Llegué a la universidad y las puertas estaban cerradas, ¿es que acaso había llegado temprano? Imposible, miré el reloj, las 8:30, tal y como pensé estaba tarde, muy tarde.
Cogí mi celular y busqué entre mis contactos el número de Tay, mataría este chico si sabía algo y no me había avisado; a los tres tonos contestó un muy dormido Taylor:
-¿sí?
-hola Taylor, ¿Cómo estás?, yo bien gracias, muriéndome del frío en la entrada de la universidad- escupí todas las palabras que se vinieron a mi mente, estaba muy molesta.
-¡mierda!, perdón Rachel, me avisaron en la madrugada y decidí que te llamaría hoy para no despertarte, pero como podrás notarlo fuiste tú quien me despertó.
Colgué el teléfono antes de no poder contener el impulso de tirarlo contra la pared, cuanto odiaba a todo el mundo, podría ser yo en este momento quien atacara a toda América.
Después de buscar por media hora una maldita cafetería abierta me di por vencida, todo estaba cerrado desde las grandes empresas hasta las tiendas más pequeñas y fue entonces cuando llegue a una conclusión: América estaba en cuarentena, ¡EN CUARENTENA!
Caminé de regreso a mi casa con la misma frase revoloteando en mi cabeza: “América está en cuarentena, será atacada por seres no identificados en las próximas semanas, meses, años, no se sabe con exactitud cuándo sucederá”, esas fueron las palabras de un joven que se encontraba en la calle hablando con un anciano.
Pero… ¿Quién había descubierto tal cosa si aún no identificaban siquiera los supuestos seres que nos atacarían?, ¿zombies?, ¿extraterrestres?, ¿seres diminutos?, ¿cíclopes?... ¿sirenas?, me reí sola ante tal pensamiento, ninguno de esos seres existían…
Llegué a casa y me tiré en el sofá dispuesta a descansar un poco, estaba a punto de viajar al mundo de los sueños cuando mi celular vibro en mi bolsillo haciéndome sobresaltar.
-¡maldición!- pegue un brinco de tal tamaño que quede tirada en el suelo.
>>-- Rachel, debes estar molesta, lo sé, pero a menos que quieras morirte de hambre deberías dejar tu orgullo a un lado y cenar con mi familia esta noche…
Te espero,
Taylor<<
Lo pensé por unos minutos, tenía razón, me tocaba hacer las compras hoy, no tenía nada comestible en este lugar.
Estaba a punto de salir a casa de Taylor, mire la hora, 7:35 pm, abrí la puerta dispuesta a salir pero algo me lo impidió: un apagón en toda la ciudad, ¡genial!