Capítulo 4

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Gabriela, una vez más en el día, abrió los ojos lentamente; pero esta vez se encontró a sí misma tendida en una cama de sábanas blancas.

—Qué bueno que despertaste, todos ya nos estábamos preocupando —dijo una chica vestida de enfermera: Era Akali—. Te desmayaste por la emoción, y porque tu estómago está vacío —El puño de la sombra le dio una manzana, mientras Gabriela se incorporaba en la cama.

—Es que no como con mucha regularidad —dijo la joven, y le dio un enorme mordisco a la fruta.

—Oh, ya ha despertado —dijo Lux, desde el marco de la puerta de la enfermería—. Nos gustaría que nos dieras detalles de cómo acabaste aquí, para así poder hallar la respuesta y enviarte de vuelta a casa.

—Lux... —Gabriela se fregó los ojos para poder contemplar mejor a una de las campeonas que también adoraba (excepto cuando estaba en el equipo contrario y activaba su definitiva).

—Tú debes ser Gabriela. ¿No tienes una abreviatura? Es decir, mi nombre es Luxanna, pero me dicen Lux; a Vladimir le decimos solamente Vlad...

—Me dicen Gabi —se apresuró a contestar la chica.

—Bueno, Gabi, vámonos porque el tiempo es valioso.


—Entonces, solamente tocaste la mancha de la pantalla, y por arte de magia apareciste aquí. —dijo Ryze, como resumen de todo lo que Gabriela les acababa de narrar.

—Así es —asintió la joven.

Mientras ella contaba, Heimerdinger y Ekko tomaban notas en el enorme pizarrón del salón de clases en donde estaban reunidos.

—¿Cómo dijiste que se llamaba tu mundo? —inquirió El mago rúnico, hojeando en su libro.

—La Tierra, el tercer planeta del Sistema Solar y el único que puede albergar vida —Gabi sonó como su maestro de primaria, en la hora de ciencias naturales.

—Es una dimensión bastante ordinaria, en mi opinión. —comentó Ekko, a su lado estaba su versión translúcida de color azul, escribiendo también en el gran pizarrón de la sala.

—Oigan, ¿alguien ha visto a Jayce? —preguntó alguien, desde el marco de la puerta abierta.

Gabriela volteó para ver quién estaba ahí, y sus ojos volvieron a abrirse tanto como los de una lechuza: El que estaba parado en el marco de la puerta era un campeón con un brazo robótico en la espalda, con el rostro y la mayor parte del cuerpo cubierto por una armadura de metal, y una capa azul.

—¡Oh, por Dios! ¡Es el ruso de la Grieta! —exclamó ella, sin poder contener la emoción. ¡Su acento lo había delatado por completo!

—¿Qué es "ruso"? —preguntó El heraldo mecánico, y se rascó el cabello con la mano de su espalda, como señal de confusión.

—Es un país de mi mundo, en donde sus habitantes hablan raro, al igual que tú.

—Creo que eso sonó algo xenófobo —comentó Heimerdinger, y miró a Viktor—. ¿Nos ayudarías a resolver el misterio de cómo llegó ella aquí?

—Por supuesto. —Viktor se acercó a ellos, y agarró una tiza blanca de la caja que se encontraba sobre el escritorio en donde se encontraba El venerable inventor parado.

Gabi de a poco comenzaba a aburrirse, contemplar a los campeones más inteligentes de la Liga de Leyendas buscando la causa de cómo ella llegó a parar ahí ya le resultaba algo tedioso.

—Te veo aburrida —opinó El joven que fragmentó el tiempo, al voltear el ver el rostro sin expresión de la chica de cabello castaño—. Deberías recorrer un poco y tomar aire fresco.

—Ven conmigo, Gabi —Lux apareció de repente, extendió la mano que no llevaba su báculo de luz—. Te puedo prestar un vestido más cómodo que la ropa que estás utilizando.

Para la chica, eso sonó algo ofensivo, porque era consciente de que lo que tenía puesto no era algo muy "bonito". Aun así, no desperdiciaría la oportunidad de usar un vestido de La dama luminosa.

Agarró fina y blanca mano de Lux, y ambas salieron del salón.


—Nos gustaría mostrarte algunos de los mejores lugares que tenemos aquí, en Runaterra, Gabi —comentó Lux, mientras esperaba que Gabriela saliera del vestidor en donde había entrado a cambiarse.

—¿Tú y quiénes más? —preguntó Gabi, al meter su cabeza por el cuello del vestido.

—Pues, ya hablé con Taliyah, Tristana, Swain, Thresh, Karma, Urgot, Caitlyn, Miss Fortune... —citó a cada campeón que representaría a cierta región o nación.

—Shurima, Bandle City, Piltover y Jonia me atraen bastante; pero Noxus, La isla de las sombras, Zaun y Aguasturbias no. —Gabriela salió del vestidor, y Lux pudo ver cómo le quedaba el vestido: Era una prenda de color anaranjado, que le llegaba hasta las rodillas, tenía una línea marrón que dividía a la falda y a la parte superior del vestido.

—Te ves preciosa, Gabi —dijo La dama luminosa.

"Este es el mejor vestido que he usado en mi vida", pensó la joven, pero no quería decirlo, le daba algo de vergüenza hablar de su situación económica.

—Sí que se ve hermosa. —detrás de Lux, se encontraban los campeones mencionados anteriormente. La que habló había sido Karma.

—Entonces, no iremos a Noxus... —dijo el hombre de ropaje verde con partes de armaduras doradas, usaba un bastón, que tenía a un cuervo posado en su hombro izquierdo. A juzgar por su tono de voz, sonaba algo desilusionado.

—Me escucharon, ¿verdad? —se atrevió a preguntar Gabriela. Swain, Thresh, Urgot y Miss Fortune asintieron como respuesta. Ella se sintió algo mal, por negarse a querer conocer aquellos lugares tan tétricos.

—Está bien, iremos a esos lugares también. —dijo ella, y el ánimo de los campeones se elevó más.

—¿Qué estamos esperando? ¡En marcha! —exclamó Urgot, y el ruido de sus patas mecánicas al moverse invadió el lugar.

—Este será un largo día —pensó Gabi en voz alta. 

Entre dimensiones [League of Legends]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora