30. La amaría por siempre...

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3 años antes

ADAM

¿Cómo podría decirle adiós? ¿Cómo podría vivir sin ella?, esas eran las preguntas que pasaban por mi cabeza en ese momento, no podría alejarme de ella, no quería hacerlo pero era lo que debía hacer. Recordaba claramente las palabras de Hadrien luego de estar herido a muerte:

— no seré el último que intente atacarla, tu sabes bien que tienes muchos enemigos y no tardará mucho antes de que alguien la vuelva atacar. Ella carga tres almas y eso la hace muy especial y eso atraerá a más vampiros. Su vida estaba condenada desde que pusiste tus ojos sobre ella, déjala ir. Si te digo esto es para expiar mis culpas hermano, no espero tu perdón, si te alejas ahora quizá ella pueda ser salvada.

Mirarla dormir tranquilamente en la camilla del hospital me llenaba de culpa, no solo otros vampiros la atacarían si estaban cerca, yo lo había hecho y ya no podía remediarlo, tan solo por el hecho de amarla me hacía dependiente de su sangre. 

Esperé a que el chico que la acompañaba saliera y entré, quité un mechón de cabello que le cubría la frente, si piel ahora estaba tomando color, antes era blanca como el papel. Acaricié su cabeza con cuidado de no despertarla, no podría mirarla siquiera, ella me odiaría, y si ella no lo hacía,  yo ya me odiaba a mi mismo. Acerqué mi cabeza a la suya y rocé sus labios, eran suaves. Salí de allí a tiempo para que nadie me viera.

Había otro motivo que me hacía estar tan molesto y es que ella estuvo al borde de la muerte pero nadie lo sabía, quizá porque pensaron que era la pérdida de sangre lo que hacía que no despertara pronto, pero lo que en verdad pasaba era que su alma expulsó al alma de Hadrien y a mi alma del cuerpo de la chica, eso hacía que el peso que cargaba su cuerpo sea menor y lograra sobrevivir. Mi alma intentó regresar a mi cuerpo pero era imposible que eso pasara ahora, si quería recuperarla, alguien debía morir por mí, por eso nunca mencioné el tema con Krystal.

Al llegar a la casa de Krys miré en su cuarto encontré una bufanda color blanco, tenía su aroma y me la puse, era un olor dulce. También encontré una fotografía de ella y la guardé en mi bolsillo.

Salí hacia el bosque donde miré como llegaba con el chico de antes, su hermano, y entraban a la casa, ella se recostó en su cama y su hermano se alejó. Me quedé parado afuera de su casa, era la media noche, debía irme ya. Iba a irme pero ella me vio a través de la ventana, quería verla de cerca, aunque fuera por última vez. Cuando la vi intenté alejarme pero ella se acercó, no parecía estar asustada.

— Adam, no te alejes, no se que ocurrió en ese momento pero ese no eras tú, tu nunca me harías daño...

— pero lo hice Krystal, no me pude controlar— la interrumpí —Lo que tenemos no es sano, somos como el depredador y su presa, debo terminar con todo esto e irme...

— no quiero que te vayas, no me importa que hagas eso, no sabes cuanto te necesito — dijo con la voz baja, apenas audible

— Conmigo no vas a poder vivir una vida normal, siempre vas a estar en peligro por mi culpa...

— no me importa— dijo levantando la voz y acercándose más a mí

— no podré estar siempre a tu lado, no podré envejecer contigo ni tener una familia normal contigo, ¿es que no lo entiendes?  

— eso tampoco me importa, no me importa nada de eso Adam, solo quiero que olvidemos lo que ha pasado y sigamos como antes, como hace algunas horas — no podía hacer eso, yo era una amenaza constante, ya había tomado la decisión.

— Lo siento Krystal, por todo. No tienes idea de "como quisiera volver a conocerte por primera vez y así poder hacer las cosas bien". Lo siento. Al verte ahí tan indefensa y yo sin poder contenerme me di cuanta que no podemos estar juntos nunca, yo soy muy diferente de ti y nunca podré darte la visa que mereces Krystal, en este momento estoy luchando conmigo mismo por no saltar hacia ti y morderte, si permanezco a tu lado no lo soportaré durante mucho. Ahora que me iré podrás vivir una vida normal como siempre debiste tenerla.

— no puedo hacerlo, te amo tanto que no puedo estar sin ti, aún si te vas seguiré teniendo tu alma y la de Hadrien en mí, eso es algo que tampoco me dejará ser normal

— ya no la tienes, el alma de Hadrien salió de tu cuerpo cuando murió y mi alma ha salido de tu cuerpo, no se donde estará ahora pero me tranquiliza que no sea donde ti ya que no tendré motivos de volver y hacerte daño — quería que ella me odiara y quisiera que me fuera, sería más fácil pero en lugar de eso ella empezó a llorar al mismo tiempo que la lluvia comenzó a caer

— No...

— Espero que no cometas ninguna estupidez de ahora en adelante, piensa que solo soy algo malo que te pasó y sigue con tu vida — La abracé y me acerqué a su oído — lo siento tanto, espero que algún día puedas perdonarme, Te amo — dije y la besé, sentía tristeza, como nunca antes en mi vida la había sentido.

Corrí por el bosque, era imposible que ella me alcanzara, aunque estuviera alejado podía oír su llanto y su voz pidiendo que vuelva, estuve a punto de hacerlo pero me detuve y de miré la fotografía, sus ojos grises y cabello negro, era realmente hermosa. Continué corriendo hasta llegar al aeropuerto y subí al avión, era un vuelo internacional, me iría muy lejos de aquí, para que ella no pudiera encontrarme. Pero pese a que me había ido para no volverla a ver, mientras la abrazaba me hice una promesa, yo la amaría por siempre y eso no iba a cambiar. Nunca.



Nota

Hola, ¿Cómo están? se que ha pasado tiempo desde que actualicé pero como siempre las clases me han tenido bastante ocupada. Espero que hayan disfrutado el capitulo y que esperen los capítulos que aún faltan.

Nunca he hecho dedicaciones antes pero como es final de la historia dedicaré capítulo a los 2 primeros comentarios, un capítulo a cada uno. Gracias por leer hasta esta parte de la historia.




Pacto con el vampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora