Epílogo.

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Su cuerpo temblaba entre sus brazos, mientras la vida la abandonaba a pasos lentos. Y Harley solo podía acariciar sus cabellos.

Después de todo, era su hermana.

Si el hubiera tenido más opciones, no hubiese elegido está escena. Pero el camino se había trazado solo.

Y sus manos se habían manchado de sangre.

Sus azules ojos lo miraron desde sus brazos, parecia aterrada por su final y Harley le susurró, que todo estaría bien.

Que él estaba aquí.

Entonces Sarah cerró los ojos, suspirando entrecortada y tomó la mano de su hermano, la que cubría la herida de bala, que el mismo habia causado. Entrelazado sus dedos.

Ante este gesto, Harley no pudo evitar soltar un jadeó lastimero, como el de un perro sufriendo.

Su mente viajo por los recuerdos, aquellos que había bloqueado para pelear la batalla.

Recordó cuando tomo a Sarah entre sus brazos, por primera vez y sus ojitos brillaron emocionados, por lo pequeña que ella era.

Quería ser un buen hermano mayor.

Había besado sus rosadas mejillas y olfateado su mata de pelo rubio, para luego decirle emocionado a su padre, que Sarah olía bien.

Peter había reído por el comentario, mientras su padre Steve besaba la frente susdada de su papá, con una adoración que lograba hacer que Harley se sintiera feliz.

Su familia había sido cálida.

Habían sido un buen hogar.

- papá... El.. el - murmuró débilmente Sarah, antes de toser un poco de sangre.

Harley acarició sus cabellos y le dijo que callara y que descansará. Sarah negó. Había algo que tenía que saber y se negaba a llevarlo a la tumba.

- papá sobrevivió, unas semanas... - volvió a toser, mientras Harley no lograba entender. - nuestro padre Tony. - confesó, mirándolo a los ojos.

Harley tomó aire, sintiéndose mareado. Luego negó.

- el recibió una ola de balas, de un pelotón de Hydra - respondió, con cierto dolor en el pecho.

Sarah negó en el suelo, luego trago saliva con dificultad.

- el luchó... Por su vida, el aguanto semanas - informó, mirando a su hermano con dificultad. - el último día, el le dijo a nuestro padre... Le dijo, que lo amó, que no se arrepentía de nada, pero que eso no evitaba que le doliera el alma.

Los ojos de Sarah enfocaron a un hombre rubio, con canas, que se paraba detrás de Harley.

-¿Por qué me dices ésto? - preguntó herido, llamando la atención de la rubia.

- por qué tienes... - tosió más - tienes que saber qué se amaban.

Los ojos de Harley comenzaron a picarle. El ya sabía eso.

Fue vívido testigo del amor que se tenían, por años lo había sabido.

Y ahora, el enterrarse de las últimas palabras de sus papá hacia su padre, no hacía más que abrir la herida.

Sarah apretó su mano con fuerza, respirando lento y con dificultad, entonces Harley la atrajo hacia el, dejando sus labios en la frente.

Sarah busco aire de forma desesperada, mientras su hermano cerraba con fuerza sus ojos.

Finalmente, Sarah dejo de moverse, mientras dejaba ir su último suspiro. Harley beso su frente, llorando.

Los ojos, vacío de su hermana, miraban el cielo.

La lluvia había parado hace un rato y recién se despejaba las nubes. Harley sintió una mano en su hombro, mientras lloraba.

- lo lamentó, Harley - hablo Wade desde atrás, lamentándolo de verdad.

El había criado a ese hombre, no podía no empatizar con sus sentimientos.

Harley asintió, aún derramando lágrimas, que parecían no caer.

- necesito estar solo - pidió en voz débil, acariciando los cabellos de la rubia. - porfavor.

La debil demanda, hizo temblar al corazón del ex mercenario, quien asintió, dándose la vuelta.

Volvería con su pelotón, el cual festejaba, luego de un rato, regresaría por Harley.

Wade estaba dispuesto a seguir cuidando al lastimado muchacho, sin importar que esté ya no era un niño. Que tenía 25 años y que era un jodido soldado.

Wade lo cuidaría, por qué después de todo, era su niño, su única familia.

Cuando vio a su pelotón, sonrió, hasta que los gritos de victoria fueron callados por el rugido de una bala.

La última bala de aquella guerra.

La sonrisa del rubio se borró, mientras su cuerpo entero vibró de terror, dio la vuelta lentamente, para encontrarse con lo que temía.

El cuerpo de Harley yacía, inmóvil, sobre el cuerpo de Sarah.

Wade ahogo un gritó, sin saber que hacer.

Lo había perdido todo.

Lazos sanguíneos.

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