capitulo 3: Padre

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—Buen día señor, disculpe que lo moleste pero ya son las nueve de la mañana y debe levantarse, su padre llamo dice que está en camino.

—Gracias Shelton, traeme algo para el dolor de cabeza.—Sentándose en la cama.

—Si, señor —Asiente y se retira de la habitación.

Se levanto de su cama vestía un pijama de color bordo con detalles en blanco, se dirigió hacia el baño se miro al espejo, su cabello estaba todo desordenado tenía unas grandes ojeras —Suspiro —Lavo su cara cepillo los dientes y se dirigió al ropero a buscar el mejor traje que tenia,debía estar lo más presentable posible ya que su padre es el dueño de la más sofisticada línea de hoteles en todo el país.

Golpean la puerta.

—Aca tengo su pastilla señor.

—Pasa Shelton, deja la pastilla en la pesa de luz.

—Si señor —Camina hacia la mesa de luz.

—Shelton,dime algo que corbata queda mejor —Sosteniendo una corbata azul marino con la mano derecha y con su izquierda una color vino.

—La de color vino señor.

—Graciad Shelton, ya puedes retirarte —Mientras se colocaba la corbata.

—Es un placer —Asiente y se va.

Toma la pastilla y la coloca en su boca luego toma un sorbo del agua.
—Espero que sea breve la visita de mi padre, no estoy de humor para aguantarlo mucho tiempo. —se dijo a si mismo mientras salía de la habitación.

—Buen día señor —Saludo una joven con un plumero en sus manos mientras hacía una reverencia,vestía un traje de sirvienta.

—Buen día —Respondió seco y se dirigió al living.

—Hola hijo —Con tono grave, se encontraba mirando por la ventana.

—Buen día padre —Asercandose para saludarlo.

—Veo que no te está llendo tan bien con el trabajo.

—Nunca vas a venir para pasar un rato agradable no padre —enojado.

—No me malinterpretes hijo, es mi deber como dueño velar por bien de la empresa.

—Nunca preguntas como estoy yo solo preguntas por el trabajo.

—Debo hacerlo ya que trabajas para mí y todo lo que haces mal me afecta —Gruñe.

—Perdon,por ser un inútil y no saber hacer nada bien ya que para vos siempre hago todo mal.

—Nunca dije que fueras un inútil, es mi error por no haber puesto a alguien más aplicado.

—Deberías entonces buscar a alguien más.

—El problema es que no quiero. Lo que quiero es que aprendas a hacerlo bien ya que el día que yo no esté más todo mi legado quedará en tus manos y no quiero que lo eches a perder.

—Como sea, cómo está mamá por que no vino.

—Tu madre —Lo mira — Hace unas semanas enfermo y cada día que pasa esta peor, hace dos días que está en el hospital y al parecer tiene cáncer.

—Por que no me has dicho nada —Dijo mientras tiraba un jarrón del mueble.

—Para que te iba a decir si cuando uno te habla nunca respondes, si no vengo a verte no sé nada de vos.

—No tienes derecho a ocultarme esto —Gruñe.

—Solo venía a decirte esto y a ver si estabas vivo.

—Solo vete, quisiera que vos estuvieras en el lugar de mi madre.—Dice con los ojos cristalizados.

—No digas eso, te puedes arrepentir. —Se dirige hacia la puerta de salida.

—Nunca me arrepiento de lo que digo.

—Si te interesa tu madre está en el hospital Gerónimo San Guter.

—En cuanto pueda iré a verla.

—Siempre dices lo mismo, ojala fueras como tu hermano Shou. —Cierra la puerta y se va.

—Ese viejo —Gruñe.

—Shelton —Grita.

—Si, señor —Se inclina.

—Llama a Jhon, dile que venga de inmediato.

—Como ordene señor — Se endereza y se va.

El parque de Jerry SmithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora