarle un golpe, que me hizo despertarme del todo al sentir el tremendo dolor en mi mano, sería una suerte no habérmela lastimado en el intento.

–Maldita sea– maldije mientras veía lo tarde que iba.

Corrí a la ducha y me bañé lo más rápido que pude, algo de agua, un poco de shampoo, jabón, jabón, y finalmente jabón facial y listo. Salí casi corriendo del baño a mi cuarto y me cambié con la ropa que ya había separado, algo básico de frio uno jeans y dos suéteres.

Kuma no dejaba de ladrar y un fuerte dolor de cabeza se adueñó de mi al salir de casa, sin almorzar.

Corrí lo más rápido que pude hacia la estación del bus y esperé hasta que pasara.

En la espera, me senté en los banquillos, y comencé a recordar el sueño que tuve sobre ese chico.

Sus pequeños ojos, sus labios, su linda nariz.

Si, vaya que era guapo.

Asintiendo

El autobús llegó, y me subí pagando lo indicado. Me senté en un asiento desocupado junto a la ventana y recargar mi cabeza en esta, cerrando los ojos intentando relajarme.

Pero el chico volvió a mi mente.

Un poco cansada del chico de mi sueño, volví a ver el camino esperando llegar hasta la próxima parada.

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Al bajarme del autobús choqué con alguien, pedí perdón rápidamente sin ver a la persona detalladamente ya que mi teléfono comenzó a sonar como loco, entre mensaje y mensaje hasta que una llamada entro.

–¿En dónde estás?– pregunto molesto Sunwoo.

–¡Ah! Ya voy a llegar, ¿Quieres tu café o no?– le reproche caminado apurada.

Este chico podía ser tan molesto si se lo proponía.

–Bien, te esperaré– contestó el mocoso.

–Si no lo haces, le diré a Sangyeon lo que hiciste– mencioné antes de cortar la llamada sin querer escuchar sus reproches.

Me di cuenta que había pasado el local en dónde normalmente compraba nuestras bebidas y tuve que regresar.

Entre casi sin respiración acercándome lentamente a la barra y hacer el pedido. Mientras esperaba me dediqué a observar a mi alrededor ya que cada cierto tiempo cambiaban la temática.

Hoy la temática era de lectura, había libros por todos lados y los colores que adornaban las paredes eran cálidos.

Que agradable.

Mi mirada se detuvo en un chico que se encontraba en compañía.

Era como ver al chico que soñé.

Me quedé estática un momento sin dejar de verlo hasta que me llamaron por mi pedido.

Tome mi pedido y voltee a ver una última vez, mientras miradas se encontraron.

Salí con un poco prisa, con el corazón latiendo muy rápido, mis mejillas ardiendo y un hueco en el estómago.

FEBRUARY// the boyz; Kevin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora