Cap. 46

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- Te dije que de alguna forma u otra, no saldrías ilesa de esto -alcancé a escuchar, traté de parpadear para aclarar mi vista nublada pero no podía. Mi cabeza dolió y traté de parar el dolor con mis manos, pero no podía. Estaba atada. Cerré los ojos fuertemente y cuando los abrí, pude notar en dónde estaba.
- ¿Qué? -dije asustada. En un rápido movimiento, inspeccioné la habitación en la que estaba, era un camarote pequeño y sin luz, yo estaba atada de manos y pies sobre la cama con todo mi cuerpo desnudo - ¿Dónde? -pregunté aún asustada.
- Sh. tú no te vas a ir de aquí hasta que seas mía -dijo alguien frente a mí, mi cabeza dolía tanto que no podía distinguir la voz.
- ¡Auxilio! -comencé a gritar desesperadamente, mi cuerpo se movía en espasmos incontrolables, las lágrimas corrían como riachuelos por mis mejillas.
- No te escucharán -dijo y una música extraña azotó la habitación, estaba demasiado alto, casi juraría que no escuchaba ni mis propios sentimientos, reconocí la canción era Bittersweet de apocalyptica.
- ¡Auxilio! -grité aún más fuerte. Gritaba llorando y asustada a más no poder, la cuerda que me amordazaba la boca casi no me dejaba respirar.
- No escaparás -se escuchó cerca de mi oído. Me moví lejos de donde provenía la voz y traté con desesperación desatarme. La voz de Amy de Evanescence apoderaba ahora la habitación.
Estaba agitada y asustada, cansada de tanto luchar contra esas cuerdas. Sentí que alguien acariciaba con un solo dedo mi tobillo, hasta llegar a mis muslos desnudos.
- ¡No! -gritaba y me movía con desesperación. Ese delicado dedo se tornó en una mano fría y firme tocando todo a su paso, lastimando cada una de mis terminaciones nerviosas. Alguien jalaba mi cabello, mientras otra persona se encargaba de tocar todo mi cuerpo desnudo. Me sentía tan indefensa y tonta allí, sin poder desatarme y sin poder sentir otra cosa que no fueran esas manos frías acariciando mi cuerpo desnudo, en partes indebidas.
- ¡Déjame ya, no me toques! -gritaba desesperada. Sentí cómo ponían una mano en mi frente, giraban mi cara hacia el lado derecho, besaron mi cuello y luego se acercaron a mi boca mordiendo mi labio inferior.
- ¡No, asqueroso pedazo de idiota! -gritaba yo moviendo mis cara a todos los lados posibles. Seguían presionando mi cara hacia un lado, casi sentía cómo mordían mi oreja y estiraban mi cabello.

Luego de estar luchando contra eso, la música se apagó y todo se quedó en silencio.
- Haré esto cada noche por el resto del viaje -me dijo la voz misteriosa y distorsionada -. Me llego a enterar que le dijiste a alguien y morirás.
- ¡Prefiero morir que dejar que me hagas esto! -le grité.
- ¡No me importa si mueres tú o no, pero te importará si matamos a tu novio o alguno de tus amigos! -me gritó la voz de una mujer.
Yo me quedé callada, estaba agotada, me dolía todo mi cuerpo y sentía que mis partes femeninas estaban desgarradas por la forma en que me tocaron. Tan sucia y descaradamente.
- ¡Déjenme ya! -supliqué, las lágrimas corrían más rápidamente y mi corazón palpitaba de una forma acelerada. Sentía que mi piel no daba para más, ardía como si me estuvieran prendiendo fuego.
- ¡Recuérdalo, cada noche por el resto del viaje! -gritó de nuevo esa voz.

Sentí que me quedaba dormida otra vez y no pude más, me rendía y cerré los ojos.

Al despertar traía la ropa del día anterior, la luz se asomaba por la ventanilla. Mis manos estaban rojas y mis muñecas estaban amoratadas. Me levanté y al sentarme sobre la cama sentí cómo mi cuerpo temblaba y mis piernas dolían. Me puse mis zapatos y a paso lento y tembloroso salí de la habitación.

Caminando me di cuenta de que estaba en el primer piso, subí al elevador y me encontré con el chico.
- Buenos días, ¿estás bien ______? -me preguntó el chico amablemente, yo ni siquiera lo miré.
Al llegar a mi piso, metí la llave de mi camarote en la cerradura y abrí la puerta. Adentro estaba Zayn, Harry y mi hermana.
- ¿Dónde estuviste? -preguntó mi novio preocupado- Te estuvimos buscando toda la noche.
No lo miré y no saludé a nadie, me sentía lo suficientemente débil y sucia como para mantener esta conversación. Caminé a la habitación y ellos me siguieron, me quité los zapatos, tomé una toalla y entré al baño, emparejé la puerta y abrí la regadera. Yo aún tenía la ropa puesta cuando el agua me empapaba. Las lágrimas salían con la misma fluidez que las gotas del agua al recorrer mi cuerpo.
- Amor, ¿estás bien? -preguntó Zayn desde la puerta. No respondí, ¿qué le iba a decir? ¿La verdad? Claro que no. Tal vez me creería y. qué con eso, no podría borrar lo que hicieron y tampoco curaría las heridas que me causaron. Tampoco encontraría a quienes me hicieron esto, ni siquiera los vi.
- Amor. ¿Qué pasó? -giré mi cabeza para verlo y él estaba viéndome, ahora estaba más cerca de la regadera.

Messages (Zayn Malik y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora