Capitulo.9 -Una cita especial-

45 2 3
                                    






Rápidamente dos gotas de sudor recorren mi frente de manera constante, mis articulaciones se tornan frías, mis manos sudan con la misma intensidad, lo que hace que Katia se percate de lo angustiado que estoy...

-      ¡¿Qué te pasa Steven?¡ - Pregunta preocupada al ver en el estado en que me encuentro.

-      ¡Steveeeen! – Me grita. – Por favor, que te pasa.

Reacciono al oír mi nombre salir de su boca por segunda vez... Lo único que puedo hacer es señalar eso que me provoco este desorden de emociones, confusiones, sentimientos... ¡Ahs! - Ya no se ni como llamarle.

Noto como Katia se queda en silencio por alrededor de 5 segundos... - ¿Qué pasa con el antifaz? – Me dice de forma pasiva y con un gesto de confusión.

-      Lo que pasa es que... - No puedo terminar de expresarme, sentí como si me falto la respiración; pero luego respire profundo y... - No se si es casualidad, pero ese antifaz trajo a mi memoria una mala experiencia que viví no hace mucho tiempo y es tal cual como lo recuerdo. – le digo, tratando de ser explicito, aunque no creo que lo haya logrado.

-      ¿Mal recuerdo? ¿A que te refieres con mal recuerdo? – Me dice, mostrándose aun mas confundida.

-      Mira... - Respiro profundo nuevamente. – Te voy a contar lo que me paso. – suelto aire.

-      Esta bien, porque la verdad; no entiendo nada. – me dice con curiosidad.

-      Hace como un mes, uno de mis amigos organizo una fiesta con antifaces, ahí baile con varias chicas, estaba feliz esa noche, ya que Vicki no fue porque se enfermó. Pero, en una ocasión me acerque a la mesa de los tragos y allí una chica con un antifaz tal cual como ese que tienes ahí, color plateado y decorado por unas plumas rosa fusión, me brindo uno.

Ahí empezamos a pasar varias palabras, comenzó a coquetearme y yo como quien dice le correspondía, pero me sentía fuera de lugar, o sea, estaba ebrio ya, pero era como si me hubiese puesto algo en la bebida, como si me hubiese drogado.

Luego de ahí lo único que recuerdo fue que cuando amaneció ya no estaba a mi lado, ni me había percatado de que tuve sexo, me vine a dar cuenta cuando me dio el olor a colonia de gardenias que se encontraba plasmado en la manta que cubría la cama esa noche.

-      Ohh – se sorprende. – Entonces, ¿Por eso reaccionaste así cuando nos dimos el abrazo aquel día? – Me pregunta esperando mi afirmación.

-      Realmente sí. – Le digo y bajo la mirada.

-      Y... ¿Qué harías si tienes la oportunidad de hablar con esa chica? – Me pregunta en un tono curioso.

-      La verdad, no se ni como reaccionaria al verla frente a frente, porque... Necesito hacerle tantas preguntas que no sabría ni por donde empezar. – Le digo en forma de desahogo.

-      ¿Que sientes por esa chica, que tipo de sentimiento sientes hacia ella? – Me pregunta Katia, acomodándose en la cama.

-      Es que, que te digo... No la conozco, así que no podría decirte que siento al cien por ciento por ella, pero realmente hay veces que me gustaría saber quien es, pero hay otras que no, porque a de ser una chica sin escrúpulos, dispuesta todo y yo la verdad, odio las personas tan arrestada y tendría que haber estado algo loca para hacer algo así, hubiese preferido que se me ofrezca como una puta mejor. – Le digo siendo lo mas sincero posible.

-      Ummm – frunce el ceño – Tienes razón al reaccionar así, pero tampoco te adelantes, ¿Qué tal si esa chica tuvo una razón justificable para haber echo lo que hizo? – Dice Katia, tratando de darme la sugerencia de no juzgar a esa chica.

Amor de una nocheWhere stories live. Discover now