Teen idle

465 65 14
                                    


-Wow, está increíble ¿En serio es real?- su antebrazo lucía todavía
ligeramente inflamado por las agujas. Tinta negra, azul y verde enroscada desde la sangradura hasta unos centímetros antes de la muñeca en forma de
serpiente con una estrella en la frente.

-Claro que es real, idiota- pasó los dedos con orgullo por la zona-Tweek tiene uno igual, fue su idea-

-¿Tweek? Jajaja. Tu novio es una caja de sorpresas- Kenny se recargó en la pared, mirando al sillón donde el rubio estaba recostado con la cabeza en las
piernas de Pete, charlando, mostrándole también su antebrazo- ¿No te molesta que sean tan amigos?- Craig volteó a verlos con una sonrisa.

-No, la verdad es que nos la pasamos muy bien los tres cuando lo invita a nuestra casa- Kenny lo miró con una ceja levantada, pero ahogó la duda en
su vaso.

Se habían reunido los cuatro en el apartamento de Kenny después de haber ido con Chris. Era apenas el mediodía de un sábado.

-¿Y cómo lograste que te lo pusieran si eres menor de edad?- Pete pasaba sus dedos por el tatuaje, intrigado.

-Ya sabes que para eso mi bebé y yo nos matamos trabajando, para que nadie nos pueda negar nada- rió juguetón, extendiéndose más sobre el sillón- qué tranquilo está hoy- estiró la mano para entrelazar sus dedos con los del
gótico- para mí es como un día de asueto pero tú que sólo vienes los fines de semana, debe ser frustrante-

-Está bien por mí- besó sus dedos con una rápida sonrisa, que trató de disimular tras el vaso de soda que les había ofrecido su anfitrión. El sonido del celular de Craig atrajo la atención del amodorrado rubio.

-¿Diga? Oh, hola ¿Cómo has estado?- su expresión cambió a una más suave, lo que despabiló un poco más a Tweek, haciéndole sentarse-¿Hoy? Sí, estoy libre. Claro que a mí también me gustaría repetirlo,me la pasé muy bien contigo- tanto Pete como Kenny voltearon la atención a Tweek, quien ya
se había incorporado y le había arrancado el celular al pelinegro.

-¿Quién habla?- escuchó un titubeo masculino por el auricular antes de cortar
la llamada-¿Quién era, Craig?- el chico resopló, arrebatándole el aparato.

-Alguien con quien salí la otra noche- Kenny se alejó hacia el sillón junto a Pete.

-¿Alguien con quien saliste?¿Qué significa eso?¿Se acostaron?-

-No, Tweek, salimos a jugar cartas-dijo con sarcasmo, cruzado de brazos-claro que tuvimos sexo-

-¿Y me lo dices así?- el rubio dio un paso adelante hacia Craig, empujándolo. Craig sujetó sus brazos.

-Cielos, cariño¿Qué te sorprende? No es como si tú no lo hicieras-

-Es distinto, Craig- se soltó de él- debiste preguntarme antes si estaba de acuerdo-

-Como sea- se encogió de hombros, caminando hacia la cocina para llenar su vaso con agua- lo voy a ver hoy en la noche, así que no me esperes-

-Haz lo que quieras, ya me cansé de esto- se dirigió al sillón donde había dejado su chamarra, sin mirar a los otros, lo tomó y salió azotando la puerta. Ambos chicos dirigieron su mirada a Craig, sin saber qué hacer.

-No voy a ir atrás de él, ya se le va a pasar el berrinche- Pete le dio una rápida mirada y se incorporó saliendo también- espero que le meta una buena
cogida para que se le baje el malhumor- se sentó junto a su amigo, recargando los brazos en el respaldo del sillón.

-Craig, no me gusta meterme en tu vida, menos en tu vida sexual pero ¿Qué fue todo eso?-

Pete ya no alcanzó a divisar a Tweek, marcó a su celular pero le envió a buzón. Se encaminó a la central de autobuses,maldiciendo a Craig. Ese fin de semana estaba perdido por completo para él.

La tarde anterior se habían ido a tatuar en un arranque de los que solía tener y Craig se dejaba arrastrar. Algo íntimo, algo que tuviera un significado que
sólo ellos dos conocieran pero que todo el mundo pudiera reconocer como un hilo fuertemente cerrado entre ellos dos, atándolos. No salió barato sobre todo por el extra que ofrecieron para que el tatuador pasara por alto su edad
pero podían darse esos lujos.Qué lejano parecía ese vínculo ahora, qué débiles sonaban las palabras de amor cuando sabía que no eran sólo para él. Le dio un trago más largo a su botella y se metió otra pastilla. Miró el nombre
de Pete en la pantalla de su celular, mas no contestó la llamada¿Qué hacían los adolescentes normales a esa edad? Seguro no se cuidaban las espaldas en los callejones oscuros, seguro no temblaban al escuchar una sirena creyendo que había dejado una evidencia y lo estaban buscando, que si vaciaban sus bolsillos tendrían un verdadero motivo para temblar. Seguro tampoco podían tatuarse, dormir a la hora que quisieran, comer lo que quisieran, vestir lo que quisieran. Un consuelo demasiado flaco pero no tenía nada más a qué aferrarse. Sentado en el piso de la habitación con una bolsa
de pastillas que debían repartir, ya la pagaría, y dos botellas de vodka frente al espejo. Dieciséis años en la montaña rusa. Dieciséis años de rupturas
constantes que le habían dejado enormes grietas que cubría con finos velos como si fuera suficiente, de un estirayafloja entre complacer a los demás y
escucharse a sí mismo. Dieciséis años que no son más que un perfume atrayente de piel lozana. Dieciséis años que son una trampa porque dentro es
mucho más viejo. Recorre su reflejo en el espejo. Tan roto, tan cambiado que a veces no puede creer que siga siendo él mismo.

-¿Por qué estás llorando, idiota? ¿No es esto lo que querías?¿No es esta la libertad que tanto ansiabas? Nadie te juzga aquí, nadie te hace preguntas que
no quieres responder ¿Por qué te sientes tan triste?- otra pastilla, otro trago- ¿Pensaste que esto no tendría un precio? Siempre has sido un imbécil, Tweek, un débil mental, una burla. Nadie te toma en serio, ni siquiera Craig.
De qué otra maldita manera hubiera aceptado tan bien cuando le contaste lo de Pete.De qué otra manera te hubiera pedido mirarlos, asqueroso vouyerista ¿Por qué no pusiste un alto cuando empezó a llevar a otros para que te lo hicieran mientras él veía? ¿Por qué dejaste que te obligara? A él nunca le importó lastimarte, nunca escuchaba, sólo tomaba lo que quería de la forma que fuera.Aferrándote a la mentira que él también te ama, que él también estaría perdido sin ti,que una parte de él te pertenece, pero la verdad está
ahí, Tweek ¿Cómo es que no lo has visto?¿Cómo pensaste que eras el único? No eres suficiente para él, no eres suficiente para nadie. Esto es lo único a lo que puedes aspirar y es bastante¿Por
qué estás llorando?¿Por qué no puedes parar?-comenzó a jalarse los cabellos, recogiendo las rodillas contra su pecho-¿Por qué no puedes ser diferente?-tomó las pastillas que restaban y las vació de una en su boca,
vaciando también lo que quedaba de la botella-¿Dónde está mi jodido cuento de hadas? Maté por él, lo dejé todo, maldita sea, soporté tanto¿ Dónde está
mi vivieron felices por siempre? Tengo dieciséis putos años, debería estarme preocupando por la escuela, por no llegar tarde a casa ¿No debería sentirme
en la cima del mundo? Sólo quiero quemarlo todo, romperlo todo y volver a empezar. Ya no quiero esto, ya no lo soporto, aunque no la merezca quiero
una vida normal. No quiero que nadie me vuelva a tocar, me da asco ¿ Por qué Craig los deja? ¿Por qué no puede amarme como antes de que todo esto
pasara? Quiero irme a casa...qu...quie-

Fue tan repentino como intenso, un millón de agujas corriendo desde su cerebro hasta su corazón y después extendiéndose por todo su cuerpo, se recostó en el suelo. Vomitó sin poderlo evitar, sintiendo todas sus fuerzas disolverse, apagándolo.

-Oye ¿Estás bien? Te pusiste muy pálido- el chico de ojos marrones se detuvo de seguir besando a Craig, mientras éste se incorporaba de la cama de un
salto, acomodándose la ropa. Un profundo dolor en su pecho le guiaba.

Ride or dieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora