Aflorando los sentimientos?

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La última vez que estube con ella, fue en la casa de la playa; por eso no quería dejarsela a nadie. Era mi santuario, mi lugar de calma, paz y tranquilidad. Y no quería que nadie profanara ese lugar de esa manera. Al menos no hasta que yo estuviera lista.

Después de la ducha, me puse cómoda y salí en dirección al comedor, donde Cloe me esperaba ansiosa para cenar y me apresuraba dandome gritos para cenar.

Cenamos, tomamos postre y Cloe decidió abrir una botella de vino.

- Sirveme a mi una copa, anda. - dije mientras estiraba mi brazo con la copa en la mano en señal de que queria yo también.

Me miró fijamente y sanrió. Era raro que yo bebiera vino, a no ser cuando era fin de semana o en fiestas como navidad o fin de año, o algun cumpleaños que otro.

- Y, ¿quién es el afortunado que estará con una hermosura como tu en mi casa? - dije inocente de mi, sin pensar que ese comentario traería cola.

Cloe se sonrojó y miró al suelo.

- Bueno, llevo varias citas con el, esta sería la 5º o 6º cita. - dijo con la mirada gacha. - Creo que hay algo, sabes? esa química, y creo que puede ser que funcione algo serio... aunque me tiran para atras sus celos, pero bueno, es muy majo y guapo. - terminó diciendo mientras se servía otra copa de vino.

- ¿Celoso?... mmmm... no me convece si es tan celoso, has de tener cuidado. Todos los hombre que se te acercan son: casados, con novia, borrachos prepotentes y egocentricos que solo quieren mojar o el tipico mosquita muerta yd espues resulta ser el peor... Solo ten cuidado, ¿vale? - dije mientras esta vez me servía yo otra copa de vino.

Me miró y por una décima de segundo nuestras miradas se encontraron y me pareció ver afecto, gratitud y... y... algo que no lograba descifrar. Justo cuando sus mejillas se pusieron coloradas, carraspeó y dijo:

- ¿Mañana no trabajas? - dijo mientras apartaba su mirada de la mía.

- No, mañana abre Gabriela y creo que me tomaré el día libre, asi que hoy me voy a emborrachar, ¿me acompañarías? - dije inocentemente mientras bebía de la copa sin quitarle la vista a Cloe.

Me miró se volvió a sonrojar y se levantó de un salto. En pocos segundos ya estaba en el comedor con otra botella de vino. Sonrió y me sirvió otra copa y después a ella. Brindamos por

la amistad y por el amor que se puede encontrar en cualquier parte y seguímos bebiendo.

Cloe se quedó a dormir y como siempre, no soporta dormir sola asi que en medio de ola noche, noté que alguien se deslizaba sigilosamente (o al menos todo lo sigilosamente que el alcohol te permite) dentro de mi cama. Le hice un hueco, pero, notaba como se pegaba a mí de nuevo. "Tendrá frío" pensé. y dejé que me abrazara.

Noté un cosquilleo por mi espalda y una pequeña descarga electrica al notar el roce de su piel contrra la mía. Evidentemente, llevaba mucho tiempo de abstinencia y eso influía, pero siempre supe separar el amor de la amistad. Cada roce de su cuerpo contra el mio, me hacia sentir sensaciones nuevas. Parecía una quinceañera tonteando con alguien que me gusta.

El amor y la amistad siempre van de la manoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora