No sabía correr.

4 1 0
                                    

No sabía correr, quizá ese era mi problema.
Quizá el problema era que nunca me gustó aprender cosas nuevas, que cuando toqué su mano era para no soltarla, pero quizá me molestaba su olor al sudar.
Quizá, quizá, quizá. Cuanta incertidumbre hay en un amor al que no le correspondés.
Quema, quema como cuando respirás mal al correr. Porque corrés mal. Porque no sabés correr.
Aunque te enseñen, hay cosas para las que no estamos hechos. Nunca estuvimos hechos para estar juntos. Para correr juntos. Nunca supe sentir el placer luego de correr, la liberación.
Hay besos que por más de que les demos otra forma, nunca van a saciarnos.
Nuestras bocas son piedras, no podemos moldearlas cual puzzle para que encajen y nuestro amor se transmita satisfactoriamente.
Costumbre tirar la piedra al agua de forma tal que de un par de saltitos. Nuestra piedra dio un salto y se hundió, porque no corrió. Porque no sabe correr. Yo no le enseñé, vos la ayudaste en ese salto.
Así en muchas cosas mas fuiste quien sostuvo y aguantó todo, y yo sólo corrí. Sí, corrí. Agitada, respirando mal, con dolor en mis costillas, por eso a veces volvía a pedirte un poco de agua.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 06, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Bitácora SureñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora