Ya tiene un nombre.

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2. Ya tiene un nombre.


- Ramen... mucho ramen...


La voz de Saeng murmuraba en la penumbra. Tan dormido estaba, que no se dio cuenta de la sombra que sigilosa, se movía a un lado de su cama, no fue sino hasta qué un fuerte sonido se escuchó y se levantó entre dormido y asustado.


"SEÑOR TODOPODEROSO, SIENTO MI TEMPERATURA ELEVÁNDOSE,
CADA VEZ MÁS ALTO, ME ESTÁ QUEMANDO HASTA EL ALMA..."



- ¿¡Qué!? ¿¡Quién!?


"CHICA, CHICA, CHICA, ME VAS A HACER ARDER,
MI CEREBRO ESTÁ EN LLAMAS, NO SÉ QUÉ CAMINO ESCOGER..."



- ¡Young Saeng! ¡Mira lo qué encontré!



"TUS BESOS ME ELEVAN TAN ARRIBA,
IGUAL QUE EL DULCE CANTO DE UN CORO..."



Young Saeng abrió la boca incrédulo. No era posible. El Delta etcétera etcétera estaba a un lado de su cama con música a todo volumen. Reaccionó levantándose a trompicones e intentando apagar la cosa esa que el Delta-lo-que-sea había puesto cerca suyo. Intentó apagar el aparato ese que parecía sacado de un museo.



"LE DAS LUZ A MI CIELO DE LA MAÑANA,
CON ARDIENTE AMOR..."


- ¿Qué rayos...?


- ¡Heo Young Saeng! - Escuchó los pasos furiosos que se dirigían a su cuarto. Tomó al Delta algo-impronunciable de su chaqueta y lo tiró al piso obligándolo a meterse debajo de su cama. Apagó el objeto ese justo en el momento en que su madre apareció por la puerta. - Heo Young Saeng, ¿puedo saber que pretendes con la música a todo volumen a esta hora? Mañana tenemos trabajo y... ¿de dónde sacaste ese fósil? - Preguntó su madre viendo un viejo tocadiscos junto a la cama de Saeng. El chico se encogió de hombros sin saber que contestar. Su madre rodó los ojos y advirtió antes de retirarse - será mejor que duermas. Si no quieres realmente verme enojada.



Se fue. Saeng respiró aliviado. Luego recordó al intruso debajo de su cama. Lo sacó exigiéndole respuestas en susurros - ¿puedo saber qué rayos haces aquí a esta hora?



- Estuve investigando. Y recorriendo épocas y diversos temas me topé con este humano - dijo enseñándole la portada de un disco de vinilo - ¿lo conoces?



- Es un tipo que ya estaba muerto cuándo yo nací. No sé gran cosa de ese sujeto.



- Es Elvis. Y es el rey.



- El rey, claro... ¿Y eso qué?



- Me gusta.



Saeng parpadeó incrédulo - ¿Y para decirme eso me despiertas de madrugada? ¡Mañana tengo clases!



- ¡Te acompaño!



- ¡No! Mira, será mejor que regreses a casa. Yo tengo que dormir.



- La temperatura de mi nave me provoca temblores. El clima en tu planeta es de un nivel inferior al tolerable.



- ¿Tienes frío?



El Delta-quien-sabe-que asintió. Young Saeng suspiró. Por supuesto no creía nada de la nave ni de todas las extravagancias que se le ocurrían a aquél chico. ¿Dónde dormía? ¿En realidad pasaba frío? No era un indigente, eso estaba claro, pero Saeng sintió algo que estaba muy lejos del sentido común. Lo más sensato era sacar a ese sujeto raro de su habitación y avisar a alguien por si era peligroso, pero los ojos del Delta eran claros y honestos cómo los de un cachorro. Tal vez eso impulsó a Saeng a hacer algo idiota. - Anda, acuéstate ahí - levantó las mantas de su cama y le indicó un espacio.

All shook upDonde viven las historias. Descúbrelo ahora