Sus cuerpos calurosos se pegaban el uno junto al otro, ahogando sus alientos en la boca ajena. Dejando todo tipo de marcas en los pieles contrarias, solo por juego para Jae, pero para el otro era para dejar en claro a todos esos chicos que miraron de forma laciva a su pareja que ese chico ya le pertenecía a alguien.
Jae estaba concentrado en el rostro del mayor, ese chico emanaba seguridad y masculinidad. Nadie podría creer que un chico tan irrelevante para todos en aquel instituto estaría en alguna situación tan esperada por todas las demás personas con ese tan deseado chico pelinegro. Las cálidas manos del ojinegro se posaron en el firme y redondo trasero de Jae haciéndolo gemir inconscientemente. Jae tiro en sacó del pelinegro a un espacio del baño, Brian se separó de los acaramelados labios del rubio y fue hacia la puerta dejando a Jae confundido. La puerta fue cerrada con seguro por Brian después de eso volvió con Jae.-¿en que me quedé?-
-en la parte en la que me besabas-siguió besando al chico con desesperación, el sin hueso del pelinegro se colaba dentro de los labios de Jae y sus manos dentro de su ropa interior rosa amasando las nalgas de su amante. El rubio daba pequeños roses con su rodilla a él miembro del otro que deseaba salir de esos apretados bóxer color negro. Jae bajo con sus pies el bóxer de Brian dándole asi una mejor vista del grande y duro pene de su -ahora-novio. El azabache bajo las bragas del rubio arrancando le un suspiro de sus dulces labios. Sin avisar metió uno de sus dedos en la cavidad trasera del rubio, acarició su trasero mientras su esfinter era corrompido por otro dedo. Jae se sentía tan caliente y cegado por la excitación que no sintió cuando los dedos fueron retirados de su ano. Brian masturbo su pene para que el líquido pre-seminal le sirviera como lubricante.
-Tengo miedo, ¿dolerá mucho?-
-es tu primera vez, pero te aseguro que no dolerá tanto-alineó la punta de su pene a la altura de la entrada del rubio. Jae se sintió en el paraíso cuando el miembro del pelinegro entro, no había entrado por completo pero dolia como el infierno.