Capítulo 3

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¡Hola! Muchísimas gracias por todos sus comentarios, siempre es genial leerles RebeFernandez5, Mkijud, ElizabethHernande381, MagnusNoizLightwood, Gabrelle1980, EugeniaJimenez, MaryPlaza8, susanrious, BiancaCarrillo1, crisalecbloom, Reader030101, Crazy_Ghost_Girl_14, MaraGilMartnez, MagnusyAlec800, RhimerSantos, Ilmrtolkien, GladysElizabetGrego💜💛💜

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Antes...

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Alec se apoyó en el mostrador de la cafetería, esperando a que llegara Magnus. Habían acordado encontrarse a la 1:30 en Branson's, y Alec había estado tan preocupado de que llegaría tarde que terminó llegando vergonzosamente temprano y sentado afuera en un banco durante un rato antes de finalmente aventurarse a entrar hasta las diez. Al menos, había traído un libro con él para que no se viera tan patético.

-"¡Ojo rojo grande!"- llamó el barista, deslizando una fajilla por la base del vaso.

-"Gracias"- Alec lo recogió con cuidado y escogió la mesa más privada que pudo encontrar. Después de quitar la tapa de su taza para dejar salir el vapor, sacó su vieja y degastada copia de 'Al este del Edén'. Izzy tuvo que leerlo cuando era estudiante de primer año de Instituto, y después de cada capítulo, le había pedido a Alec que le explicara el simbolismo y las metáforas sólo para quejarse de que parecía superfluo que todo significara algo profundo. Él sonrió ante el recuerdo.

Cuando la puerta se abrió de nuevo, fue Magnus quien entró, pasándose una mano por el cabello. Alec tuvo que maravillarse de lo increíblemente bien que siempre se veía Magnus. Tenía mucho más incentivo que Alec, sin embargo, dada la cantidad de socialización que debía hacer y lo crucial que era mantener las apariencias en su línea de trabajo. Alec, por otro lado, tenía muy poco contacto con sus clientes o sus objetivos, y nadie esperaba mucho talento de él. Su guardarropa monocromático parecía encajar en la apariencia de alguien que trabajaba solo y en una carrera que requería un mínimo de anonimato. Volvió a su libro rápidamente, decidido a mantener un aire de indiferencia.

El olor a sándalo y una voz suave que sonaba como goteo de miel lo sacaron de éste unos minutos más tarde- "Hola, extraño"- Magnus estaba sosteniendo una gran taza de chocolate caliente en una mano y su teléfono en la otra. Hoy, sus uñas estaban pintadas de color borgoña oscuro, y tenía más anillos por mano que cuando se habían visto en el bar la otra noche.

-"Hey"- Alec no estaba muy seguro de cómo saludarlo adecuadamente, por lo que tímidamente hizo un gesto hacia la otra silla- "Por favor siéntate"

-"Espero que no hayas esperado mucho"- dijo Magnus disculpándose- "Tenía algunos asuntos que atender y me retuvieron más de lo que había previsto"

-"No te preocupes por eso"

Magnus miró intencionadamente el libro que yacía junto a la mano de Alec- "Steinbeck – buena elección"

Alec lo miró y luego a Magnus- "Es mi favorito. También me gusta La chica de la perla"

Magnus asintió pensativo, tomando un sorbo de su chocolate caliente- "Tienes buen gusto"

La Carga del Atlas - The Burden of AtlasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora