Eran las 16:00 y María y yo estábamos en mi habitación esperando a que Jesús pasara a buscarme.
-Parece que vuestro paseo romántico tendrá un poco de lluvia eh.
-Tonta. - dije sonriendo.
Aunque María tenía razón.
El cielo se estaba cubriendo de feas nubes grises.
Pasaron 2 horas y Jesús timbró a la puerta.
María y yo bajamos y le abrimos.
-¿Lista?
-Claro. Pero, me parece a mí que va a llover eh.
-No me importa. - dijo sonriendo.
-Que os lo paseis bien. - dijo María cerrando la puerta de casa tras ella.
Como no, me llevó al parque. Había pasado 1 hora desde que salí de casa.
Comenzamos a hablar hasta que él vio algo o alguien que no quería ver.
-¿Jesús? ¿Estás bien?
-Eh... Ah, sí, sí. Pero mejor vámonos.
-¿Por qué? - dije confusa.
-Porque...
No le dió tiempo a acabar la frase.
Alejandra se abalanzó sobre él y le empezó a besar.
Yo contemplaba la escena con lágrimas en los ojos.
Lo que más me dolía no era que no me hubiera dicho nada, era que él no intentaba nada para que ella le dejara de besar.
-Ya veo porque no querías que estuviera Dani. - dije con mis lágrimas bajando por mi cara.
Empezó a llover y me empecé a calar pero yo seguía corriendo. No sé a donde me dirigía, solo quería estar lejos de Jesús. Después de estar corriendo un rato, me di cuenta de que no conocía el sitio en el que estaba. Estaba perdida.
Llovía cada vez más fuerte.
Me senté debajo de un árbol. No había nadie alrededor.
"Muy bien Andrea." - me dije a mi misma.
Me quedé un buen rato ahí sentada, llorando, con la cara hundida en mis piernas.
No dejaba de llover y yo seguía sin saber donde estaba.
