Capítulo 5

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—¿En verdad crees que esa sea la causa, Profesor Heimer? —preguntó Ekko, algo confundido. Su uniforme de la Academia estaba cubierto por polvo de tiza, al igual que su fantasma cronotemporal.

—Es lo más lógico, joven —contestó El venerable inventor, sacudiéndose el bigote y el alborotado cabello.

Finalmente, ellos habían encontrado la causa, cómo la chica llamada "Gabriela Martínez" había llegado a su universo. Luego de haber investigado hasta en el libro más polvoriento y antiguo de la Academia de la Guerra, como también habían logrado conseguir libros que provenían de Icathia y Jonia (gracias a Kassadin y a Bardo).

¡Hasta Zoe había ayudado gracias a su conocimiento de portales y viajes entre universos!

—Es algo bastante usual para mí, pero jamás pensé que el vacío estuviese involucrado en algo tan masivo —dijo El aspecto del crepúsculo, se levantó de la mesa— ¿Alguien quiere pastel lunar de chocolate? —exclamó, emocionada; era como si la seriedad del momento se hubiese esfumado totalmente de ella.

—Kayn, ¿qué haces aquí? —Ekko dirigió su vista a la puerta que continuaba abierta, y vio al joven de la guadaña poseída por un Darkin.

—... Nada, nada... solo estoy aquí —tartamudeó El segador sombrío. En realidad, había estado espiando a Zoe. A pesar de que el simple acto de volverse algo más que su amigo sería un "acto de pederastia", ella era miles de años mayor que él, solamente tenía aspecto infantil eterno, como también infancia sempiterna.

¿Algún día serían algo?

Suspiró pesadamente, y entró a la pared para irse de ahí.

Shieda Kayn no se había dado cuenta que Zoe también lo estaba observando.

—Ojalá él fuese Ezreal —pensó ella, y suspiró en silencio también.


Gabi tuvo el mejor día de toda su vida. Jamás pensó en la probabilidad de tener un tour por Runaterra, y que sus guías serían los campeones de la Liga de Leyendas.

Quedó fascinada con cada lugar a la que le llevaron: Los monumentos y edificios de Demacia y Noxus (en lo personal, le gustó más el imperio de rojo y negro), las embarcaciones de Aguasturbias, el vasto desierto de Shurima en donde Taliyah le enseñó a surfear en las rocas.

—¡¡Taliyah, detente, por favor!! —había implorado Gabriela, al estar surfeando demasiado rápido entre escombros y arena, en la misma roca con La tejedora de piedra.

—Al parecer, en tu mundo surfear es algo poco común —comentó la adolescente shurimana, cuando se detuvo y su nueva amiga bajaba de la roca.

—Se surfea en las olas del mar, no en el desierto...

—Pero he visto competencias de surfear en arena...

—¿Cómo es eso posible? —preguntó Gabi, sorprendida.

—Simple, a veces tenemos señal de televisión que proviene de otros mundos, tal vez era del tuyo. —la forma en que Taliyah hablaba era tan natural, como si ser conscientes de que había más universos fuese algo completamente normal.

—Ahora vamos a Jonia —dijo Karma, bajo una sombrilla para protegerse del fuerte sol del desierto de Shurima.

Los hermosos bosques de Jonia y el tétrico bosque de La isla de las sombras... Piltover y Zaun: Lo bueno y lo malo del progreso de la tecnología... Bandle City y su belleza pintoresca...

Entre dimensiones [League of Legends]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora