Una mañana completamente normal, un clima que a Min Yoongi lo mantenía relajado.
Observaba por la ventana sin ningún pensamiento en común, fumaba uno de sus cigarrillos lo cual ya le era habitual, exhalaba aquel humo que lo desestrezaba completamente.
Una presencia interrumpió su "momento de paz" como el lo llamaba y una pequeña sonrisa se esbozó en la comisura de sus labios.- ¿Qué haces aquí tan temprano?
-inmediatamente se dispuso a apagar la casi inexistente colilla del cigarrillo que aún llevaba en sus manos.- ¿No puedo visitar a mi novio? -una voz femenina se hizo presente.
- No, no puedes -soltó una pequeña risa y notó un pequeño puchero que se formó en los labios de la presente.
- Odio tus bromitas Min Yoongi -se acercó y brindó un beso fugaz al azabache.
Hizo una pequeña mueca mientras le sacaba la lengua infantilmente.
- No, yo se que amas lo que hago y me amas Jeon Soyeon.
- En eso tienes razón, amo todo de ti y gracias a tu papá podemos estar muy juntos.
Aquel joven tensionó su rostro en un segundo al recordar por qué hacía esto, engañando a la chica que incondicionalmente ha estado a su lado.
- Yoongi, Yoongi, no creí que serías tan estúpido querido hijo -volvió a soltar otro golpe en el rostro de su pálido hijo.- Papá, basta, te prometo que no volveré a hacer esto -notorias lágrimas resbalaban por sus mejillas.
- Nunca creí que mi hijo sería un maldito maricón y lo peor de todo es que tuve que descubrirte con tu amigo -dió un agarre fuerte en el cabello de su hijo.
Escúchame bien, desde ahora harás lo que yo te ordene, trabajarás en mi empresa y para evitar sospechas tendrás una novia. Ella es la hija de un socio muy importante, así que por tu bien es mejor que me obedezcas o sino me olvidaré de que tengo un hijo y dejaré que mueras a tu suerte. ¿Entendiste? -lo miró amenazante.- S..si -dijo apenas, tratando de recuperar el aliento.
- Ese es mi buen niño -sonrió ladino y salió de aquella habitación.
Volvió a la realidad por una voz que retumbó en su cabeza y miró a la chica que lo acompañaba.
- Soyeon, sabes muy bien que no puedo corresponder a tus sentimientos, soy un maldito homosexual y esto de nuestra realción es sólo una mentira -suspiró cansado.
- Lo se pero eso no quita que yo sienta algo por ti, por algo te ayudo en esto y.. -dió un pequeño beso al paliducho.
Te seguiré ayudando, quien sabe y con el tiempo puedas llegar a amarme.- Gracias de verdad -sonrió ladino y beso la frente de su pequeña novia.
La miró con ternura mientras ella se alejaba, le había dicho que debía marcharse. Cuando se escuchó el ruido de aquella puerta cerrándose volvió a suspirar mientras despeinaba su cabello.
- Esto es demasiado aburrido -exclamó mientras se removía en su asiento.
Un golpe en la puerta de su oficina lo hizo dirigir rápidamente su mirada hacia ese lugar , un simple "pase" se escuchó por su parte. Al abrirse se notó como un joven, de estatura un poco más pequeña que la de Min Yoongi, con unos ojos pequeños y cabello oscuro entrase lentamente. Parecía que el tiempo se detuvo lentamente y su corazón empezó a latir rápidamente.
- Eh, ¿q..qué necesitas? -respondió apenas sin apartar la mirada del intruso.
- Me dijeron que venga aquí, vengo a trabajar en este lugar.
Seré tu asistente -lamió su labio con lentitud.- ¿Mi asistente? -levantó una ceja.
- Si, tu asistente, hace mucho que deseaba ese puesto -miró al mayor mientras se sentaba en la silla frente al escritorio, colocó sus manos en su barbilla mientras observaba fijamente al paliducho de ojos gatunos.
- Con que mi asistente, bien, es algo nuevo. Lo bueno es que tendrás que hacer todo lo que te diga -bromeaba.
- Haré todo lo que me digas -volvió a lamer sus labios y sus palabras resonaron en la mente de la persona que estaba ante él, se escuchaba tan firme al hablar.
- B..bien -empezaba a sentir un fuerte calor, esto no le pasaba hace mucho pero la persona que estaba frente a él, le provocaba tanto en un segundo. Aclaró su garganta.
Hey , ¿Y cuál es tu nombre "mocoso"? -de sus labios escapó una sonrisa ladina.- Jimin, Park Jimin -respondió con un tono de picardía.
- Estaremos un buen rato juntos, pequeño -relamió sus labios con lentitud.
- Eso es lo que he esperado por mucho Yoongi~ -denotaba cierta lujuria en su mirada.
¿Qué quería decir que lo esperaba por mucho? ¿Trataba de provocarlo? Si era eso, lo estaba logrando. ¿Y cómo sabía su nombre? No le dió tanta importancia, creyó que tal vez alguien le dijo su nombre o algo por el estilo.
- Bien Jimin, supongo que ya te dieron tu escritorio, sería bueno si atiendes por lo pronto algunas llamadas o algo por el estilo.
- Suena bien, jefe~ -habló con lentitud y se dispuso a salir de la oficina, brindando una última sonrisa a su nuevo "jefe"
¡Ah¡ -exclamó mientras se sostenía de la puerta.- ¿Qué ocurre Jimin? -se apresuró y tomó al pelinegro de la cintura mientras lo revisaba.
El menor sonrió satisfactoriamente.
- Se ve que eres un muy buen jefe -rozó lentamente los labios del paliducho.
- Jim..
No pudo decir nada, los dedos de Jimin sobre sus labios lo obligaban a callar.
- ¿No quieres besarme? ¿No te provoca hacerlo? -volvió a dar un pequeño roce.
Y sin más, los labios de los dos jóvenes presentes en esa habitación se juntaron de forma desesperada, el menor subió sus manos hasta la cabellera del azabache y se sostuvo fuertemente de allí. Se separon después de unos minutos por falta de aire y juntaron sus frentes.
- Ahora si, debo cumplir con mi trabajo, Yoonie~ -se separó del mayor y salió de aquella habitación que hace minutos atrás se llenó de sonidos por los besos sonoros que se dieron.
Yoongi sólo observó como el pelinegro salía de allí con un leve tono rojizo en sus mejillas, sonrió ladino.
- Jimin, Park Jimin -revolvió su cabello y volvió hasta su escritorio.
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Obsession || Yoonmin
Fiksi Penggemar- Hey, Mocoso , basta -exclamó soltando varios jadeos. - No lo haré, a Daddy le gusta y eso es suficiente para continuar -volvió a lamer lentamente aquel miembro. - Mocoso, esto no puede seguir así, pronto nos descubrirán, debo terminar contigo -dij...