Me quedé esperandola varias horas en el frío, impaciente con todos los planes para esa noche, hasta el momento en que la vi, su imagen de chica creída, que de pronto se convertia en la más humilde alma que había conocido cuando tomo mi mano. Mientras caminabamos hacia su departamento me detuvo en medio de la calle, y otra vez al verla, su imagen se tornó inalcanzable, cómo la típica chica popular digna de un jugador de football americano de película, pero al hacer contacto sus labios con los míos se volvía a transformar en esa humilde sensación que me llenaba. Al llegar a su departamento,deje mi mochila en el sillón de el "living-room", acompañado del alivio de mi espalda, mire la hora, y considere que faltaba todavía un largo rato para la hora de la cena, entonces fuimos a la habitación, al subir unas angostas y empinadas escaleras, te encuentras con una habitación chica que parece de motel barato, pero acogedora gracias a un velador que había en el piso que hacía el hambiente bastante hogareño, con piso completamente cubierto de una alfombra gris, una cama matrimonial con un conjunto de sábanas atigradas como si de principios de siglo 20 se tratara, dos mesitas de luz amuradas, con cajones imposibles de abrir y cajas de profilácticos sobre ellas, que ya había visto la semana pasada, pero que ella afirmaba, eran de hace mucho tiempo, también estaban allí las colillas de cigarrillo que yo había dejado, acompañado de una sensación de culpa y a la vez de indiferencia recordando que alguien había dejado esas evidencias de coito que daban a mi imaginación la sensación de ser uno más que dejaría su marca en ese departamento.
Entre yo primero, y ella después de mi, mientras me sacaba mi abrigo ella se acostó, acomodando las almohadas detrás de su espalda, yo me arrodille sobre el colchón y gatee hasta ella, me acosté entre sus piernas, con la cabeza en su vientre y mis brazos rodeando su cintura. En un ataque de amor dimos vueltas, muchas vueltas, mientras nos besabamos, nos besabamos mucho, le hacía cosquillas, empecé con un ataque de cosquillas corto, al escucharla reír no pude contener las ganas de seguir escuchando esa perfecta risa que parecía de doblaje de película y clave mis dedos en sus costillas, hipnotizado por cómo soltaba esas carcajadas eufóricas y perdía el aire con cada una de ellas, en ese momento me di cuenta que había encontrado un pequeño detalle del cual me enamoraría para siempre y que quedaban muchos mas por descubrir.
Llegó la hora, la hora que yo había planeado, la llevaria a comer, cómo haría cualquier pareja que ves en las redes sociales, subiendo fotos de lo bien que la pasan compartiendo un momento cotidiano juntos, que por el simple hecho de estar juntos hace un momento cotidiano, especial. Luego la llevaria a un pequeño bar en el que un viejo amigo toca su guitarra y todos beben cerveza artesanal, volveríamos un poco ebrios y torpes al departamento y llegaríamos a la intimidad desligados de los nervios por culpa del alcohol.
Agarró su mano y la invitó a que se levante para que vayamos a cumplir el "plan noche perfecta", cómo era de esperar, todo iba demaciado bien, hasta que me percate de que faltaba un elemento crucial para seguir con el plan, estoy hablando de mi billetera, con lo que serían ahorros de dos semanas para derrochar en una noche de lujuria al estilo de una novela juvenil romántica.
Automáticamente mi plan cambio a salir arrastrándola de su mano, a buscar por los lugares en los que había estado, preguntándole a la gente sobre la billetera, con un mínimo de esperanza de que algún alma considerada la devuelva a algúno de los lugares por los que estuve mientras la esperaba, cómo era obvio, no fue el caso. Pero esto tuvo su lado bueno, pude percibir una vez más ese increíble lado humilde de ella mientras me consolaba por la perdida de lo que sería para mí las puertas al "plan noche perfecta", argumentando que no tenía interés sobre los lujos que nos podamos dar, sino que lo que en realidad le importaba era mi compañía. Por un lado fue hermoso, pero por otro lado no podía desprender mi consiencia de la idea de que había arruinado la noche.
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El primer encuentro (real)
Romanceun joven tiene su primer encuentro con los ojos de una diosa