Una mañana soleada salimos de nuestras casa hacia la escuela, ya no quedaba mucho para llegar a mi paradero para tomar la micro, pero en eso comento el error de decirle
-Gay
Él se lo tomó de mala forma en como lo llamé, catalogándolo de homosexual.
Me ignoró y sin despedirse se fue. Al momento de tomar mi micro me sentí culpable.
Ya cuando estaba en casa pude ver que estaba conectado al chat, sin embargo noté que en su muro publicó algo relacionado a lo de nuestra conversa en la mañana, sin duda era una indirecta hacia a mí, de inmediato le escribí algunas palabras pidiéndole perdón, pero él solo me ignoró, se desconectó y salió de su casa.
Ya de noche sentí que alguien tocaba la puerta de mi casa, bajé las escaleras, abrí la puerta y era él, me sorprendió bastante que estuviera ahí frente a frente a mí.
Salimos a dar una vuelta, comenzamos a hablar sobre lo sucedió y pudimos resolver nuestros problemas matutinos y volvimos a la normalidad, sin embargo me acordé de que él quería decirme algo hace algunos días atrás.
Él al principio se negaba a decirme, según él ya no era de mucha importancia, aunque le rogué de que me digiera, justo llegamos a la plaza en donde siempre nos sentamos a conversar.
Me miró muy fijo y me dijo
-Emmm ¿Quieres pololear conmigo?
